Declaración de los NIH sobre EcoHealth y el laboratorio de Wuhan revela sin querer el encubrimiento

Por Jeff Carlson y Hans Mahncke
27 de octubre de 2021 3:26 PM Actualizado: 27 de octubre de 2021 3:26 PM

Opinión

Tras casi dos años de negaciones, la organización matriz del Dr. Anthony Fauci, los Institutos Nacionales de la Salud (NIH), ha admitido finalmente que había financiado experimentos de ganancia de función en el Instituto de Virología de Wuhan.

Cuando se hicieron estas admisiones, los funcionarios de los NIH dijeron al Congreso que los virus con los que se experimentaba eran demasiado distantes genéticamente como para haber causado la COVID-19.

Pero los NIH no le dijeron al Congreso que la EcoHealth Alliance de Peter Daszak, la organización a través de la cual Fauci estaba financiando el Instituto de Wuhan, ha mantenido en su poder un gran número de virus desconocidos. Y solo los que tienen acceso a estos virus saben lo que se hizo con ellos o exactamente lo cerca que están genéticamente de la COVID-19. Además, el 12 de septiembre de 2019, el Instituto borró toda su base de datos de más de 22,000 muestras de virus no comunicadas anteriormente.

Exactamente al mismo tiempo que los NIH hacían la admisión de ganancia de función, la agencia editó silenciosamente su página web para redefinir lo que constituía un experimento de ganancia de función. Al hacerlo, los NIH estrecharon su definición para centrarse solo en la transmisión humana conocida y establecida, en lugar de en cualquier peligro potencial para los humanos.

La revelación tardía de la ganancia de función fue hecha por Lawrence Tabak, el subdirector principal de los NIH, quien señaló en una carta al Congreso que, a pesar de sus negaciones anteriores, los NIH habían financiado, de hecho, experimentos de ganancia de función en las instalaciones de Wuhan.

La carta de Tabak, escrita en respuesta a las preguntas del Congreso, corregía las afirmaciones anteriores del director de los NIH, el Dr. Francis Collins, y del director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas, Fauci, de que los NIH no habían financiado investigaciones de ganancia de función en Wuhan. Tabak también reconoció que EcoHealth, el organismo a través del cual Fauci financió el laboratorio de Wuhan, había violado los términos y condiciones de su subvención de los NIH.

Pero la afirmación de Tabak de que los NIH desconocían el trabajo de ganancia de función realizado por EcoHealth fue rebatida en una declaración emitida por EcoHealth en respuesta, en la que se señalaba que «[e]stos datos fueron comunicados tan pronto como tuvimos conocimiento, en nuestro informe del cuarto año en abril de 2018».

El informe de EcoHealth de 2018 detalla el trabajo de ganancia de función en Wuhan

EcoHealth no proporcionó a los NIH su informe del quinto año de 2019, obligado por contrato, hasta este mes, aunque EcoHealth sí compartió datos con los NIH en 2018 y en años anteriores como parte de informes de progreso anuales anteriores. Esos informes se exigían como condición de la subvención de cinco años que el NIAID de Fauci había concedido a EcoHealth en 2014.

En particular, el informe de 2018 de EcoHealth debía haber alertado inmediatamente a los NIH de que el dinero de la agencia se estaba utilizando para crear coronavirus que eran mucho más patógenos que los virus originales.

El Dr. Francis Collins, director de los Institutos Nacionales de Salud, comparece en una audiencia del Senado para hablar sobre las vacunas en Washington el 9 de septiembre de 2020. (Greg Nash- Pool/Getty Images)

El informe de EcoHealth de abril de 2018 especificaba que, en colaboración con las instalaciones de Wuhan, aplicó métodos de genética inversa para construir virus artificiales. Estos virus recién creados contenían novedosas proteínas de la espícula viral. Como Daszak explicaría más tarde en una entrevista el 9 de diciembre de 2019, la «proteína de la espícula impulsa gran parte de lo que ocurre con el coronavirus».

Los virus modificados genéticamente resultantes mostraron una patogenicidad especialmente alta en ratones humanizados, con una carga viral que se multiplicaba por 10,000. La construcción de al menos tres de estos virus se detalló en el informe de EcoHealth de abril de 2018.

El informe también afirmaba que EcoHealth y el laboratorio de Wuhan estaban avanzando en un trabajo similar que se realizaría con otro tipo de virus, el virus MERS, mucho más letal.

