El 17 de enero, los organizadores de los Juegos Olímpicos de Beijing dejaron de vender entradas al público en general después de que la ciudad informara de su primer caso de la variante ómicron de COVID-19, altamente contagiosa.
Las entradas solo se distribuirán a un grupo seleccionado de espectadores para los Juegos de Invierno que tendrán lugar a partir del 4 de febrero, según un anuncio publicado en el sitio web del comité organizador. Estos espectadores tendrán que «respetar estrictamente» las restricciones de las autoridades en materia de virus para «ayudar a crear un entorno absolutamente seguro para los atletas», dijeron los organizadores.
La suspensión de la venta de entradas olímpicas confirmó las expectativas de que los Juegos Olímpicos de Beijing contarán con pocos espectadores, a pesar de que el régimen ha desplegado medidas de contención aún más estrictas que las promulgadas en Tokio el año pasado para garantizar el buen desarrollo de los Juegos.
El paciente de Beijing que ha contraído la variante ómicron del COVID-19 es una banquera de 26 años que ha recibido tres dosis de las vacunas Sinovac-CoronaVac fabricadas en el país, según las autoridades sanitarias chinas. Más de 16,547 personas de la ciudad han sido sometidas a pruebas hasta el lunes.
Las autoridades de Beijing han detallado el paradero de la mujer durante el último mes. En un anuncio enviado a los teléfonos de los habitantes de la ciudad, las autoridades pidieron a cualquiera que pudiera haberse cruzado con ella que «informara inmediatamente» a los funcionarios, y advirtieron de que castigarían a quienes ocultaran esa información y dejaran que el brote se extendiera aún más.
Beijing ya había limitado los Juegos al público nacional el pasado mes de septiembre, en virtud de las estrictas políticas de prevención del COVID-19 que han cerrado en gran medida las fronteras chinas a los viajeros internacionales.
Aunque los Juegos de Invierno no exigirán a los atletas que se vacunen, los que no lo hagan tendrán que pasar 21 días de cuarentena tras llegar a Beijing. Los participantes en los Juegos Olímpicos de Invierno estarán estrictamente aislados en una burbuja de «circuito cerrado» hasta que se marchen, y serán sometidos a pruebas diarias. Se exigirán mascarillas en casi todo momento.
El sistema también se aplica a los voluntarios locales. Las autoridades locales de tránsito también han designado carriles especiales para los vehículos que participen en los Juegos y han aconsejado al público que trabaje desde casa durante los dos meses que dura la competición.
Beijing es una de las numerosas ciudades chinas que han recomendado a sus habitantes que eviten viajar antes del Año Nuevo Lunar chino, que coincide con los Juegos Olímpicos de Beijing. Tras la aparición del caso de ómicron, la ciudad exige ahora a todos los que visiten Beijing que se sometan a una prueba de COVID-19 en los tres días siguientes a su llegada, además de presentar una prueba de COVID-19 negativa realizada como máximo 48 horas antes.
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