La Marina de Estados Unidos confirmó este viernes el despido del capitán de un portaaviones que pidió ayuda a sus superiores para hacer frente a un brote del virus del PCCh (Partido Comunista Chino), comúnmente conocido como nuevo coronavirus en su buque y cuya llamada de alarma se filtró a los medios de comunicación.
La Marina emitió un comunicado en el que corroboró la destitución del capitán Brett Crozier, quien estaba al mando del portaaviones nuclear Theodore Roosevelt cuando en marzo alertó de un brote de la COVID-19 y fue suspendido al trascender su llamada de socorro.
«Los resultados de la investigación justificaron la baja», señalaron al diario Político fuentes cercanas a la investigación, según las cuales, a Crozier se le achaca no haber podido tomar «las medidas adecuadas y hacer lo que se supone debe hacer el oficial al mando de un barco».
A comienzos de abril, el Pentágono ya había defendido su decisión de despedir al militar, quien había dado positivo para la COVID-19.
El 31 de marzo, Crozier escribió una carta a sus superiores en la que les pedía actuar para salvar a los cerca de 5,000 miembros de la tripulación del portaaviones, atracado en el puerto de Guam, en el Pacífico, porque más de un centenar estaban contagiados de LA COVID-19.
Finamente fueron unos 1.500 los que dieron positivo.
«No estamos en guerra. Los marineros no deben morir. Si no actuamos ahora, estamos fracasando a la hora de cuidar a nuestro activo más confiable: nuestros marineros», escribió Crozier.
Su carta se filtró al diario The San Francisco Chronicle, y el entonces secretario de la Armada, Thomas Modly, anunció el despido del jefe militar por considerar que demostró un «mal criterio» al enviar su misiva por correo electrónico a una treintena de personas.
Modly dijo en un comunicado que la carta fue enviada a través de un correo electrónico no seguro no clasificado fuera de la cadena de mando que había “despertado las alarmas innecesariamente” y “creó la impresión de que la Marina no estaba respondiendo a sus preguntas”.
El presidente de EE.UU., Donald Trump, también criticó por ese entonces a Crozier, al opinar en una rueda de prensa que «no es apropiado» que «escribiera una carta» y que esta «se difundiera por todas partes», porque «no estaba en una clase de literatura».
Días después Modly renunció al cargo debido a la polémica que generó su despido de Crozier y, sobre todo, por haber denigrado su figura ante los marineros del portaaviones en una visita que hizo ex profeso a Guam para dirigirse a ellos.
Tras la filtración de su carta, muchos tripulantes del Roosevelt pudieron desembarcar en la base naval estadounidense en Guam y otros fueron puestos en cuarentena en hoteles de la isla, tras dar negativo en la prueba del coronavirus.
Tras la investigación, la Marina dijo que la destitución de Crozier no se debió por el correo electrónico que se filtró a la prensa o por alertar sobre el brote de COVID-19 en su embarcación.
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