Un segundo informe fue presentado por EcoHealth a los NIH en noviembre de 2018. Ese informe, que tomó la forma de una propuesta para una segunda subvención de cinco años, volvió a describir el mismo trabajo de ganancia de función expuesto en el informe de abril de 2018.

Las revelaciones de 2018 de EcoHealth ponen de manifiesto dos problemas. En primer lugar, EcoHealth ya había violado los términos de su subvención, que establecía que si un virus artificial mostraba evidencias de un aumento del crecimiento del virus por un factor de 10, el NIH debía ser notificado y todos los experimentos con estos virus debían detenerse inmediatamente. Pero EcoHealth no cumplió con los requisitos de la subvención y solo notificó al NIH el crecimiento viral a través de una revelación rutinaria en un informe de progreso anual.

Peter Daszak (dcha.) y otros miembros del equipo de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que investigan los orígenes de la COVID-19 llegan al Instituto de Virología de Wuhan el 3 de febrero de 2021. (Héctor Retamal/AFP a través de Getty Images)

Esta violación por parte de EcoHealth debió haber provocado una acción inmediata por parte de los NIH.

En segundo lugar, el hecho de que EcoHealth pusiera en conocimiento de los NIH los resultados de sus experimentos de ganancia de función en 2018, hizo que los NIH tuvieran la obligación inherente de supervisar de cerca los experimentos de EcoHealth en adelante. En cambio, los NIH permitieron que el equipo de Daszak continuara su trabajo sin ninguna supervisión durante los siguientes años.

El informe perdido de EcoHealth describe el trabajo con el virus letal

La falta de un informe de progreso del quinto año de EcoHealth se descubrió solo recientemente, después de que The Intercept demandara a los NIH por documentos relacionados con EcoHealth. De no haber sido por las alarmas lanzadas por The Intercept, es probable que el informe de progreso del quinto año de EcoHealth no se hubiera presentado.

Ese informe del quinto año describía cómo EcoHealth y el laboratorio de Wuhan se dedicaron a realizar experimentos adicionales de ganancia de función construyendo clones del mortal virus MERS, un virus con una tasa de mortalidad del 35 por ciento. El informe también detallaba cómo los investigadores de Wuhan le cambiaron el dominio de unión al receptor del virus, que forma parte de la proteína de la espícula, que determina la patogenicidad del virus.

El trabajo de ganancia de función que EcoHealth describió en el retrasado informe de progreso del quinto año parece contradecir directamente una declaración realizada en septiembre de 2021 antes de que se publicara finalmente el quinto informe, cuando un portavoz de EcoHealth afirmó que «[e]l trabajo sobre el MERS propuesto en la subvención se sugiere como una alternativa y no se llevó a cabo».

La carta de Tabak al Congreso también afirmaba que los NIH habían determinado que los experimentos de Daszak no requerían una supervisión estricta por parte de los NIH porque no se había demostrado que los coronavirus de murciélago citados originalmente en el trabajo de Daszak infectaran a los humanos.

El laboratorio P4 en el campus del Instituto de Virología de Wuhan en Wuhan, en la provincia central de Hubei de China, el 27 de mayo de 2020. (Hector Retamal/AFP a través de Getty Images)

Pero uno de los virus probados por Daszak, el WIV1-SHC014, un virus creado en laboratorio que ya se había mencionado en el informe de 2018, mostró una alta letalidad en ratones humanizados. Según el informe de progreso del quinto año presentado tardíamente por Daszak, el 75 por ciento de los ratones humanizados que fueron infectados con el virus murieron.

Los ratones humanizados son ratones que han sido adaptados para llevar genes, células y tejidos humanos funcionales. Actúan efectivamente como sustitutos experimentales de los humanos, en particular cuando se trata de probar si un nuevo virus es capaz de infectarse y transmitirse en los humanos.

Los NIH cambian la definición de ganancia de función

Los NIH eliminaron repentina y silenciosamente de su página web su antigua definición de experimento de ganancia de función más o menos al mismo tiempo que Tabak escribía su carta, sustituyéndola por una nueva sección sobre investigación de patógenos pandémicos potenciales mejorados (ePPP).

La anterior definición de los NIH, de larga data, se centraba en el peligro potencial para los seres humanos. Decía que cualquier investigación de ganancia de función financiada por los NIH que se «anticipara para mejorar la transmisibilidad y/o virulencia de los patógenos pandémicos potenciales, lo que probablemente los haría más peligrosos para los seres humanos» solo podría llevarse a cabo con una «estricta supervisión y controles de bioseguridad y seguridad biológica adecuados«.

