Mientras el Comité Selecto de Inteligencia del Senado exige respuestas sobre el misterioso «síndrome de La Habana», una enfermedad neurológica que afectó a los trabajadores de la embajada de Estados Unidos en Cuba y en otros lugares, un experto le dijo al programa «The Nation Speaks«, de NTD, que cree que el fenómeno es «absolutamente» el resultado de un ataque deliberado y pidió que se rindan cuentas.
Gary Miliefsky, miembro fundador del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) y editor de Cyber Defense Magazine, dijo que está seguro de que algunos diplomáticos estadounidenses en Cuba fueron atacados hace años por algún tipo de arma ultrasónica.
“Absolutamente”, dijo Miliefsky cuando se le preguntó si pensaba que los síntomas de salud denominados “síndrome de La Habana” eran el resultado de acciones hostiles deliberadas. “Grabaron los ruidos de fondo y los sonidos durante el ataque. Y me sonó exactamente como lo que se conoce como arma ultrasónica”.
Las autoridades estadounidenses han luchado por comprender los misteriosos ataques desde que se notaron por primera vez en 2016, cuando el personal diplomático y de inteligencia en Cuba comenzó a informar síntomas perturbadores como presión o vibración en la cabeza y mareos, a veces seguidos de problemas visuales y dificultades cognitivas.
«Para algunos de estos pacientes, su caso comenzó con la aparición repentina de un ruido fuerte cuya procedencia parecía venir de diferentes sitios y acompañado de dolor en uno o ambos oídos o en una amplia región de la cabeza», se lee en un estudio de la Academia Nacional de Ciencias sobre el fenómeno patrocinado por el Departamento de Estado.
Un comité de 19 expertos médicos y científicos involucrados en el estudio consideró que la exposición a sustancias químicas, enfermedades infecciosas y problemas psicológicos estaban detrás de los síntomas, pero concluyó que la causa más probable era la energía de microondas dirigida.
«En general, la energía de RF (radiofrecuencia) pulsada dirigida, especialmente en los casos con manifestaciones tempranas, parece ser el mecanismo más plausible para explicar estos casos», según el informe.
El informe no sugirió que la energía de microondas fuera parte de un esquema deliberado dirigido al personal estadounidense, pero señaló que “la mera consideración de tal escenario genera serias preocupaciones sobre un mundo con actores malévolos desinhibidos y nuevas herramientas para causar daño a otros, como si el gobierno de EE.UU. no tuviera las manos ocupadas con amenazas que ocurren orgánicamente».
Miliefsky insistió en que lo que le sucedió al personal diplomático y de inteligencia en Cuba «fue un ataque con armas».
«Es un experimento en sujetos humanos para golpear a alguien en el cerebro con ultrasonido en sus oídos, causando potencialmente daño cerebral», agregó Miliefsky. «Es un ataque absoluto de armas biológicas que necesita ser regulado, detenido, rechazado, y creo que Cuba debería admitir que lo hizo, pero nunca lo hará».
La Dra. Linda Birnbaum, exdirectora del Instituto Nacional de Ciencias de la Salud Ambiental, formó parte del comité permanente que elaboró el informe. Cuando se le preguntó en una entrevista en “The Nation Speaks” si, como han sostenido algunos escépticos, el síndrome de La Habana es simplemente el resultado de una “histeria”, ella insistió que no lo era.
«Creo que el comité sintió que estaba pasando algo real», respondió, aunque reconoció que «no estamos 100 por ciento seguros de lo que sucedió en realidad».
Birnbaum agregó que estaba decepcionada de que, después de la publicación del informe, las autoridades estadounidenses no siguieran con ahínco el asunto.
Sus comentarios se producen cuando los líderes del Comité de Inteligencia del Senado se han comprometido a «llegar al fondo» de los misteriosos ataques de energía dirigida, que según se informa están en aumento.
El presidente del comité, el senador Mark Warner (D-Va.) y el vicepresidente, el senador Marco Rubio (R-Fla.) confirmaron en una declaración conjunta el 30 de abril que hay un aparente aumento de los ataques con energía dirigida contra el personal estadounidense.
“Durante casi cinco años, hemos tenido conocimiento de informes sobre ataques misteriosos contra personal del gobierno de Estados Unidos en La Habana, Cuba y en todo el mundo”, escribieron Rubio y Warner. “Este patrón de atacar a los conciudadanos que sirven a nuestro gobierno parece estar aumentando. El Comité de Inteligencia del Senado tiene la intención de llegar al fondo de esto”.
Su declaración se produce después de que los medios de comunicación dijeran que se habían producido incidentes con el sello de los ataques del síndrome de La Habana en Washington, incluso a las afueras de la Casa Blanca y en Miami. Uno de los supuestos ataques energéticos tuvo lugar en el lado sur de la Casa Blanca, en noviembre, y se cree que un asesor de la Casa Blanca se enfermó tras el presunto ataque, según informó la CBS.
Rubio y Warner dijeron en su declaración que el Comité de Inteligencia del Senado «ya ha celebrado audiencias de investigación sobre estos ataques debilitantes, muchos de los cuales resultan en casos confirmados de lesiones cerebrales traumáticas».
El director de la CIA, William Burns, durante su audiencia de confirmación ante el Comité de Inteligencia del Senado a fines de febrero, se comprometió a investigar el fenómeno.
«Haré que sea una prioridad extraordinariamente alta llegar al fondo de quién es responsable de los ataques y me aseguraré que los colegas y sus familias reciban la atención que merecen», dijo Burns en ese momento.
Warner y Rubio dijeron en su comunicado que acogían con agrado la renovada investigación de la CIA sobre los incidentes, y señalaron que era importante «comprender mejor la tecnología detrás del arma responsable de estos ataques».
«En última instancia, identificaremos a los responsables de estos ataques contra el personal estadounidense y los haremos responsables», dijeron.
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