El representante Steve King (R-Iowa) solicitó a las Naciones Unidas que inste a la liberación de dos refugiados chinos actualmente detenidos en Tailandia.
Leng Tao, de 64 años, y Ma Chunling, de 48, son practicantes de Falun Dafa, una disciplina espiritual china prohibida en la China comunista.
Leng y Ma recibieron asilo del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) en 2016. Sin embargo, mientras esperaban que ACNUR arreglara su reasentamiento en un tercer país, fueron detenidos por la policía de inmigración tailandesa. Se enfrentan a la posibilidad de ser deportados a China, donde «han sufrido brutales torturas y abusos psiquiátricos», advirtió King en su carta.
Ma Chunling es de la provincia de Jilin, en el noreste de China. En la década de 1990, asistió a la universidad en Dalian, una ciudad costera en la provincia fronteriza de Liaoning, y se estableció allí.
En ese momento, millones de chinos estaban empezando a practicar Falun Dafa, que integra ejercicios de meditación con un cuerpo de enseñanzas basadas en la fe tradicional y principios morales. Introducida a la práctica en 1996 a través de un amigo, Ma atribuye a Falun Dafa la curación de sus enfermedades en cuestión de semanas. Al ver la transformación, toda la familia de Ma comenzó a practicar Falun Dafa.
Según un informe del 28 de septiembre de Minghui.org, un sitio web con base en Estados Unidos que documenta la persecución a Falun Dafa, Leng Tao es de la provincia de Sichuan. Fue jefe de la oficina de turismo de Aba, una prefectura autónoma donde viven personas de los grupos étnicos tibetano y qiang. Leng comenzó a practicar Falun Dafa en 1995.
Persecución
La persecución de Falun Dafa comenzó en julio de 1999 por orden del entonces líder del partido comunista Jiang Zemin. Al igual que cientos de miles de compañeros practicantes, Ma y Leng fueron arrestados en las primeras etapas de la campaña cuando se presentaron para protestar por la política de Jiang.
Ma Chunling fue arrestada cinco veces y retenida durante más de tres años en total después de que ella y su esposo, que también fue arrestado, fueron a Beijing para hacer una petición a las autoridades. Fue torturada durante su detención. La última vez que Ma estuvo en la cárcel fue en el infame Campo de Trabajo de Masanjia, en la provincia de Liaoning, del que fue liberada en 2013.
Leng fue arrestado en 2001, después de que él y otros practicantes distribuyeran cientos de panfletos de Falun Dafa y colgaran pancartas en áreas públicas. Durante su detención, Leng fue torturado con picanas eléctricas, obligado a sentarse mirando a una bombilla de luz durante largos periodos de tiempo y sufrió quemaduras en la cara. Según su informe, Zhou Yongkang, el exjefe del PCCh en Sichuan y más tarde director de la poderosa Comisión de Asuntos Políticos y Legales hasta su purga en 2014, prestó especial atención a su caso. Cuando Leng escapó de la detención en abril de 2001, miles de policías fueron enviados a través del condado para buscarlo.
En 2005, Leng fue detenido en el Hospital General de la Policía Provincial de Sichuan en Chengdu, la capital de la provincia. Allí presenció la muerte de otros practicantes que, él sospecha, pudieron ser víctimas de la práctica del régimen chino de sustracción forzosa de órganos.
Un grupo de practicantes chinos de Falun Dafa que viven en Tailandia escribieron una carta: «Cuando fue liberado de la prisión, Leng no pudo caminar debido a las torturas que sufrió en los últimos diez años».
«Como practicante de Falun Dafa, el Sr. Leng fue detenido arbitrariamente muchas veces, encarcelado durante diez años, y sufrió brutales torturas y abusos psiquiátricos», escribió el representante King en su carta de petición a la ONU.
Limbo en Tailandia
ACNUR ha aceptado las solicitudes de asilo de Ma Chunling y de Leng Tao, quienes escaparon a Tailandia. Pero sus pruebas han continuado incluso después de salir de China, porque las autoridades tailandesas los detuvieron por falta de visados adecuados.
La situación de los practicantes de Falun Dafa es particularmente peligrosa porque el régimen del PCCh ejerce presión diplomática y económica sobre los gobiernos extranjeros para extraditar a los individuos que huyen de la persecución en China.
Ma y su marido llegaron a Bangkok con su hijo adolescente en 2014, donde solicitaron asilo a las autoridades tailandesas. El 21 de agosto de 2016, ACNUR concedió asilo a la familia.
