Sudáfrica está experimentando un nuevo aumento de casos de COVID-19, después de que el número de nuevas infecciones positivas notificadas en la región haya continuado su tendencia a la baja a pesar del aumento de las pruebas, según los datos del Instituto Nacional de Enfermedades Transmisibles de Sudáfrica (NICD).
El 14 de diciembre, el NICD informó de 23,884 nuevos casos de COVID-19 en Sudáfrica, lo que elevó el número total de casos confirmados a 3,204,742. La cifra representaba una tasa de positividad del 34.9 por ciento, dijo el instituto, y señaló que se había producido un aumento de 599 ingresos hospitalarios en las últimas 24 horas.
Apenas unos días antes, el 11 de diciembre, el NICD informó de 17,154 nuevos casos, lo que supuso una reducción de casi 2000 con respecto a los 19,018 casos nuevos notificados el día anterior. Del mismo modo, mientras que el número de ingresos hospitalarios diarios experimentó una tendencia al alza, pasando de 374 nuevos ingresos el 8 de diciembre a 507 nuevos ingresos el 10 de diciembre, descendió a 184 nuevos ingresos el 11 de diciembre.
La abrupta tendencia a la baja de la semana pasada en medio del brote de la variante ómicron del nuevo coronavirus en Sudáfrica fue descrita por el profesor Francois Balloux, director del Instituto de Genética del University College London, como «una de las cosas más alucinantes que he visto durante mi carrera como epidemiólogo de enfermedades infecciosas».
La noticia se produce mientras la Organización Mundial de la Salud (OMS) advertía el martes que la variante ómicron se estaba extendiendo a un ritmo sin precedentes en la región, señalando sin embargo que las muertes siguen siendo escasas por el momento.
«Somos cautelosamente optimistas en cuanto a que las muertes y las enfermedades graves seguirán siendo bajas en la actual oleada», dijo la Dra. Matshidiso Moeti, directora regional de la OMS para África. «Pero la lentitud en el despliegue de las vacunas en África significa que ambas serán mucho más altas de lo que deben ser».
La OMS señaló que, aunque las hospitalizaciones han aumentado un 67 por ciento en Sudáfrica en los últimos siete días, la tasa de ocupación de las camas de las Unidades de Cuidados Intensivos sigue siendo baja, del 7.5 por ciento, y el 14 por ciento de los pacientes hospitalizados reciben oxígeno suplementario.
«Aunque las muertes también siguen siendo bajas, estos datos deben interpretarse con cautela, ya que el patrón puede cambiar en las próximas semanas», dijo.
«Sabemos desde hace tiempo que nuevas variantes como la Beta, la Delta o la ómicron podrían surgir con regularidad y provocar nuevos brotes en todo el mundo, pero las regiones privadas de vacunas como África serán especialmente vulnerables», añadió Moeti.
Mientras tanto, un nuevo estudio de datos de Sudáfrica descubrió que la vacuna contra la COVID-19 de Pfizer-BioNTech ha sido menos eficaz en la protección contra la hospitalización tras la aparición de la variante ómicron.
Según Discovery Health, la mayor compañía privada de seguros médicos del país, la protección del régimen primario de dos dosis de la vacuna ha descendido a cerca del 70 por ciento en las últimas semanas.
Esta cifra es inferior al 93 por ciento que se registraba cuando la variante Delta era la dominante en el país, indicaron el martes varios científicos de Discovery. El análisis de Discovery aún no ha sido revisado por pares.
Pfizer y BioNTech no respondieron inmediatamente a las solicitudes de comentarios.
La variante ómicron fue detectada por primera vez por científicos sudafricanos en noviembre y la secuenciación genómica de anteriores pruebas positivas muestra que se remonta al menos al mes de octubre en Nigeria.
La OMS dijo en un informe técnico publicado el 12 de diciembre que la variante, presente en más de 60 países hasta el momento según varias fuentes, supone un riesgo global «muy alto», pero que se necesitan más investigaciones para evaluar su gravedad.
Zachary Stieber y Tammy Hung contribuyeron a la elaboración de este artículo.
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