En cada ciudad que visita Shen Yun Performing Arts, la Embajada de la República Popular China intenta boicotear el espectáculo. En particular, los intentos son más evidentes cuando se trata de alguna ciudad donde Shen Yun está actuando por primera vez y el público local aún no ha visto el espectáculo.
Ese fue el caso con República Dominicana este año, donde Shen Yun está de gira hasta el 7 de febrero. Poco antes del estreno, la Embajada China en República Dominicana publicó un comunicado en el que “sugería” a los dominicanos no ver el espectáculo de Shen Yun.
Alfredo De la Cruz Rijo, analista en Relaciones Internacionales, lo consideró una intromisión del régimen chino en los asuntos internos de la República Dominicana.
“Es un desatino de la Embajada China a los dominicanos, que debe ser subsanado cuanto antes”, dijo De la Cruz en su canal de Youtube.
“En países como el nuestro, en una democracia, los ciudadanos ven lo que quieren ver”, dijo, y agregó que un espectáculo de cultura, como Shen Yun, no tiene por qué afectar las relaciones entre países.
Alfonso Quiñones, editor de cultura y espectáculos del periódico El Caribe y del canal CDN, confirmó a The Epoch Times que los medios de comunicación dominicanos fueron también presionados por la Embajada China para que no le dieran cobertura al espectáculo.
“Lo cual me parece atroz, me parece una práctica que debería ser no solo abolida sino castigada. Si yo hubiese sido el canciller, hubiera emitido una nota de protesta, porque realmente son prácticas absolutamente indecentes y amenazadoras”, dijo Quiñones.
El Sr. Quiñones vio el show en el Teatro Nacional Eduardo Brito de Santo Domingo.
“A mí me parece un espectáculo sumamente importante. No solo desde el punto de vista cultural y su alta valoración estética, sino lo que éticamente significa y desde el punto de vista ideológico, porque realmente nos muestra la otra cara de la moneda”, y agregó que no había visto en el show ninguna “amenaza cruel” mencionada en la carta de la Embajada a la prensa.
“Yo soy cubano, estudié en la Unión Soviética, y conozco muy bien todas esas traquimañas, todas esas estupideces que realmente me parecen ya pasadas de moda y que no deben seguir existiendo. Creo que este tipo de cosas merecía incluso una protesta diplomática por parte de la Cancillería”, agregó.
El espectáculo de Shen Yun hace un recorrido por los 5000 años de cultura china. En él se pueden ver danzas de distintas dinastías, épocas y regiones de China. Y también hay danzas que hacen referencia a la situación que se vive actualmente en China bajo el régimen comunista, en particular, con la persecución a Falun Dafa que comenzó en 1999. Este es el aspecto que más molesta al régimen chino.
Esas danzas también suelen ser las que más conmueven al público.
El abogado José Alberto Ortiz, que vio el show el sábado en Santo Domingo, considera que es importante que Shen Yun siga expandiéndose por el mundo.
“Es importante que se siga difundiendo la cultura y que se siga llamando la atención –eso lo quiero decir claro– a lo que el PCCh le está haciendo a la humanidad. Es importante que se siga denunciando los excesos del gobierno chino, que se siga denunciando la dictadura y que se siga llevando al mundo el mensaje de que Dios nos creó libres para que fuéramos libres”, dijo.
Y para el médico endocrinólogo Félix Escaño, los intentos de la Embajada China de boicotear el espectáculo fue justamente lo que motivó a muchos dominicanos a asistir al show, como forma de manifestarse contra las dictaduras.
“La opinión que tengo es que [el espectáculo de Shen Yun] es algo impactante, novedoso, muy profesional, de mucho nivel, mucha capacidad profesional. Entonces lógicamente, como digo, le abre la puerta a los dominicanos para manifestarse a favor de este tipo de manifestaciones en la democracia que nosotros tenemos, porque realmente la dictadura no vale”, opinó.
Por su parte, el Sr. Carlos Veitía, director del Teatro Nacional Eduardo Brito, donde se presentó Shen Yun en Santo Domingo, consideró que recibir a la compañía neoyorquina fue “un momento brillante dentro de mi gestión en el teatro”.
“Porque es una compañía que cree en las virtudes, en la disciplina, en el subir el espíritu humano, que todos los países, todas las culturas, tenemos que velar por ella. El Teatro Nacional siempre va a estar abierto a todo aquel que venga con arte a decir su verdad. Y bueno, el público está aquí para decidir qué cree y qué no cree”.
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