Un empleado de Twitter proveniente de China, donde el Partido Comunista Chino gobierna con puño de hierro a través de la vigilancia y la censura, se pronunció en contra de prohibir la cuenta del expresidente Donald Trump, según la quinta entrega de los «Twitter Files» —Archivos de Twitter— avalados por Elon Musk».
La última entrega, publicada por la fundadora y editora de The Free Press, Bari Weiss, el 12 de diciembre, expuso más detalles internos en Twitter que finalmente llevaron a la suspensión de la cuenta de Twitter de Trump el 8 de enero de 2021. Weiss reveló que hubo una discusión interna un día antes, en particular de que había «disidentes dentro de Twitter» que preferían no prohibir a Trump.
«Tal vez porque soy de China, entiendo profundamente cómo la censura puede destruir la conversación pública», dijo un empleado chino de Twitter a sus compañeros de trabajo el 7 de enero de 2021, según la captura de pantalla.
«Yo entiendo este miedo, pero también creo que es importante entender que la censura por un gobierno es muy diferente a la censura del gobierno», dijo otro empleado como respuesta.
«La primera enmienda en Estados Unidos —y legislaciones similares en otros países con conceptos parecidos— existen específicamente para impedir que el gobierno silencie al pueblo», añadió el empleado.
Weiss escribió que el empleado chino estaba entre los pocos que se habían opuesto a una prohibición de Trump.
«Pero voces como esa parecen haber sido una clara minoría dentro de la empresa», escribió Weiss. «A través de los canales de Slack, muchos empleados de Twitter estaban molestos porque Trump no había sido prohibido antes».
Musk compartió el lunes un resumen de la última tanda de comunicaciones internas de Twitter.
«Bajo la presión de cientos de empleados activistas, Twitter retira de la plataforma a Trump, un presidente estadounidense en ejercicio, a pesar de que ellos mismos reconocen que no violó las reglas», escribió Musk en Twitter.
Tras retuitear el tuit de Musk, Troy Nehls (R-Texas) expresó en Twitter su apoyo a Trump.
«Donald Trump no infringió ninguna norma en Twitter y los empleados activistas le vetaron de todos modos», escribió Nehls. «La izquierda odia la libertad de expresión».
Denunciante
Peiter «Mudge» Zatko —un denunciante que se desempeñó como jefe de seguridad de Twitter antes de ser despedido en enero— fue mencionado en la última entrega de archivos.
“El director de operaciones de Twitter, Parag Agrawal, que luego sucedería a Dorsey como CEO, le dijo al jefe de seguridad, Mudge Zatko: ‘Yo creo que algunos de nosotros deberíamos lanzar una lluvia de ideas sobre los efectos dominó’ de la prohibición de Trump. Agrawal agregó: ‘La moderación centralizada de contenido, en mi opinión, ha llegado a un punto de ruptura ahora'», escribió Weiss.
En agosto, Zatko presentó una denuncia (pdf) a los reguladores federales, alegando que Twitter había «participado en actos y prácticas que operaban como un engaño a sus usuarios y accionistas, en materia de seguridad, privacidad e integridad».
La denuncia afirma que entidades chinas dieron dinero a Twitter, lo que suscitó la preocupación de que estas entidades pudieran conocer información sensible sobre los usuarios de Twitter alrededor del mundo.
«Los ejecutivos de Twitter sabían que aceptar dinero chino ponía en peligro a los usuarios de China», dice la denuncia.
En septiembre, durante una audiencia en el Congreso, Zatko reveló que al menos un agente de la principal agencia de inteligencia china, el ministerio de Seguridad del Estado, estaba en plantilla de sueldos de Twitter.
Zatko también afirmó que Twitter sería una «mina de oro» para cualquier agencia de inteligencia extranjera que pudiera incorporar agentes a la empresa.
«Si usted introduce a alguien en Twitter ( … ) como sabemos que ha sucedido, sería muy difícil para Twitter encontrarlo», dijo Zatko. «Probablemente podrían permanecer allí durante un largo período de tiempo y obtener información significativa para actuar dirigiéndola sobre las personas o sobre la información en las decisiones y discusiones de Twitter y ( …) la dirección de la empresa».
Revelaciones anteriores
El periodista independiente Matt Taibbi reveló el primer lote de los «Archivos de Twitter» el 2 de diciembre, exponiendo cómo fueron los esfuerzos de la gran empresa de redes sociales para suprimir la historia del portátil Hunter Biden del New York Post, publicada apenas unas semanas antes de las elecciones presidenciales de 2020.
Los correos electrónicos del disco duro del portátil y los registros del Tesoro revelaron cómo Joe Biden, su hermano James y Hunter Biden estaban involucrados en varias empresas comerciales en el extranjero, en países como Ucrania, Rusia y China. En su momento, muchos medios de comunicación desacreditaron las revelaciones calificándolas de «desinformación rusa» y la noticia fue bloqueada por las plataformas de las redes sociales.
En su intervención en el pleno del Senado, el 7 de diciembre, el senador Chuck Grassley (R-Iowa) criticó a Twitter ante las revelaciones hechas en la primera entrega de archivos.
«Los documentos dejan claro que Twitter era efectivamente un brazo del Partido Demócrata y de la campaña de Biden. Esencialmente, Twitter dio a la campaña de Biden una enorme contribución en especie», dijo Grassley. «Lo que Twitter y otras grandes empresas de tecnología hicieron en 2020 con respecto a la censura fue tan indignante entonces como lo es hoy».
«En pocas palabras, lo que hicieron se espera de la China comunista, no de Estados Unidos de América», añadió Grassley.
El 8 de diciembre, Weiss informó sobre la segunda entrega de archivos, que expone cómo Twitter creó «listas negras secretas» y desplegó «filtros de visibilidad» para hacer hadow banning (baneo en la sombra) a ciertos usuarios.
En los dos días siguientes, se publicaron la tercera y cuarta entregas de archivos, ambas relacionadas con la prohibición de Trump. El tercer lote expuso las actividades de Twitter desde antes de las elecciones de 2020 hasta la brecha del Capitolio el 6 de enero de 2021. Mientras tanto, el cuarto lote expuso cómo los ejecutivos de Twitter construyeron su caso y se desviaron de una política de la compañía de larga data para prohibir a Trump.
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