Un jurado de Cincinnati ha condenado a un agente de los servicios de inteligencia chinos por su participación en una conspiración para reclutar espías y robar tecnología aeronáutica estadounidense sensible para Beijing.
Xu Yanjun, subdirector de división en el Ministerio de Seguridad del Estado chino, la principal agencia de inteligencia de Beijing, fue declarado culpable de todos los cargos, incluyendo conspiración e intento de espionaje económico y robo de secretos comerciales, según el Departamento de Justicia.
Fue el primer agente de inteligencia chino en ser extraditado a Estados Unidos para ser juzgado. Xu fue trasladado desde Bélgica en 2018 después de que un ingeniero al que pretendía reclutar cooperara con la Oficina Federal de Investigación (FBI) para atraerlo al país europeo.
Entre las empresas a las que Xu apuntaba se encontraba GE Aviation, una compañía con sede en Ohio que ha diseñado un exclusivo ventilador compuesto para motores de aviones que ninguna otra empresa del mundo tiene. Xu había intentado robar la tecnología patentada del ventilador del motor para beneficiar al Estado chino, dijo el viernes Vipal Patel, fiscal federal interina del Distrito Sur de Ohio.
El desarrollo del sector de la aviación forma parte del plan industrial «Made in China 2025» de Beijing, cuyo objetivo es transformar el país en una potencia manufacturera de alta tecnología para el año 2025. Un especialista militar chino testificó durante el juicio en octubre que la expansión de la aviación «ha sido activamente una prioridad clave durante décadas, y una fuente clave de frustración» para el régimen, según reportaron los medios locales.
Xu se había declarado inocente pero fue condenado por todos los cargos tras un juicio de casi tres semanas. Ahora se enfrenta a una pena de hasta 60 años de prisión en total con una multa de más de 5 millones de dólares. Será sentenciado por un juez del tribunal federal de distrito, aunque no se ha fijado la fecha de la sentencia.
Desde diciembre de 2013, según los fiscales federales, Xu había estado reclutando empleados de empresas consideradas líderes del sector en Estados Unidos y en el extranjero. Había utilizado múltiples alias, incluyendo «Qu Hui» y «Zhang Hui» para realizar sus tareas para Beijing, y se representaba a sí mismo como un asociado de la Asociación de Promoción de la Ciencia y la Tecnología de Jiangsu para ocultar la naturaleza de su trabajo, muestran los documentos judiciales.
Xu pagaba a los reclutas para que viajaran a China, a menudo con el pretexto de intercambiar ideas o hacer una presentación en una universidad. Las personas seleccionadas también recibían salariós además de la compensación por sus gastos de viaje.
En 2017, Xu solicitó a un ingeniero de GE Aviation en Cincinnati que diera un informe en una universidad china, cubriendo temas altamente técnicos como el diseño de la estructura del motor de la compañía, según los archivos judiciales. Xu pagó 3500 dólares por el viaje junto con los gastos asociados de comidas y alojamiento.
Al año siguiente, buscó la especificación del sistema y el proceso de diseño de ese empleado. Fue detenido en Bélgica ese abril cuando viajaba para reunirse con el individuo.
El agente especial supervisor del FBI, Bradley Hull, declaró el lunes ante un tribunal de distrito de Estados Unidos en Cincinnati que los agentes chinos habían descargado 200 fotos familiares del ingeniero de GE en cuestión, que tiene familiares en China, en un intento de coaccionarle para que se convirtiera en espía, según los medios locales.
El ingeniero comenzó a trabajar con el FBI en noviembre de 2017 tras un registro domiciliario del FBI.
Hull dijo además que el teléfono móvil de Xu fue útil para la investigación, ya que ayudó a entender cómo operan los espías chinos y a identificar a otros agentes que trabajan con Xu.
“La gente de inteligencia como nosotros: nos centramos en la aviación”, decía un mensaje enviado por Xu a un compañero de trabajo en 2016, dijo Hull al tribunal mientras leía una transcripción. “La dirección te pide que consigas el material de Estados Unidos —el avión de combate F-22 de Estados Unidos. No puedes conseguirlo sentado en casa”.
Xu es agente del Partido Comunista Chino desde 2003. Durante el juicio, los fiscales exhibieron una imagen del carné de miembro del PCCh de Xu que el FBI desconocía, según Hull.
«Para aquellos que dudan de los verdaderos objetivos de la RPC, esto debería ser una llamada de atención; están robando tecnología estadounidense para beneficiar su economía y su ejército», dijo Alan E. Kohler Jr., director de asistencia de la división de contrainteligencia del FBI, que utilizó las siglas de la República Popular China, según un comunicado de prensa.
El exfiscal estadounidense Ben Glassman, que se encargó del caso hace tres años, cuando Xu fue extraditado a Cincinnati, dijo que el veredicto de culpabilidad era «seguramente una de las victorias más significativas de las fuerzas policiales de Estados Unidos contra la ambición manifiesta de China de adquirir propiedad intelectual por cualquier medio, legal o no», reportó la emisora local WCPO.
«La respuesta de Estados Unidos a la ambición de otro país de ganar mediante el robo es simplemente hacer que la gente rinda cuentas ante la ley. Estoy orgulloso de ser estadounidense», dijo Glassman.
El fiscal adjunto Tim Mangan dijo al jurado en su discurso de clausura que «casi todas» las pruebas del caso procedían de las propias palabras de Xu, refiriéndose a los mensajes de texto, correos electrónicos, entradas del calendario y otros registros electrónicos que el FBI recuperó del teléfono de Xu.
«Esto arroja luz sobre lo que fueron sus actos (…) y una clara ventana a su intención», dijo, según WCPO.
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