Para algunas personas, hacer limpieza en primavera significa guardar las botas y los pesados abrigos de invierno y empacar los artículos del armario para llevarlos a la tienda de segunda mano. Limpian a fondo cocinas y baños, lavan cristales y mosquiteros y pasan un trapo limpio por los rodapiés.
Las personas más enérgicas abren el garaje y separan las cosas útiles de los trastos acumulados, o sacan las brochas, tiñen y repintan la terraza.
De la misma forma, después de un invierno en el que se anhelan los catálogos de semillas y se sueña con los tomates madurando en el huerto, los jardineros salen a la calle con palas y rastrillos para trabajar la tierra. Pronto están plantando flores y hortalizas, cortando el césped y cuidando plantas perennes como malvarrosas, lirios y peonías.
Este impulso de descartar o remodelar lo viejo, y de plantar y cultivar, deriva sin duda alguna de la propia naturaleza. Al fin y al cabo, la primavera es una sinfonía de renovación, con sus cantos de pájaros, sus brisas susurrantes y sus melodías de luz solar y lluvias suaves que despiertan los campos yermos y los bosques hibernantes. El equipo de limpieza de primavera y los jardineros bailan al ritmo de la estación.
Este impulso de descartar o remodelar lo viejo, y de plantar y cultivar, deriva sin duda de la propia naturaleza. Al fin y al cabo, la primavera es una verdadera sinfonía de renovación, con sus cantos de pájaros, sus brisas que susurran, las melodías de la luz del sol y las suaves lluvias que despiertan los campos áridos y los bosques en hibernación. El trabajo de limpieza y los jardineros siguen el ritmo de la estación.
¿Y qué pasa si no nos unimos a estos entusiastas fregando las sillas de jardín o hurgando con los dedos en la tierra? La seductora música de la primavera puede ponernos a trabajar. Las brisas que corren por la casa pueden limpiarnos el corazón y la mente; las flores silvestres y los árboles que brotan pueden actuar como jardineros de nuestras almas.
En el artículo «15 razones científicas por las que la primavera es la estación más deliciosa», los redactores de Mental Floss enumeran algunos de los beneficios de la estación: las temperaturas moderadas, los días más largos, el aumento de la vitamina D aportada por la luz solar, etc. También mencionan un estudio de la Universidad de Michigan que descubrió que estar al aire libre en los meses de abril, mayo y junio mejora el estado de ánimo y la memoria, e incluso da lugar a una mayor creatividad.
Claramente, esta época de florecimiento nos brinda a todos la oportunidad de mejorar nuestros corazones y mentes y de cultivar nuestros jardines interiores.
Y he aquí la buena noticia: este ritual del equinoccio de primavera es para todos. Entonces, ¿cómo mejorar nuestro equilibrio con la primavera?
En realidad, es muy sencillo. Basta con pasar tiempo al aire libre todos los días, si las condiciones climáticas lo permiten. Muchos estudios demuestran que el aire libre reduce el estrés, aumenta la satisfacción vital y nos ayuda a dormir mejor. El aumento de la luz solar produce más serotonina en nuestro cuerpo, lo que a su vez contribuye a una mayor positividad y felicidad general.
Pasear al atardecer, hacer ejercicio al aire libre en lugar de ir en coche al gimnasio, o incluso simplemente sentarse en el porche o en la entrada de casa aporta estas vitaminas de la primavera.
También ayuda recordar la antigua figura mitológica griega de Perséfone. Durante los meses fríos, era la reina del inframundo, pero la primavera la liberó de esta prisión y se convirtió en la amada diosa de la agricultura, la fertilidad y el crecimiento. Recordar este mito debería inspirarnos para escapar de los cerrojos de hierro de nuestro propio confinamiento en el frío y respirar el aire fresco y tomar el sol.
Por último, reducir nuestro ritmo para disfrutar de las vistas, los sonidos y los olores de la primavera puede levantarnos el ánimo, permitiéndonos tener esperanzas y posibilidades futuras y contagiarnos del espíritu de diversión y festividad de la estación.
«La primavera es la época de los planes y los proyectos», escribió León Tolstoi en «Anna Karenina».
El cómico Robin Williams adoptó un punto de vista diferente: «La primavera es la forma que tiene la naturaleza de decir: ‘¡Vamos de fiesta!». Ambos son puntos de vista válidos que pueden convivir.
El gran baile de la primavera ha comenzado. Unámonos al baile.
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