Esa definición se modificó sustancialmente, reduciendo el enfoque en los humanos para pasar a la transmisión humana conocida y establecida —específicamente «el aumento de la transmisibilidad y/o virulencia de un patógeno en los humanos»— a partir de peligros potenciales.

El nuevo texto de los NIH sobre la ganancia de función fue notablemente similar a una declaración del portavoz de Fauci, quien dijo que la investigación de EcoHealth no caía bajo la estricta supervisión de los NIH ya que los experimentos financiados «no se esperaba razonablemente que aumentaran la transmisibilidad o la virulencia en los seres humanos».

Tabak se hizo eco de esta nueva definición en su reciente carta al Congreso, cuando escribió que el trabajo de Daszak «no se ajustaba a la definición de investigación con patógenos mejorados de potencial pandémico o ePPP porque no se había demostrado que estos coronavirus de murciélago infectaran a los humanos».

El profesor Richard Ebright, biólogo de la Universidad de Rutgers, escribió en Twitter: «En esencia, están afirmando que, como los NIH no financiaron estudios de infección con virus generados en laboratorio y sujetos humanos —¿detenidos uigures? ¿Disidentes de Falun Gong?— los NIH no financiaron investigaciones de ganancia de función».

La nueva terminología de ganancia de función puede tener su origen en el director de los NIH, Collins, que parece haber presagiado el cambio de definición en una declaración de mayo de 2021, cuando afirmó que los NIH no financiaban investigaciones sobre coronavirus que «aumentaran su transmisibilidad o letalidad para los seres humanos».

En el momento de la declaración de Collins, empezaban a plantearse por primera vez en los medios de comunicación corporativos preguntas sobre los orígenes de la COVID-19 y sobre la financiación por parte de los NIH de experimentos de ganancia de función en el Instituto de Virología de Wuhan. El propio Collins había negado rotundamente que se hubieran financiado experimentos de ganancia de función en el laboratorio, calificando las noticias de desinformación.

El NIH afirma que el trabajo de EcoHealth es «distinto» del COVID pero ignora los virus ocultos

El mismo día que se envió la carta de Tabak al Congreso, los NIH publicaron otra declaración en la que afirmaban que ninguno de los trabajos que habían financiado en Wuhan a través de EcoHealth Alliance podría haber conducido a la creación de la COVID-19.

Los NIH afirmaron que «es evidente que los virus estudiados en el marco de la subvención de EcoHealth Alliance están muy alejados del SARS-CoV-2″.

Un miembro del personal médico gesticula dentro de una sala de aislamiento en el Hospital de la Cruz Roja en Wuhan, en la provincia central china de Hubei, el 10 de marzo de 2020. (STR/AFP vía Getty Images)

Pero los NIH no revelaron que simplemente no es posible saber qué virus estaban estudiando EcoHealth y el laboratorio de Wuhan. El Instituto borró su base de datos de muestras virales en septiembre de 2019; la base de datos sigue desaparecida. Además, Peter Daszak, colaborador del Instituto desde hace mucho tiempo, ha admitido tener un gran número de virus no revelados.

Los NIH tampoco reconocieron la existencia de un proyecto para la creación de un virus similar a la COVID-19. En 2018, EcoHealth presentó una propuesta al programa de la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada de Defensa (DARPA) del Pentágono que detallaba el plan de la organización para crear coronavirus completamente nuevos mediante la combinación sintética de esqueletos de virus preexistentes. La propuesta describía cómo esos virus se iban a hacer más virulentos en humanos mediante la inserción de un punto de corte de furina, una característica que distingue a la COVID-19 de todos los demás coronavirus relacionados con el SARS.

El sitio de clivaje de la furina es la clave de la patogenicidad de la COVID-19 en los seres humanos. Notablemente, la directora del Instituto de Virología de Wuhan, Shi Zhengli, omitió cualquier mención al sitio de clivaje de furina de la COVID-19 cuando describió por primera vez el virus COVID-19 en un detallado artículo publicado en febrero de 2020 en la revista científica Nature.

A pesar de sus negativas anteriores, los NIH sabían que EcoHealth y el Instituto de Virología de Wuhan habían llevado a cabo experimentos de ganancia de función que dieron lugar a virus altamente patógenos, y no hicieron responsable a EcoHealth de los requisitos que los propios NIH habían impuesto.

Tal vez lo más importante es que los NIH sabían que estos experimentos se estaban llevando a cabo en el territorio de un adversario de los Estados Unidos: la China comunista.


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Las opiniones expresadas en este artículo son propias del autor y no necesariamente reflejan las opiniones de The Epoch Times

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