Régimen comunista chino está llevando a cabo una «campaña de represión sin precedentes» contra el periodismo, según Reporteros sin Fronteras (RSF).
Al menos 127 reporteros están detenidos actualmente en China, el país “que más encarcela periodistas en el mundo», dijo el grupo de defensa del periodismo en su último informe publicado el 7 de diciembre.
El informe, titulado «El gran salto hacia atrás del periodismo en China», indicó que el régimen considera al periodismo como una herramienta de propaganda estatal, en lugar de una herramienta que entrega información al público.
El Partido Comunista ha hecho de China un modelo de sociedad en la que «acceder libremente a la información se ha convertido en un delito y proporcionar información un delito aún mayor», dijo la organización con sede en París.
“El número de temas tabú sigue aumentando”, se lee en el informe. “No solo los que normalmente se consideran ‘sensibles’, como el Tíbet, Taiwán o la corrupción, están sujetos a censura, sino también los desastres naturales, el movimiento #MeToo o incluso el reconocimiento de los profesionales de la salud durante la crisis del Covid-19”.
Aquellos que cubren temas delicados o se niegan a cumplir con las narrativas oficiales enfrentan intimidación, hostigamiento y años de detención “en cárceles insalubres, donde los malos tratos pueden conducir a la muerte”, dijo RSF.
Entre ellos se encuentra Zhang Zhan, una antigua abogada convertida en periodista que cumple una condena de cuatro años tras las rejas por informar sobre el brote temprano de COVID-19 en Wuhan.
Zhang, de 39 años, viajó a Wuhan en febrero para registrar las caóticas escenas que se desarrollaban en el epicentro de la pandemia durante su cierre inicial. Ella detalló sus visitas y entrevistas realizadas en hospitales, centros de cuarentena y en el Instituto de Virología de Wuhan en docenas de videos grabados con teléfonos celulares y subidos a YouTube, desafiando la narrativa del Partido Comunista Chino (PCCh) de que el brote estaba bajo control.
Más tarde fue acusada de «provocar peleas y problemas», un cargo que suelen imputar las autoridades a disidentes y denunciantes.
El informe de 42 páginas destacó otros problemas a los que se enfrentan los corresponsales que trabajan para medios internacionales.
Para renovar sus tarjetas de prensa, los periodistas extranjeros deben descargar una aplicación para estudiar la ideología oficial del líder chino Xi Jinping, conocida como «el pensamiento de Xi Jinping», dijo RSF, y agregó que la aplicación también puede recopilar los datos personales de quienes la descargan.
El informe menciona que «la intimidación de China a los periodistas extranjeros, basada en la vigilancia y el chantaje de visas, obligó a 18 de ellos a abandonar el país en 2020».
Una empleada china de la oficina de Bloomberg en Beijing, Fan Haze, está detenida desde diciembre pasado. Fue secuestrada por policías vestidos de civil en su casa, en Beijing, supuestamente bajo sospecha de poner en peligro la seguridad nacional.
Periodistas de la BBC, Los Angeles Times y Deutsche Welle sufrieron acoso físico por cubrir las secuelas de las inundaciones en la provincia de Henan, en el centro de China, a principios de este año. El informe de RSF señaló que los ataques fueron alentados por la Liga de la Juventud Comunista de China.
RSF también indicó que la represión de Beijing se ha extendido en Hong Kong. La excolonia británica había sido un lugar de concentración para los medios internacionales en Asia, pero ahora tiene un número creciente de periodistas en la cárcel a raíz de la imposición de la ley de seguridad nacional por parte de Beijing en junio de 2020.
Los reporteros en Hong Kong también enfrentan violencia física por parte de los policías chinos y ataques de turbas respaldadas por facciones pro-Beijing, dijo RSF.
En mayo, una reportera de la edición de Hong Kong de The Epoch Times fue atacada con un bate de metal por un hombre no identificado cerca de su edificio de apartamentos.
Las instalaciones de The Epoch Times en Hong Kong, uno de los pocos medios independientes de la ciudad, también han sido atacadas repetidamente. Su planta de impresión fue dañada por cuatro intrusos que empuñaban un martillo en abril. Menos de dos años antes, cuatro personas enmascaradas le prendieron fuego a la misma imprenta.
RSF clasifica a China en el puesto 177 de 180 en el Índice Mundial de Libertad de Prensa de 2021, «solo dos lugares por encima de Corea del Norte, un país en el que el periodismo es sinónimo de propaganda estatal».
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