El Departamento de Defensa (DOD) de EE.UU. está tomando medidas para garantizar que las empresas de defensa estadounidenses se desvinculen, tanto como sea posible, de las cadenas de suministro que involucran a China.
La dependencia del ejército estadounidense a los insumos chinos salió a la luz a principios de septiembre cuando el Pentágono detuvo las entregas de aviones de combate F-35 tras descubrirse que un componente utilizado en los motores procedía de China. El componente era un imán hecho de una aleación de samario y cobalto.
Los imanes se utilizan en las bombas turbomáquinas del avión, que son fabricadas por Honeywell International, con sede en EE.UU. Según los informes, Honeywell identificó un proveedor alternativo para los materiales, mientras que se espera que el Pentágono emita una exención para reanudar las entregas del F-35 por ahora.
Durante una rueda de prensa llevada a cabo el 9 de septiembre, se le preguntó a William A. LaPlante, subsecretario de defensa de EE.UU. para adquisiciones y mantenimiento, por qué Honeywell no había detectado el componente chino durante la mayor parte de las últimas dos décadas.
“Cualquier empresa que dice que conoce su cadena de suministro es como una empresa que dice que nunca ha sido pirateada”, respondió LaPlante. “Así que es una batalla sin fin”.
LaPlante sugirió que la inteligencia artificial y las herramientas de código abierto podrían usarse para rastrear materias primas a través de las redes de la cadena de suministro en tiempo real.
Una gran preocupación para el Pentágono es la dependencia que tiene Estados Unidos a China respecto los elementos de tierras raras que son fundamentales para la fabricación de muchos componentes electrónicos en productos de defensa. Estados Unidos perdió dos minas de tierras raras en la última década, ubicadas en California y Texas, luego de la competencia de China.
Para resolver esta vulnerabilidad, el Pentágono otorgó contratos para desarrollar una refinería estadounidense para elementos de tierras raras a Lynas Rare Earths Ltd. La refinería se está construyendo en Texas, con el Pentágono financiando completamente los USD 120 millones del valor de la instalación. Se espera que comience a operar en 2025.
Las operaciones encubiertas de Beijing en las redes sociales
Durante la última década, la fabricación de muchos materiales de defensa en EE.UU. se ha reducido debido a la producción más barata en otras naciones, especialmente en China.
La empresa de análisis Govini emitió recientemente un informe que analiza la cantidad de componentes de defensa estadounidenses fabricados en China.
«De 2010 a 2019, el número de proveedores chinos en la base de proveedores del Departamento [de Defensa de Estados Unidos], en la muestra que Govini evaluó, tuvo un aumentó total del 420 por ciento, hasta 655 [proveedores], en numerosas industrias críticas. En comparación, las empresas estadounidenses aumentaron un 97 por ciento, hasta 2219 [proveedores]», señala el informe (pdf).
La participación de proveedores chinos en industrias críticas creció del 6 al 9 por ciento durante este período. El predominio de las empresas chinas en la base de proveedores del Pentágono dificultará la identificación de todos los casos en los que estas empresas son un proveedor único de material o tecnología clave, advirtió el informe.
Mientras tanto, agentes chinos se hacen pasar (en Internet) por tejanos locales que se oponen a la construcción de la mina de procesamiento de tierras raras en el estado, según una investigación de la empresa de ciberseguridad Mandiant.
Las cuentas falsas de los agentes difunden propaganda que dice que la planta de Lynas Rare Earths Ltd. causaría daños medioambientales y expondría a la población local a una contaminación radiactiva que provocaría riesgos como la mutación genética y el cáncer.
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