En medio de las intensas críticas y el escrutinio por el fracaso de la comunidad militar y de inteligencia estadounidense para detectar y prevenir la entrada de un globo espía chino en el espacio aéreo del país, incluso después de al menos tres incursiones anteriores de naturaleza similar, un portavoz del Departamento de Estado intentó presentar un enfoque proactivo de parte de la administración Biden, diciendo que compartirán ampliamente la inteligencia con los países aliados en un esfuerzo por frustrar una mayor subversión por parte de Beijing.
El portavoz del Departamento de Estado, Ned Price, describió la falla de seguridad que representa la entrada del globo de vigilancia como un problema al que se enfrentan no solo Estados Unidos, sino muchas otras naciones, de cuerdo a una conferencia de prensa celebrada el 6 de febrero.
«Nosotros hemos detectado esta variedad de globo de vigilancia a gran altitud en los cinco continentes. Se trata de un desafío al que se han enfrentado varios países de todo el mundo, y es precisamente por eso que, tras el derribo de este globo de vigilancia a gran altitud, pensamos que es importante reunirnos, tender la mano a países con ideas afines de todo el mundo para compartir lo que hemos experimentado, compartir lo que sabemos, expresar nuestra preocupación común y hacer lo que podamos para asegurarnos de que como comunidad internacional, estamos hablando muy claramente a la RPC y sobre este asunto a cualquier otro país (…) que adopte este tipo de comportamiento, para subrayar que es irresponsable, inapropiado y, en definitiva, inaceptable», declaró Price.
A continuación, Price subrayó el papel fundamental que, en su opinión, desempeña Japón para contener la amenaza del régimen chino y garantizar la estabilidad de la región Indo-Pacífica.
El portavoz llegó incluso a dar su visto bueno a las medidas históricas que Japón empezó a tomar oficialmente a fines del año pasado para rearmarse y para aumentar su capacidad de disuasión ante las agresiones procedentes de China continental.
La constitución japonesa de posguerra restringió severamente el tamaño y el papel de las fuerzas armadas de la nación y negó su capacidad militar ofensiva. Sin embargo ahora, el Primer Ministro Kishida Fumio se ha comprometido a alterar el protocolo vigente por tanto tiempo e importar armas de Estados Unidos, incluidos misiles de crucero Tomahawk que pueden alcanzar la China continental. Al parecer, Japón también desarrollará sus propias armas para mejorar su capacidad de disuasión frente a Beijing.
«Nuestros aliados japoneses son fundamentales para nosotros en el Indo-Pacífico, en el norte de Asia y más allá. Nosotros hemos aplaudido las inversiones anunciadas por el primer ministro y sus capacidades de defensa. Apoyamos de todo corazón la coordinación y cooperación de nuestra alianza en toda una serie de frentes y, en términos más generales —ya sea en el Indo-Pacífico, en Europa o en cualquier otro lugar— cuando se trata de los retos que plantea la RPC, una de nuestras mayores fortalezas va a ser el sistema de asociaciones y alianzas que llevamos con nosotros», afirmó Price.
Price describió el primer año de la administración Biden como uno de cultivo intensivo de alianzas con otras naciones que comparten el interés por frenar la agresión y la subversión china.
«Yo creo que ustedes han oído a varios países expresar su preocupación, e incluso su indignación, por lo ocurrido en el último par de días. Pero en términos más generales, tenemos la suerte de tener de nuestro lado en el Indo-Pacífico a aliados como Japón, aliados y socios en todo el mundo (…) con los que trabajamos codo con codo para hacer frente a los retos y oportunidades que se nos presentan», afirmó Price.
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