La protección de las vacunas contra el virus que causa el COVID-19 disminuyó tras la aparición de la variante ómicron, pero siguió siendo fuerte contra la hospitalización, según un nuevo estudio.
Mientras la variante delta seguía siendo predominante en Estados Unidos, los casos de COVID-19 y las hospitalizaciones entre las personas no vacunadas eran 3.8 veces y 12.9 veces, respectivamente, comparados con los de las personas vacunadas pero sin recibir una dosis de refuerzo, según descubrieron los investigadores de California.
La diferencia entre las personas no vacunadas y las que recibieron un refuerzo fue aún mayor, ya que las personas no vacunadas sufrieron infecciones 12.3 veces y hospitalizaciones 83 veces más que las métricas del grupo vacunado y que recibió una dosis de refuerzo.
Sin embargo, la diferencia se redujo significativamente después de que ómicron, una variante del virus del PCCh (Partido Comunista Chino), desplazara a delta como la variante predominante en el país.
Tras este cambio, la incidencia de casos de COVID-19 entre los no vacunados fue solo 2 veces superior a la de los vacunados, mientras que la incidencia de hospitalizaciones fue 5.3 veces mayor. En comparación con las personas que recibieron un refuerzo, los no vacunados tuvieron una tasa de casos 3.6 veces mayor y una tasa de hospitalización 23 veces mayor.
El estudio, publicado como un informe de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), examinó una
sección representativa de los residentes en el condado de Los Ángeles de 18 años o más que dieron positivo por COVID-19 entre el 7 de noviembre de 2021 y el 8 de enero.
«Parece que algunas personas eran más susceptibles, incluso si se habían vacunado, con ómicron que con delta, e incluso más que con las variantes anteriores», dijo a The Epoch Times la doctora Sharon Balter, directora del Programa de Control de Enfermedades Transmisibles Graves del Departamento de Salud Pública del Condado de Los Ángeles y una de las autoras del estudio.
«Aunque todavía se puede contraer el COVID aunque se esté vacunado, como esperábamos, las vacunas siguen siendo buenas para proteger contra la enfermedad grave. Y, en particular, creo que ha habido algunas preguntas sobre el refuerzo y si era necesario, y creo que esto enfatiza la importancia» de eso, añadió Balter.
El Dr. Peter Gulick, experto en enfermedades infecciosas de la Universidad Estatal de Michigan, se mostró de acuerdo.
«El refuerzo realmente ayuda a controlar ómicron», dijo a The Epoch Times tras revisar el estudio.
Otros estudios y análisis de datos han indicado que la serie primaria de las vacunas contra el COVID-19 proporciona poca protección contra la infección de ómicron y ofrece una protección reducida pero aún fuerte contra la enfermedad grave. Muchos expertos aconsejan a la mayoría o a todas las personas que reciban una vacuna adicional, conocida como refuerzo, para recuperar la protección perdida.
Pero algunos datos sobre los refuerzos sugieren que la protección restaurada, en particular contra la infección, comienza a disminuir apenas semanas o meses después de la administración.
El nuevo estudio no incluye un análisis de la duración de la protección de refuerzo, pero es una cuestión abierta, dijo Gulick.
«Ésas son las preguntas que no tienen buenas respuestas, cuánto tiempo va a durar, y sé que en Israel están estudiando una cuarta dosis», dijo.
Las autoridades estadounidenses han permitido que algunas personas inmunodeprimidas reciban una segunda dosis de refuerzo, y el Dr. Anthony Fauci, principal asesor médico del presidente Joe Biden, dijo en enero que podría ser necesario otro refuerzo para todos.
Los investigadores californianos tampoco estudiaron el papel de la inmunidad natural, es decir, la protección causada por haberse contagiado de COVID-19 y recuperarse, pero es probable que desempeñe un papel en la reducción de la brecha entre los no vacunados y los vacunados, según el Dr. Adam Cifu, profesor de medicina de la Universidad de Chicago.
«La vacuna sigue siendo eficaz, aunque en menor medida contra ómicron. La diferencia entre las personas vacunadas y las no vacunadas también disminuye a medida que la gravedad de la enfermedad causada por esa variante disminuye y más personas no vacunadas adquieren inmunidad a través de la exposición al COVID», dijo Cifu, que no participó en el estudio, a The Epoch Times en un correo electrónico.
Los estudios sobre las propiedades de ómicron indican que la variante puede evadir mejor la protección que confieren tanto las vacunas como la infección previa, pero por lo general, causa una enfermedad menos grave. Sin embargo, dado que ómicron ha infectado a más personas que delta, puede hacer que un mayor número de personas requieran atención hospitalaria, incluso entre los vacunados.
El estudio muestra que, a pesar de que ómicron elude mejor las vacunas, estas «seguían protegiendo contra la enfermedad grave (hospitalizaciones y muertes) por ómicron», dijo a The Epoch Times por correo electrónico la Dra. Monica Gandhi, directora médica de la Clínica del VIH del Hospital General de San Francisco.
La disminución de la protección contra la infección se debe probablemente a que los anticuerpos, una línea primaria de defensa contra las infecciones víricas, disminuyen con el tiempo, dijo Gandhi. Sin embargo, las células T y las células B, que protegen contra la enfermedad grave, parecen mantenerse a lo largo del tiempo, incluso contra ómicron.
El estudio se publicó en la revista Morbidity and Mortality Weekly Report de los CDC, que solo publica contenidos tras un proceso de autorización a varios niveles que incluye una revisión por parte del director de la agencia u otro alto funcionario (pdf). En el momento de su publicación, todo el contenido «refleja o es coherente con la política de los CDC».
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