China lleva años comprando tierras agrícolas en Estados Unidos, una tendencia a la que, según un legislador estadounidense, hay que poner fin para salvaguardar la cadena de suministro de alimentos estadounidense.
Por este motivo, el representante Dan Newhouse (R-Wash.) presentó en junio una enmienda al proyecto de ley de asignaciones agrícolas para el año fiscal 2022 (H.R.4356) de la Cámara de Representantes. En una reciente entrevista con NTD, el legislador explicó lo que haría su enmienda.
«China, francamente, es un adversario. Queremos asegurarnos de que controlamos nuestro suministro de alimentos. Creo que es una cuestión natural, importante, de seguridad nacional», dijo Newhouse.
La enmienda fue aprobada por unanimidad por el Comité Presupuestaria de la Cámara el 30 de junio. El 29 de julio, la Cámara aprobó el proyecto de ley de asignaciones agrícolas como parte de un paquete de siete proyectos de ley de gastos para 2022 (H.R.4502).
Si se promulga, la enmienda facultaría al secretario de Agricultura para prohibir la compra de tierras agrícolas en Estados Unidos por parte de empresas propiedad de China, Irán, Corea del Norte y Rusia, según el texto del proyecto de ley.
En China, no hay distinción entre las empresas privadas y las estatales, ya que el Partido Comunista Chino puede ejercer el control sobre las empresas privadas a través de las leyes chinas o de las células del Partido integradas en ellas.
Además, prohibiría a los cuatro países participar en programas administrados por el secretario de agricultura.
Newhouse dijo que el lenguaje actual de su enmienda había sido cambiado. Inicialmente solo nombraba a China (pdf) pero no a las otras tres naciones.
«Durante el proceso de elaboración de las normas, los demócratas lo modificaron un poco para incluir a otros países», explicó.
«Pero el hecho es que la China comunista es la amenaza. Ellos son los que están comprando la mayoría de los activos de esa lista de países viles que no son nuestros amigos. Y ahí es donde hay que centrarse».
Las empresas chinas han estado comprando tierras agrícolas estadounidenses durante la última década. Según datos del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA), los inversores chinos controlaban 13,720 acres en Estados Unidos, con un valor de 81,425 dólares, a finales de 2010.
Esa cifra se elevó a 191,652 acres, con un valor de unos 1.86 millones de dólares, antes del inicio de 2020, según el USDA.
Empresas compradoras
Uno de los acuerdos tiene que ver con la procesadora de carne china WH Group, cuando compró Smithfield Foods, con sede en Virginia, por 4700 millones de dólares en 2013. Con la compra, la empresa china posee el mayor productor de carne de cerdo de Estados Unidos, así como 146,000 acres de tierras de cultivo de primera calidad.
Otro acuerdo involucró a dos empresarios chinos, cuando compraron un rancho de 22,000 acres en Utah en 2011 para cultivar alfalfa y exportarla a China.
Las inversiones agrícolas de China no se han limitado a Estados Unidos. Según un informe del USDA de 2018 (pdf), la inversión directa de China en el extranjero en agricultura, silvicultura y pesca pasó de 300 millones de dólares en 2009 a 3300 millones en 2016.
El informe encontró que estas inversiones en el extranjero estaban estrechamente alineadas con las políticas del régimen comunista, incluida la iniciativa de inversión «La Franja y la Ruta» (BRI, en inglés).
«Los funcionarios chinos tienen ambiciosos planes estratégicos para que las inversiones agrícolas reconfiguren los patrones de comercio agrícola y aumenten la influencia de China en los mercados globales», afirma el informe.
Beijing lanzó la BRI en 2013 para construir rutas comerciales terrestres y marítimas centradas en Beijing en un esfuerzo por aumentar la influencia geopolítica.
Las inversiones chinas en el extranjero incluyen la compra e inversión en empresas agrícolas extranjeras. Según el informe, WH Group adquirió en 2017 la procesadora de carne de cerdo Clougherty Packing LLC, con sede en California, y una empresa de procesamiento de carne y aves de corral en Polonia.
Otra empresa china, Brights Food, invirtió en siete empresas extranjeras diferentes entre 2010 y 2016, según el informe. Estas empresas incluyen una firma de productos lácteos en Nueva Zelanda, una empresa de yogur en Australia, un negocio de vino en Francia, una empresa de cereales en el Reino Unido y una empresa de aceite de oliva en Italia.
Newhouse dijo que tomó medidas «proactivas» con su enmienda para hacer frente al desafío que suponen las inversiones chinas, antes de que «el problema sea tan grande que no podamos corregirlo».
«Vemos la tendencia. Vemos el número de hectáreas y empresas que han sido compradas por el gobierno comunista de China. Y debemos detenerlo ahora».
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