Una nueva variante del coronavirus causante de COVID-19 fue descubierta en un hogar de ancianos en Kentucky, donde habría infectado a 45 residentes y a su personal sanitario, de acuerdo al científico William A. Haseltine.
La variante, denominada R.1, se identificó primero en Japón e infectó a muchos residentes y trabajadores de hogares de ancianos que estaban totalmente vacunados, dijo Haseltine.
La R.1 cuenta ahora con más de 10,000 registros en la base de datos GISAID SARS-CoV-2, la mayor base de datos del mundo que los investigadores utilizan para rastrear y registrar datos genómicos del coronavirus.
«La variante contiene cinco mutaciones previamente señaladas en las variantes de preocupación o de interés (…) y también contiene muchas mutaciones únicas», escribió Haseltine para Forbes.
«La R.1 es una variante que hay que tener en cuenta. Esta se ha afianzado tanto en Japón como en Estados Unidos. Además de varias mutaciones, sobre todo en la proteína spike y la proteína de la nucleocápside, que son comunes a las variantes de interés, la R.1 tiene un conjunto de mutaciones únicas que pueden conferir una ventaja adicional en la transmisión, replicación y supresión inmunitaria», añadió.
Los comentarios del científico se producen apenas unos días después que el panel asesor sobre vacunas de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de Estados Unidos votara en contra de suministrar la dosis de refuerzo de la vacuna Pfizer al público en general. La FDA recomendó las dosis adicionales de refuerzo solo para los estadounidenses de 65 años o más y para los que estén en alto riesgo, lo que supone un revés a la agenda de vacunación del gobierno de Joe Biden.
Las autoridades sanitarias de Estados Unidos, algunos otros países y los fabricantes de vacunas argumentan que las dosis de refuerzos son necesarias para todo el mundo, sin embargo muchos científicos especialistas, incluidos algunos dentro de la FDA, no están de acuerdo, ya que los reguladores aún no verificaron de forma independiente todos los datos disponibles.
Algunos miembros del personal de la FDA también indicaron que actualmente no está claro si los que reciben una dosis de refuerzo tendrían un mayor riesgo de reacciones adversas, como la miocarditis (inflamación del músculo cardíaco) o la pericarditis (inflamación del revestimiento exterior del corazón).
Desde abril de 2021, Estados Unidos registra un aumento de notificaciones de casos de miocarditis y pericarditis tras la vacunación de Pfizer-BioNTech y Moderna, sobre todo entre adolescentes y adultos jóvenes, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades.
Un estudio reciente de varios científicos de alto nivel de la Organización Mundial de la Salud y la FDA también concluyó que la población en general no necesita una dosis de refuerzo y, en su lugar, pidió que los suministros actuales de vacunas se repartieran a las poblaciones no vacunadas, como los países de bajos ingresos.
«Incluso si finalmente se demostrara que el refuerzo disminuye el riesgo de enfermedad grave a medio plazo, los suministros actuales de vacunas podrían salvar más vidas si se utilizaran en poblaciones no vacunadas previamente», escribieron los autores.
El director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, también pidió a Estados Unidos que deje de desarrollar vacunas de refuerzo hasta finales de año y, en su lugar, comparta las vacunas sobrantes con las naciones subdesarrolladas.
«No me quedaré callado mientras las empresas y los países que controlan el suministro mundial de vacunas piensen que los pobres del mundo deben conformarse con las sobras», dijo Tedros en una conferencia de prensa el 8 de septiembre. «Debido a que los fabricantes priorizan o se ven legalmente obligados a cumplir acuerdos bilaterales con los países ricos dispuestos a pagar mucho dinero, los países de bajos ingresos se ven privados de las herramientas para proteger a su población».
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