Opinión
Recientemente, Newt y yo tuvimos el honor de asistir a la proyección en el Capitolio de «Sonido de Libertad«, organizada por el presidente Kevin McCarthy. Esta poderosa película terminó con una estadística impactante: “La trata de personas es un negocio de USD 150,000 millones al año. Estados Unidos es uno de los principales destinos para la trata de personas y se encuentra entre los mayores consumidores de sexo infantil”.
“Sonido de Libertad” es una película increíblemente impactante que ha planteado al público a confrontar la trágica realidad de la explotación infantil. El flagelo del tráfico sexual de niños es una crisis tanto global como nacional.
De hecho, se han reportado casos de trata de personas en todos los estados de EE. UU. En un artículo reciente para The Daily Signal, Emma Waters, investigadora asociada del Centro DeVos para la Vida, la Religión y la Familia de la Fundación Heritage, escribió que, según algunos estudios, se calcula que el 83% de las víctimas del tráfico de menores en Estados Unidos son estadounidenses.
Como señaló Waters, “en promedio, un niño ingresa al comercio sexual de Estados Unidos entre los 12 y los 14 años. Muchas son niñas que escaparon y sufrieron abusos sexuales de pequeñas».
Los traficantes pueden captar a cualquier niño. Los menores vulnerables corren especial riesgo —especialmente aquellos que no tienen redes de apoyo sólidas, que han sufrido violencia anteriormente, que no tienen hogar o que están marginados por la sociedad.
El año pasado, el Centro Nacional para Niños Desaparecidos y Explotados recibió más de 19,000 denuncias de posible tráfico sexual infantil, y su CyberTipline recibió 31.9 millones de denuncias de pornografía infantil.
Aunque las víctimas de la trata de menores suelen ser traficadas por algún conocido, los depredadores criminales y los traficantes también se dirigen a los niños utilizando las plataformas de las redes sociales e Internet para distribuir contenidos explícitos en todo el mundo.
Un estudio multinacional realizado por la empresa matriz de Snapchat recopiló recientemente datos sobre adolescentes y adultos jóvenes de la Generación Z de Estados Unidos, el Reino Unido, India, Alemania, Francia y Australia. La investigación reveló que aproximadamente dos de cada tres encuestados (o alguien que conocían) fueron objeto de esquemas de sextorsión, un delito por el cual las víctimas son manipuladas o coaccionadas para crear y compartir contenido explícito con depredadores.
El estudio reveló que estos jóvenes fueron hackeados o víctimas de estafas de catfishing en las que se utilizaban imágenes explícitas o información personal para chantajear a las víctimas para que proporcionaran más contenido explícito o dinero.
Además, según un artículo publicado en MIT Technology Review, una investigación de Internet Watch Foundation encontró que Estados Unidos alberga más contenido de abuso sexual infantil online que cualquier otro país.
Como señaló el Fondo Internacional de Emergencia para la Infancia de las Naciones Unidas, “La trata no es solo un problema que afecta a personas de otros países. Estados Unidos es un país de origen y tránsito y también se considera uno de los principales puntos de destino de las víctimas de la trata y la explotación infantil».
Lamentablemente, la afluencia masiva de cruces fronterizos ilegales en la frontera sur de EE. UU. está amplificando esta crisis. Cada año, aproximadamente 50,000 personas, en su mayoría de México y Filipinas, son traficadas hacia Estados Unidos.
Las políticas de fronteras abiertas del presidente Joe Biden, que incentivan la inmigración ilegal, están “directamente relacionadas con un aumento en el tráfico de niños en Estados Unidos”, según The Heritage Foundation. Considere que en los años fiscales 2021 y 2022, el Departamento de Salud y Servicios Humanos de EE. UU. contabilizó 235,093 menores no acompañados que ingresaron al país, pero perdió el contacto con más de 85,000 de ellos. Pero que quede claro: estos son solo los niños de los que tenemos constancia.
A pesar de la gravedad de la crisis actual, no debemos perder la esperanza.
Los esfuerzos de las fuerzas del orden, como la “Operación Cross Country”, en su decimotercer año, y personas como Tim Ballard, que han dedicado su vida a liberar a los niños de la esclavitud, son fuentes de inspiración.
Todo estadounidense debe tomar una posición inquebrantable contra el flagelo del tráfico de niños que está ocurriendo trágicamente en Estados Unidos y en todo el mundo.
De Gingrich360.com
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Las opiniones expresadas en este artículo son propias del autor y no necesariamente reflejan las opiniones de The Epoch Times
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