El mercado automovilístico de China se derrumba a 3 meses del inicio de la pandemia

La demanda sigue bajando a pesar de que la mayoría de los distribuidores reabrieron

Por FAN YU
12 de abril de 2020 7:34 PM Actualizado: 12 de abril de 2020 7:34 PM

Análisis de noticias

Las ventas de automóviles en China se derrumbaron completamente durante el primer trimestre de 2020.

Los datos de ventas de enero a marzo fueron los peores de la historia, ya que la pandemia del virus del PCCh cerró fábricas y concesionarios de automóviles en toda China, y los consumidores se aferraron a sus bolsillos.

Las ventas anualizadas de automóviles en China cayeron un 43 por ciento en marzo, según los datos oficiales publicados por la Asociación China de Fabricantes de Automóviles, respaldados por el gobierno, el 10 de abril. El mercado automovilístico más grande del mundo luchó por volver a la normalidad tras una prolongada caída de la demanda, agravada por la actual pandemia del virus del PCCh (Partido Comunista Chino), comúnmente conocido como el nuevo coronavirus.

Los resultados de marzo fueron ligeramente mejores que los de febrero, mes en que las ventas se derrumbaron en un 79 por ciento debido a que la mayor parte del país estaba bloqueada. No obstante los registros de marzo siguieron siendo insatisfactorios, pese a que Beijing buscó abrir la economía lo más rápido posible.

El sector automovilístico de China estaba sumido en una profunda depresión que precedió al cierre inducido por el virus del PCCh. Marzo marcó el 21º mes consecutivo de descenso en las ventas en todo el país.


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Horrible momento

El mercado chino no sólo es vital para los fabricantes nacionales de automóviles, sino que también para marcas extranjeras como General Motors Co. y Volkswagen AG, quienes en los últimos años fijaron sus perspectivas de crecimiento en China.

Sin embargo, el momento de la pandemia es especialmente perjudicial para el mercado automovilístico chino, que llegó a 2020 con grandes expectativas tras dos años de disminución de las ventas, debido a la menor demanda y a la sobreproducción.

Beijing esperaba un rápido repunte en forma de V, pero en la práctica, la actividad económica se reactivó a un ritmo mucho más lento de lo que el gobierno había previsto. Una recuperación en forma de V ya no está en las cartas. En el mejor de los casos, la recuperación económica china tendrá una forma de U, y el escenario más probable es una recuperación en forma de L, tras una prolongada recesión desencadenada por el quiebre de la demanda externa.

Casi el 91 por ciento de los concesionarios de automóviles nuevos con franquicia en China reabrieron a mediados de marzo, según la publicación del sector Auto News. Pero el tráfico en las salas de exposición sigue siendo lento. Los concesionarios sólo están viendo el 53 por ciento de los niveles normales de clientes.

Otros datos sugieren que el tráfico peatonal de las tiendas ha ido disminuyendo desde la reapertura. El aumento de visitas a los concesionarios observado en marzo se redujo en abril, indicó el analista de megocios de IHS Markit, Lin Huaibin, al medio Wall Street Journal (WSJ). La persistente crisis de empleo del país podría ser el factor principal. La tasa oficial de desempleo de China publicada por la Oficina Nacional de Estadísticas (NBS) saltó a un máximo histórico de 6,2% en enero y febrero combinados, desde el 5,2% en diciembre de 2019, lo que equivale a unos 5 millones de nuevas personas sin trabajo.

Esas cifras están ciertamente subestimando las verdaderas cifras de desempleo. De buenas a primeras, los trabajadores migrantes no están incluidos. Pero es útil en este caso, ya que las cifras oficiales de desempleo de la NBS cuentan los trabajadores de los centros urbanos de China. También es probable que la mayoría de esos 5 millones de desempleados tenía previamente medios económicos para comprar autos.

Los fabricantes locales de automóviles también parecen estar desproporcionadamente afectados por el virus del PCCh.

Los fabricantes de automóviles nacionales Zhejiang Geely Holding Group, Great Wall Motor, y el Warren Buffett-backed BYD vieron las ventas disminuir en un 43 por ciento, 47 por ciento y 48 por ciento respectivamente. Como grupo, experimentaron las mayores caídas de ventas, según el informe del WSJ. Los clientes de las marcas locales de automóviles son generalmente menos poderosos y podrían ser más susceptibles a las crisis económicas.

Aflojando las restricciones

A tres meses de iniciar el año 2020, la industria automotriz china ya parece ser una causa perdida.

Para combatir la caída de la demanda, Beijing está aplicando medidas para estimular la economía y reactivar el gasto de los consumidores.

A nivel macroeconómico, el total de la financiación social (TSF) de China en marzo ascendió a un récord de 5.2 billones de yuanes, unos 730,000 millones de dólares. La TSF es la medida más amplia de la financiación total de China e incluye tanto la financiación dentro del balance (a través de prestamistas comerciales) como la financiación fuera del balance (a través de bancos pantalla y fideicomisos). Esto significa que las empresas están recibiendo una financiación de liquidez sin precedentes para sobrevivir a la actual recesión.

También se han adoptado una serie de medidas específicas para el sector. Beijing anunció en marzo que extendería hasta el 2022 los subsidios para la compra de vehículos eléctricos (VE), que se suponía terminarían este año.

China está presionando para convertirse en un líder mundial en la adopción de vehículos eléctricos, pero las ventas de VE durante el período enero-marzo cayeron en un 56 por ciento, según el WSJ. Además la industria china de VE está notoriamente fragmentada, con docenas de nuevas empresas compitiendo por la atención.

WM Motor, NIO y Xpeng Motors son los tres fabricantes de vehículos eléctricos más importantes que cuentan con el importante respaldo chino de Tencent, Alibaba Group Holding y Baidu, respectivamente. De otra parte docenas de fabricantes de VE se han sostenido con una financiación limitada desde antes de que la pandemia los golpeara.

Las autoridades locales también han comenzado a ofrecer subsidios al consumidor. Ciudades como Changsha, Guangzhou y Ningbo están ofreciendo incentivos a los posibles compradores.

Changsha, por ejemplo, anunció el mes pasado que ofrecería descuentos de hasta 3000 yuanes (429 dólares) a los compradores de automóviles nuevos construidos localmente entre el 11 de marzo y el 30 de junio.

Tomando una página del libro de tácticas del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, los responsables de la política de Beijing también están considerando la posibilidad de retrasar seis meses la aplicación de normas de emisiones más estrictas, para ayudar a la industria automotriz a capear el temporal.

El gobierno de Trump recientemente redujo los estándares de emisiones de vehículos adoptados bajo el gobierno de Obama, requiriendo un 1.5 por ciento de incremento anual en la eficiencia del combustible, mucho más indulgente que el 5 por ciento previamente ordenado.


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