Alrededor del 77 por ciento de las muertes relacionadas con COVID-19 en Connecticut reportadas a fines de abril, se produjeron en hogares de ancianos. Los estados de todo EE.UU. están luchando por mantener con vida a la tercera edad en medio de la pandemia.
Las muertes en todo Connecticut aumentaron a 624 entre el 22 y el 29 de abril. Durante ese período de tiempo, las muertes en los hogares de ancianos aumentaron a 481.
Las muertes relacionadas con COVID-19 están ocurriendo cada vez más en los asilos, dijo el gobernador Ned Lamont a los periodistas la semana pasada. «Eso es algo en lo que tenemos que pensar seriamente», dijo.
COVID-19 es una nueva enfermedad causada por el virus del PCCh (Partido Comunista Chino), comúnmente conocido como el nuevo coronavirus. Es responsable de enfermedades graves en los ancianos y en las personas con problemas de salud preexistentes, como la obesidad y las enfermedades renales.
La gran mayoría de las muertes en Connecticut relacionadas con la enfermedad se han producido entre personas de 70 años o más, según el Departamento de Salud del estado. Hasta la última actualización, Connecticut tuvo 2718 muertes asociadas al virus del PCCh. De ellas, 1596 eran mayores de 80 años, 596 tenían entre 70 y 79 años, y 340 entre 60 y 69 años. Sumados, esos grupos comprenden el 93.1 por ciento de las muertes en el estado.
No se han registrado muertes entre los residentes de 29 años o menos.
El 23 de abril, Lamont ordenó a los asilos de ancianos y comunidades similares que informen diariamente sobre el número de casos de COVID-19 y las muertes relacionadas con la enfermedad. Se impuso una multa de 5000 dólares a los que no cumplan el reglamento.
Los funcionarios del estado dijeron en una orden del 17 de abril que los traslados de residentes de hospitales u otros lugares no deben ser rechazados si se desconoce su estado de COVID-19 o, si resultan positivos y sus síntomas han mejorado. Algunos residentes fueron enviados temporalmente a instalaciones como el Centro de Atención Médica Northbridge en Bridgeport, que fueron creadas para los ancianos que no estaban listos para regresar a sus hogares.
Los estados de todo EE.UU. han visto un porcentaje significativo de muertes relacionadas con COVID-19 que tienen lugar en hogares de ancianos. Las autoridades de Nueva York dijeron el lunes que 4813 personas han muerto en los hogares de ancianos, un aumento de 1700 víctimas adicionales al informe anterior.
Esa cifra no incluye a los residentes de las residencias de ancianos que fueron llevados a los hospitales y luego murieron en esas instalaciones.
Por su parte los estados cercanos, incluyendo Nueva Jersey, Massachusetts y Rhode Island, han visto más de la mitad de las muertes relacionadas con el virus del PCCh entre los residentes de asilos.
El epidemiólogo de Yale, el Dr. Albert Ko, que copreside el grupo asesor para la reapertura bajo el gobernador Lamont, dijo al Hartford Courant que la muerte de un número tan elevado de residentes de hogares de ancianos «trae lágrimas a los ojos de todos», refiriéndose a los residentes como los «diamantes de la princesa» que necesitan protección.
La junta ha discutido el aumento de las muertes en los asilos pero se negó a hacer públicas las recomendaciones que los miembros han decidido.
«Estamos realmente preocupados por este grupo y una de las principales cosas que tenemos que hacer es protegerlos», dijo Ko. «Pero este virus explota como un incendio forestal en las instalaciones y es difícil de contener».
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