Debido a que Tailandia no ratificó la Convención de la ONU de 1951 ni el Protocolo de 1967 sobre el Estatuto de los Refugiados, los asilados aprobados en Tailandia no reciben beneficios civiles y deben ser reasentados en un tercer país por la ONU.
«Los familiares [de Ma Chunling] no tienen visas válidas o permisos de residencia apropiados», dijo Ma Chunmei, la hermana mayor de Chunling, al diario La Gran Época el 24 de diciembre. «No pueden trabajar, ir a la escuela, o vivir una vida normal».
Dijo que Ma y su esposo fueron detenidos cuando hablaban con turistas sobre la persecución de Falun Dafa en junio de 2017. La policía dijo que no tenían visas válidas y por lo tanto no podían permanecer en Tailandia. La pareja fue liberada solo después de pagar 4000 baht (133 dólares).
Ma fue detenida nuevamente en febrero de 2018, cuando la policía tailandesa la detuvo y notó su falta de visa. «No tenía dinero para pagar la multa y estaba preocupada por su hijo en casa, que necesitaba su ayuda», explicó Chunmei, por lo que Chunling huyó después de que el oficial hiciera un registro de su identidad.
El 7 de agosto, la policía volvió a comprobar la identidad de Chunling y la envió a la cárcel al día siguiente porque no tenía dinero para pagar la multa de 5000 baht (165.9 dólares).
El 21 de agosto, el guardia de la prisión no la soltó, pero la mandó al centro de detención de Bangkok. El 11 de septiembre, dos personas de la embajada china trataron de arreglar la extradición de Chunling a China. Ella dijo que no regresaría, ya que tenía estatus de refugiada como lo otorga la ONU.
El 18 de noviembre, Chunling fue trasladada a otro centro de detención de inmigrantes, situado cerca de la frontera con Myanmar. A la familia de Chunling le preocupa que pronto pueda ser repatriada y encarcelada de nuevo.
«Dos refugiados chinos, Dong Guangping y Jiang Yefei, fueron enviados de vuelta a China desde Tailandia en 2015. Fueron directamente a la cárcel», dijo Chunmei.
Leng Tao está en un aprieto similar. A pesar de sus antecedentes como exfuncionario cuya decisión de defender a Falun Dafa provocó una particular ira del Partido Comunista, Leng se enfrenta a una posible deportación desde Tailandia.
ACNUR aprobó el asilo político de Leng el 9 de marzo de 2016. Estaba esperando su reasentamiento cuando fue detenido por oficiales de inmigración tailandeses el 7 de noviembre,
El general de división Chuchat Tharichat, subjefe de la Oficina de Inmigración de Tailandia, dijo en una conferencia de prensa que Leng fue arrestado por haberse quedado más tiempo del que le correspondía por su visa de entrada, que solo era válida hasta el 20 de abril de 2014. Leng había llegado el 20 de febrero de ese año.
El arrendador de Leng informó a la policía que Leng estaba alquilando su casa y que, de acuerdo con las restricciones de su estatus migratorio, no había trabajado desde que llegó a Tailandia. La oficina de inmigración aún decidió «detenerlo hasta que se reciba asistencia del ACNUR».
En su carta, el representante King instó al organismo de la ONU a que interviniera en la detención de Leng y Ma y acelerara su reasentamiento en otro estado, para que no se enfrenten a más persecuciones al ser deportados a China.
Además de Leng y Ma, otros tres practicantes de Falun Dafa —Li Hongjin, Jiang Hongbin, y Wang Jianhua— están encerrados en centros de detención de las autoridades de inmigración tailandesas. Otros más de 100 practicantes de Falun Dafa de China están esperando ser reasentados por ACNUR.
*****
A continuación:
Cámara oculta muestra a una víctima de tortura en China
Cómo puede usted ayudarnos a seguir informando
¿Por qué necesitamos su ayuda para financiar nuestra cobertura informativa en Estados Unidos y en todo el mundo? Porque somos una organización de noticias independiente, libre de la influencia de cualquier gobierno, corporación o partido político. Desde el día que empezamos, hemos enfrentado presiones para silenciarnos, sobre todo del Partido Comunista Chino. Pero no nos doblegaremos. Dependemos de su generosa contribución para seguir ejerciendo un periodismo tradicional. Juntos, podemos seguir difundiendo la verdad.