El director de los Institutos Nacionales de Salud (NIH) de Estados Unidos afirmó ante el Congreso el 8 de febrero que su país nunca ha financiado una categoría de investigación de riesgo en China, y que los trabajos financiados por Estados Unidos no podrían haber dado lugar a la pandemia de COVID-19. Críticos han dicho que ambas afirmaciones son dudosas o falsas.
El Dr. Lawrence Tabak, director interino de los NIH, les dijo a los miembros del Congreso que los NIH no respaldan financieramente ninguna investigación, en países extranjeros, que involucre patógenos pandémicos potenciales mejorados (ePPP), o patógenos que sean altamente transmisibles y virulentos y que resulten de mejorar la transmisibilidad y/o virulencia de un patógeno.
“Hoy en día no hay financiación para la investigación de ePPP en ningún país extranjero, que esté patrocinada por los NIH”, dijo Tabak durante la audiencia en Capitol Hill. También dijo que los NIH nunca han financiado investigaciones relacionadas con el virus SARS-CoV en países extranjeros. El virus SARS-CoV-2 causa el COVID-19, mientras que el SARS-CoV-1 causó enfermedades a principios de la década del 2000.
Más adelante en la audiencia, Tabak dijo que la investigación, que los NIH financiaron en Wuhan, la ciudad china donde se identificaron los primeros casos de COVID-19, no pudo haber conducido al SARS-CoV-2.
“El punto más importante a apreciar aquí es que los virus que estaban bajo estudio en ese subproyecto no tienen relación con el SARS-CoV-2. Son genéticamente distintos”, dijo, y agregó que “sería equivalente a decir que un humano es equivalente a una vaca”.
Los críticos señalaron que la propuesta de subvención, que fue aprobada por los NIH, decía que uno de los objetivos era experimentar con virus de murciélago entre un 90 y un 75 por ciento similares al SARS-CoV. The Intercept obtuvo las propuestas a través de un litigio.
“Esta es una hoja de ruta para la investigación de alto riesgo que podría haber llevado a la pandemia actual”, le dijo al medio Gary Ruskin, director ejecutivo de U.S. Right To Know, un grupo que ha estado investigando los orígenes del COVID-19.
La subvención condujo a un trabajo que aumentó la virulencia de un virus de murciélago modificado, reveló el NIH en 2021. Los ratones infectados con la versión modificada “se enfermaron más que los infectados” con la versión original, escribió Tabak a los legisladores en ese momento.
Los NIH dijeron en ese momento que los experimentos propuestos en el plan de subvenciones no cumplían con la definición de ePPP porque los virus en cuestión «no habían demostrado infectar a los humanos». Un funcionario de los NIH dijo en un cable de 2018 que la investigación en el laboratorio «sugiere fuertemente que los coronavirus similares al SARS de los murciélagos pueden transmitirse a los humanos para causar una enfermedad similar al SARS», mientras que el gobierno investigó la posibilidad de que el virus COVID-19 fuera generado con la ayuda de la subvención de los NIH.
“Tabak declaró falsamente que los NIH no habían apoyado la investigación de ganancia de función ni mejorado la investigación de posibles patógenos pandémicos en Wuhan”, dijo Richard Ebright, profesor de química en la Universidad de Rutgers, a The Epoch Times por correo electrónico. Tabak también “declaró falsamente que la investigación de alto riesgo apoyada por los NIH en Wuhan no podría haber resultado en el SARS-CoV-2”, agregó Ebright.
Los NIH no respondieron a una solicitud de comentarios.
Las declaraciones definitivas de Tabak atrajeron el escrutinio de la representante Debbie Lesko (R-Ariz.), quien señaló que el Instituto de Virología de Wuhan se negó repetidamente a entregar documentos que describieran qué investigación realizó con fondos estadounidenses. La negativa condujo a la terminación de la subadjudicación. Además, los NIH supervisan principalmente la investigación mediante la revisión de informes e intercambio de mensajes con los beneficiarios, e incluso ese tipo de revisión se realizó de manera inadecuada en el caso de la subvención de Wuhan, concluyó un organismo de control en enero.
«¿Cómo pueden los NIH saber con seguridad que no han financiado ePPP cuando los NIH no pueden estar seguros de obtener los registros de laboratorio de los experimentos financiados por los NIH?”, preguntó Lesko.
“Han hecho lo que dijeron que harían. El trabajo estuvo a la altura de las modestas sumas de dinero que les proporcionamos”, afirmó Tabak.
“No sé qué otros trabajos están realizando allí”, agregó.
La subvención se canalizó a través de EcoHealth Alliance, un grupo con sede en Estados Unidos.
El Departamento de Defensa de EE.UU. y los NIH aprobaron millones en nuevos fondos para EcoHealth en 2022.
“¿Por qué permitir que una empresa que incumplió el contrato obtenga más dólares de los contribuyentes?”, le preguntó a Tabak el representante Morgan Griffith (R-Va.), presidente del Subcomité de Supervisión e Investigaciones de Energía y Comercio de la Cámara de Representantes.
Tabak dijo que EcoHealth fue informada de las deficiencias y ha estado trabajando con Estados Unidos para corregirlas.
Griffith señaló que las deficiencias se derivaron de la falta de información del laboratorio de Wuhan y se preguntó si los NIH necesitan poder para inhabilitar a organizaciones que no cumplen sus obligaciones contractuales.
La Oficina del Inspector General del Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS), el organismo de control que produjo el informe reciente, recomendó que los NIH consideren remitir el laboratorio de Wuhan al HHS para su inhabilitación, lo que le impediría recibir fondos de los contribuyentes estadounidenses a través de las subvenciones del HHS en el futuro. Los NIH estuvieron de acuerdo con la recomendación.
Después de que Tabak dijo que los NIH tienen el poder de incluir sanciones financieras para los beneficiarios por incumplimiento de las obligaciones, Griffith preguntó si el Congreso debería agregar sanciones para los NIH si no realizan una supervisión adecuada.
“No puedo hablar de eso”, dijo Tabak.
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