La entrada cada vez más influyente en Latinoamérica de la app china de viajes compartidos DiDi enciende las alarmas entre expertos en seguridad nacional, ya que plantea un riesgo al acceso y control de los datos personales de sus usuarios por parte del Partido Comunista Chino (PCCh).
En los últimos meses, el régimen chino ha venido regulando a las empresas privadas chinas, como el gigante del e-commerce Alibaba, y compañías de diferentes sectores, entre ellas DiDi–la plataforma de transporte compartido que se convirtió en el blanco de una represión “sin precedentes” por parte de Beijing pocos días después de su debut en la Bolsa de Valores de Nueva York.
El régimen chino ha sido impreciso sobre sus razones de imponer sanciones contra DiDi, pero muchos expertos apuntan a que el régimen no quiere que las empresas nacionales coticen en los mercados de valores extranjeros.
DiDi fue fundada en Beijing en 2012 por el exgerente de Alibaba, Cheng Wei. La empresa, apodada “el Uber de China”, tiene la mayor cuota de mercado del país. Mientras que en el extranjero, de los 16 países donde opera, 10 están en Latinoamérica: Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, México, Panamá, Perú y República Dominicana.
Evan Ellis, experto sobre asuntos entre China y América Latina, dijo que Beijing se ha dado cuenta que el tipo de datos que DiDi recoge dentro de China representa una «amenaza para los servicios de inteligencia chinos» y que posiblemente el régimen llegue a un acuerdo para tener un control más estrecho de lo que DiDi está recogiendo.
«Es razonable presumir que si se llega a un acuerdo, esto permitirá que el régimen chino pueda controlar a DiDi no solo en China, sino que tendrán acceso a los datos recopilados en el extranjero–porque no creo que los datos que recoja DiDi en Colombia, Argentina, o Brasil sean completamente independientes de lo que se recopile en los cuarteles generales en China–entonces el régimen chino potencialmente tendría acceso a datos que sean de utilidad o interés para ellos», dijo Ellis a The Epoch Times.
«Este acceso podría expandir mucho más la presencia y el peligro de China en Latinoamérica», agregó. «Porque si yo soy un empresario y yo tomo un taxi con la app de DiDi–especialmente en Latinoamérica, donde es mucho más confiable tomar un taxi de aplicativo que uno de la calle–y voy a una reunión a un edificio del gobierno o me reúno con otras personas del gobierno, este tipo de información podría ser utilizada por China para saber con quiénes estoy haciendo negocio».
«Incluso muchos empleados de embajadas también utilizan estas apps de viaje compartido, así que Beijing puede saber con quién se están reuniendo los diplomáticos en cierto país. Hay muchas oportunidades para que China se informe, y es un motivo de gran preocupación», agregó.
China: «Incubadora del populismo» en Latinoamérica
Ellis dijo que estas nuevas regulaciones de Beijing contra DiDi es un llamado de advertencia para los países latinoamericanos.
«Creo que en América Latina siempre hay una tendencia de pensar: ‘Ah, eso no nos afecta a nosotros, solo es una gran pelea entre China y EE. UU., así que solo aceptemos el dinero de los dos y ya, porque no tenemos nada que ver en eso'», señaló.
«El problema es que es que se compromete la soberanía del país–si China puede saber con quién se reúne el viceministro de un país, los secretos del gobierno, sobre quién está negociando–entonces básicamente la nación está entregando su propia privacidad y habilidad de tomar decisiones a un régimen», agregó.
El experto dijo que muchas veces los países no ven la naturaleza del riesgo, ya que China ha buscado captar el valor agregado de todas las naciones en el Hemisferio Occidental; sin embargo, esta «relación» viene con condiciones.
«Tristemente se puede ver que los países en América Latina que quieren tener acuerdos económicos con China están bajo la presión del régimen por no perder dichas inversiones, lo cual hace que Latinoamérica se tape la boca cuando se trata de temas como Hong Kong, Xinjiang, Tíbet, etc.», añadió.
Ellis señaló también que China opera como una «incubadora del populismo» en ciertos países que hacen un giro hacia la izquierda–como Venezuela, Bolivia, Argentina, y recientemente Perú.
«América Latina está perdiendo indirectamente su libertad de expresión, está perdiendo poco a poco su democracia», dijo. «Porque si bien China no promueve el populismo izquierdista en la región, una vez que los populistas izquierdistas toman el poder en un país, y como China ya tiene sus propios intereses allí, entonces la nación queda estancada en esto».
A pesar que hay ciertos países donde los regímenes han tenido una continuidad y se consolidaron en el poder–como Venezuela; Cuba con la nueva transición con Díaz-Canel; y los países que han regresado a este izquierdismo popular–Bolivia con Luis Arce; los peronistas izquierdistas en Argentina; hay otros países que Ellis dijo que ve con preocupación
«En los casi 20 años que he seguido este tema, jamás he visto la región en una situación de tanto riesgo», señaló.
«Un país que veo en riesgo es Chile con su Asamblea Constituyente ya en progreso y próximo a sus elecciones en noviembre; también me preocupa cómo va México con AMLO–y no es que AMLO sea gran fan de los chinos, pero está tomando acciones que alejan cada vez más las inversiones y relaciones con gobiernos del occidente para depender de los chinos», dijo.
«Es China que financia la refinería Dos Bocas en México, China ahora es operadora de la gran mina de litio Bacanora en el desierto de Sonora, China está también en el proyecto del Tren maya–yo creo que quizás por las decisiones del día a día de AMLO, México está indirectamente dependiendo más de China», agregó.
También señaló el mismo caso hacia Honduras y Haití. “Veo tristemente vulnerabilidades por toda la región».
«Esto realmente perjudica una de las cosas más sagradas de los países hispanos–su independencia», agregó.
Con información de Emel Akan.
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