El número de solicitantes chinos de asilo aumentó casi un 800% entre 2012 y 2021, según datos del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).
Las estadísticas del ACNUR muestran que el número de personas que huyeron de China el año pasado alcanzó un récord de 118,476, mientras que en 2012 la cifra era de 15,362 en todo el mundo. El número de solicitantes de asilo chinos en 2019 y 2020 fue de 104,248 y 108,071, respectivamente.
En 2019 el número de solicitantes de asilo chinos superó por primera vez los 100,000.
Estas personas se vieron obligadas a abandonar China, que no ha sido asolada por la guerra en la última década y declaró haber alcanzado una «prosperidad moderada» en 2021. Las restricciones de cero COVID y los estrictos controles fronterizos en 2020 y 2021 no pudieron evitar que la gente huyera de China.
Desde 2012, ha habido unos 730,000 chinos que han solicitado asilo, y más de 170,000 personas viven fuera de China bajo el estatus de refugiados, según un informe de junio de Safeguard Defenders, una organización no gubernamental con sede en España.
«En un año de gobierno de Xi Jinping, 2021, China ha tenido más solicitantes de asilo que durante los últimos ocho años de gobierno de su predecesor Hu Jintao», escribió Safeguard Defenders en el informe.
También señaló que Estados Unidos ha sido el destino más popular para los solicitantes de asilo chinos, 88,722 personas pidieron asilo, y Australia es el segundo más popular, con 15,774 solicitantes de asilo el año pasado.
El número de solicitantes de asilo chinos sigue aumentando, «sin que se vea el final», dijo la organización.
Muchos solicitan asilo porque tienen pocas otras opciones para proteger su seguridad y bienestar. Sin embargo, los que se van al extranjero pueden ser perseguidos y devueltos a casa.
El largo brazo de la policía china en el extranjero: Safeguard Defenders
Según un informe de enero de Safeguard Defenders, el Partido Comunista Chino (PCCh) anunció que 10,000 ciudadanos chinos han sido devueltos con éxito desde más de 120 países de todo el mundo desde que lanzó la Operación Caza del Zorro en 2014.
El informe (pdf), titulado «Retornos involuntarios: La operación encubierta de China para obligar a los ‘fugitivos’ en el extranjero a volver», expone tres métodos que el PCCh emplea para traer a la gente de vuelta a China por la fuerza: las amenazas a la familia que permanece en China, la selección de víctimas en países extranjeros y el secuestro.
El expediente, de 69 páginas, detalla cómo se lleva a cabo cada método, con datos y estudios de casos, para devolver por la fuerza a ciudadanos chinos (o no chinos nacidos en China) que se encuentran en el extranjero.
Un caso detalla cómo el PCCh amenazó a la familia de un objetivo. Wang Jingyu, nacido en 2001, salió de China hacia Europa en 2019. En un posteo online en febrero de 2021, cuestionó el número oficial de muertos de China tras un enfrentamiento fronterizo con las tropas indias en 2020. La policía de su ciudad natal, Chongqing, acusó a Wang de «buscar peleas y provocar problemas» y detuvo a los padres de Wang, en un intento de obligar a Wang a regresar a China.
También se pusieron en contacto directamente con Wang por teléfono para presionarlo a volver. En abril de 2021, Wang fue detenido en Dubai mientras cambiaba de avión para un vuelo a Estados Unidos. Fue puesto en libertad después de que la historia apareciera en los medios de comunicación occidentales y de que las ONG de derechos humanos y el Departamento de Estado de Estados Unidos presionaran a los EAU.
Otro caso es el del secuestro en el extranjero. Dong Guangping, es un defensor de los derechos humanos chino que ya había cumplido tres años de prisión en China acusado de «incitar a la subversión del poder del Estado» a principios de la década de 2000. Dong consiguió huir a Tailandia, donde el ACNUR le concedió el estatus oficial de refugiado. «Mientras esperaba su reasentamiento en Canadá en un centro de detención de inmigrantes de Bangkok, la policía china entró, lo esposó delante de los agentes tailandeses y lo sacó de allí», dice el informe.
Dong apareció más tarde detenido en China.
En el informe se revelan más casos de diásporas chinas que han sido objeto de ataques y secuestros por parte del PCCh.
«Bajo Xi Jinping, el PCCh ha profundizado, ampliado y reforzado su persecución de todas las fuentes de oposición percibidas, desde las iglesias clandestinas, los practicantes de Falun Gong, los tibetanos, los mongoles, los uigures, el mundo académico y los medios de comunicación, por no mencionar su amplia represión en Hong Kong», dice el informe.
Los 10,000 casos de retorno forzado a China son solo «la punta del iceberg», dice el informe.
«La concienciación y las investigaciones nacionales, así como las acciones específicas para contrarrestar estas operaciones y proteger a los que corren más riesgo, son fundamentales para mantener el orden internacional basado en normas», afirma el informe al reconocer la necesidad de actuar.
Con información de Wu Minzhou.
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