Mientras Beijing se moviliza para contener el nuevo brote de la pandemia del virus del PCCh (Partido Comunista Chino), comúnmente conocido como nuevo coronavirus, las autoridades han arremetido contra los periodistas independientes.
El brote detectado en un mercado de la capital la semana pasada ha generado por lo menos 158 nuevos casos del virus del PCCh y es el más grande incremento desde que las autoridades anunciaron en marzo que la primera ola había sido controlada, reportó la agencia Associated Press.
Información sobre la pandemia ha sido canalizada fundamentalmente por los medios de noticias oficiales, y la policía ha tomado acciones contra los periodistas independientes y blogueros que intentan diseminar información.
Gao Yu, una periodista independiente que ha publicado vídeos y reportajes sobre el brote, dijo a la Voz de América que las autoridades han apuntando contra su familia, en represalia por sus reportajes.
Las autoridades de seguridad pública de Beijing llamaron el 15 de junio al negocio donde trabaja su hijo y ordenaron que despidieran a su hijo, explicó Gao. Cuando la administración pidió una razón, la policía respondió: “por sus padres”.
Gao dijo que su esposo murió hace muchos años y su hijo perdió su empleo “por mí”.
“El precio que he pagado por publicar las noticias sobre puestos de control en carreteras y escenas de carros policías, es que mi hijo haya perdido su empleo. Es un claro caso de persecución política”, dijo Gao. “Beijing está en una situación caótica y nadie tiene permitido hablar sobre la pandemia. ¿Qué es lo que esconden? ¿Qué leyes hemos violado?”
Otro activista de derechos humanos en el distrito de Dongcheng quien previamente habló con periodistas sobre asuntos de China, rehusó ser entrevistado por la VOA, diciendo que las autoridades les han advertido de no hablar con medios extranjeros. La VOA no ha identificado al individuo para proteger su identidad.
Embajada china en EE.UU. no responde a VOA
La embajada de China en Washington no respondió un correo electrónico de la VOA pidiendo sus comentarios.
Beijing se ha enfocado en rastrear el origen de la segunda ola, diciendo inicialmente que aparentaba haber llegado en salmón importado. Luego que la Organización Mundial de la Salud expresara sus dudas sobre dicha versión, los medios oficiales dijeron que el pescado era sólo una de las posibles fuentes que estaba siendo investigada.
El residente de Beijing, Zhang Qingxia, del distrito de Fengtai, donde está ubicado el mercado, le dijo a la VOA que la gente tendía a creer en lo que los medios oficiales reportaban y que discutían con las personas que estaban en desacuerdo.
Dijo que es una reacción común en China, donde “los subordinados confían en lo que sea que los superiores propaguen”.
Zhang dijo que el responsabilizar prematuramente al salmón importado no contribuyó con la investigación y ocasionó sentimientos xenofóbicos.
Algunos ciudadanos de Beijing han culpado al relajamiento del confinamiento por el retorno del virus del PCCh.
Sun Xiaozhong, en el distrito de Chaoyang, le dijo a la VOA que el brote llegó 11 días después del relajamiento del confinamiento. Agregó que China estaba extasiada con el «control» del primer brote, exaltando su logro y la superioridad de su sistema político.
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