El Partido Comunista Chino (PCCh) sancionó el lunes a cuatro funcionarios estadounidenses y a una entidad de EE.UU., días después de que EE.UU. castigara a los funcionarios del PCCh vinculados a los campos de trabajo en China.
Funcionarios chinos dijeron que sancionaron a los senadores Ted Cruz (R-Texas) y Marco Rubio (R-Texas), al representante Chris Smith (R-N.J.) y a Sam Brownback, el embajador plenipotenciario para la libertad religiosa internacional.
También se incluyó a la Comisión Ejecutiva del Congreso de los Estados Unidos sobre China.
«El Partido Comunista de China me ha prohibido la entrada al país. Supongo que no les gusto», dijo Rubio en un comunicado en las redes sociales.
Smith, Cruz y Brownback no respondieron inmediatamente a las solicitudes de comentarios, ni tampoco la Casa Blanca.
Los miembros del Congreso a los que se dirigen las sanciones se han opuesto vocalmente al tratamiento que el PCCh da a los uigures, un grupo étnico turco musulmán perseguido por el régimen comunista. Al menos un millón de uigures permanecen todavía en campos de trabajo en China.
Este mes Smith pidió tomar acción después de que un informe alegara que Beijing estaba esterilizando a la fuerza a los uigures. Rubio y Cruz han impulsado una legislación que castigaría las acciones de los funcionarios del PCCh en Xinjiang, donde viven la mayoría de los uigures.
La semana pasada Estados Unidos anunció sanciones contra Chen Quanguo, el secretario de la región de Xinjiang.
También sancionaron a Zhu Hailun, exsecretario adjunto del partido de la región; a Wang Mingshan, director de la Oficina de Seguridad Pública de Xinjiang; a Hyuo Liujun, exsecretario del partido de la oficina; y a la propia oficina.
Brownback elogió la medida, diciendo que sirvió como una «esperada rendición de cuentas».
Las sanciones muestran que la administración Trump «protegerá la libertad religiosa a toda costa», añadió.
Los asuntos en Xinjiang son «puramente asuntos internos de China», dijo la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino Hua Chunying durante una comparecencia ante los periodistas el lunes. «Estados Unidos no tiene derecho ni motivos para interferir», añadió Chunying.
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