Funcionarios del Departamento de Estado de Estados Unidos se reunieron con seis representantes de la práctica espiritual Falun Gong el 25 de abril para informarse sobre la persecución en su contra que dura décadas en China.
La fecha de la reunión marcó el 23º aniversario de una llamada pacífica que se remonta a 1999, cuando unos 10,000 integrantes de Falun Gong, una práctica de meditación que se introdujo por primera vez al público en el noreste de China a principios de la década de 1990, se reunieron alrededor de la sede del Partido Comunista de China en Beijing.
El intento de parte de ellos era apelar a las autoridades para conseguir de parte del Estado un entorno para practicar su fe sin interferencias ni acoso, lo que resultó en vano y el régimen no tardó en lanzar una campaña de larga duración para erradicar el grupo espiritual, la que continúa en la actualidad.
«Nadie merece sufrir acoso, tortura o encarcelamiento por su fe», afirmó Rashad Hussain, embajador de Estados Unidos para la Libertad Religiosa Internacional, en un mensaje de Twitter del 26 de abril.
Un día antes, Hussain condenó en su discurso de apertura la despiadada persecución de Beijing contra los practicantes de Falun Gong, también conocido como Falun Dafa, por considerarlo inaceptable e intolerable, según Minghui.org, un sitio web que documenta la campaña de persecución del PCCh contra los integrantes.
«El embajador dejó clara su intención de ser muy contundente a la hora de enfrentarse al PCCh sobre la persecución de Falun Gong», dijo a The Epoch Times Levi Browde, director ejecutivo del Centro de Información de Falun Dafa, quien también asistió a la reunión del 25 de abril.
Un documento filtrado demostró que el régimen comunista a pesar de luchar por frenar la pandemia en China, continúa persiguiendo a los seguidores de Falun Gong y aunque se han levantado los cierres en muchas ciudades de China, el número de detenciones y el acoso contra los practicantes aumentó considerablemente, dijeron los practicantes durante la reunión.
Las autoridades chinas detuvieron a principios de 2020 a Fang Bin, el primer periodista ciudadano chino que informó sobre los inicios de la pandemia de COVID-19 en el centro de China. Al ser un practicante de Falun Gong, Fang sufrió una detención «especialmente larga» y aún no ha sido liberado, según Minghui.org.
La practicante de Falun Gong, Ji Yunzhi, madre de uno de los asistentes a la reunión del lunes, fue encarcelada el 1 de febrero, tres días antes de la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de Invierno en Beijing y murió torturada el mes pasado mientras aún se encontraba detenida.
Sustracción de órganos
Browde dijo que Hussain pidió a los representantes que enviaran al departamento la última ronda de investigaciones telefónicas sobre los hospitales en los que se lleva a cabo la sustracción forzada de órganos de los integrantes de Falun Gong, una procedimiento sancionado por el Estado en China.
Estos delitos contra los derechos humanos fueron revelados por primera vez en 2006 por una denunciante cuyo exmarido es neurocirujano en el noreste de China y que participó en la sustracción de córneas de unos 2000 presos de Falun Gong que se encontraban anestesiados.
Los investigadores de derechos humanos han estado investigando mediante llamadas telefónicas a los profesionales médicos de los hospitales chinos en las últimas décadas. En las llamadas, se presentan como un posible paciente que necesita un órgano. Durante muchos de los intentos, los profesionales médicos han admitido que los órganos de personas vivas provienen de adherentes de Falun Gong,
En 2019 un tribunal independiente concluyó, tras una investigación de un año de duración, que la práctica de sustracción de órganos ocurrió durante años a una escala considerable y sigue persistiendo.
«El personal médico de los hospitales militares que eran los autores principales de la sustracción de órganos se trasladó discretamente a los hospitales civiles en un intento de evitar la atención», dijo Browde a The Epoch Times.
«Esperamos trabajar con su oficina y otras áreas del gobierno estadounidense para continuar con las sanciones y otras medidas para penalizar, en términos reales, a los autores de la detención injusta, la tortura y el asesinato de los practicantes de Falun Gong», indicó Browde.
El 21 de marzo, el Departamento de Estado anunció la imposición de restricciones de visas a los funcionarios chinos responsables de «actos represivos» contra minorías étnicas y religiosas dentro de China y en el extranjero, incluido Estados Unidos.
No se especificó quiénes serían los destinatarios ni cuántos estarían sujetos a las nuevas restricciones.
Con la contribución de Eva Fu
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