Estados Unidos envió un buque de la Guardia Costera a patrullar el Atlántico Sur “para contrarrestar la pesca ilegal” y se espera que este mes comience a operar allí.
De acuerdo a la Liga Naval Argentina, Washington desplegó uno de sus buques más especializados, el USCGC Stone, en el marco de la Operación Cruz del Sur “ante las crecientes actividades ilícitas de numerosos países, entre ellos China”.
La Guardia Costera de EE.UU. dijo esta semana que la tripulación del USCGC Stone (WMSL 758) partió de Pascagoula, Mississippi, el martes, justo antes de Navidad. Su misión consiste en “un despliegue de varios meses en el Atlántico Sur para contrarrestar la pesca ilegal, no regulada y no reportada, mientras se fortalecen las relaciones para la soberanía y la seguridad marítima en toda la región”.
Una flota pesquera de aproximadamente de unos 300 barcos asiáticos, principalmente de China, faenando muy cerca de las zonas económicas exclusivas (ZEE) de Atlántico Sur y Pacífico Sur fue reclamada en octubre por La Alianza Latinoamericana para la Pesca Sustentable y la Seguridad Alimentaria (Alpescas), integrada por cámaras y asociaciones de la industria pesquera de América Latina.
La Operación Cruz del Sur se lleva a cabo conjuntamente con el Comando Sur del Ejército de Estados Unidos, el que está encargado de gestionar las operaciones en América Central y del Sur en colaboración con los países “para garantizar que el hemisferio occidental sea seguro, libre y próspero”, dijo la Guardia Costera estadounidense en un comunicado del 28 de diciembre.
En esta operación, el USCGC Stone (WMSL 758), será “la primera patrulla del servicio en Sudamérica de la que se tenga memoria recientemente, en la que participan socios como Guyana, Brasil, Uruguay, Argentina y Portugal”. También embarcó a un observador de la marina portuguesa, añadió.
El Servicio de Guardacostas estadounidense publicó en septiembre de 2020, la Perspectiva Estratégica sobre la Pesca Ilegal, No Reglamentada y No Declarada, por el cual EE.UU. reafirmó su “compromiso con la seguridad marítima mundial, la estabilidad regional y la prosperidad económica”. En base a este compromiso, la patrulla de Stone “aborda la pesca ilegal dondequiera que se despliegue un cúter de la Guardia Costera».
«La pesca ilegal amenaza la salud de las poblaciones de peces y afecta negativamente a quienes siguen las normas mundiales y las leyes nacionales”, dijo el vicealmirante Steven Poulin, comandante de la zona atlántica de la Guardia Costera de Estados Unidos, citó la Guardia Costera.
“Este es un problema mundial, y la pesca ilegal es un problema demasiado grande para cualquier nación. Solo trabajando juntos podremos proteger los medios de vida, asegurar que los puertos sigan siendo económicamente productivos, y apoyar la industria pesquera y su sostenibilidad”, añadió el vicealmirante.
El capitán Adam Morrison, oficial al mando del USCGC Stone dijo a continuación que en el histórico viaje su tripulación “se comprometerá con las naciones asociadas de Sudamérica en una búsqueda para frenar las tácticas de pesca ilegal».
Después de completar su viaje en apoyo de la pesca ilegal en el Atlántico, el Stone se trasladará a su nuevo puerto base en Charleston, Carolina del Sur. Allí, se encargará oficialmente y se unirá a la creciente flota de cúter de seguridad nacional de la Guardia Costera estadounidense.
Flota china
De acuerdo a los datos referidos por la Guardia Costera estadounidense en su comunicado, casi la mitad de la población mundial depende del pescado para el 20 por ciento de su proteína animal, pero la pesca ilegal supone decenas de miles de millones de dólares de pérdidas de ingresos para los pescadores legales cada año, que proporcionan este sustento.
Además estaría el hecho que el 93% de las principales poblaciones de peces marinos del mundo, «está clasificado como plenamente explotado, sobreexplotado o considerablemente agotado”.
“La pesca ilegal socava la ordenación sostenible de estos recursos, llevándolos al límite de su capacidad”, según los datos citados.
Ante la presencia de la flota china, Alpescas exhortó en octubre a los gobiernos, en particular a los gobiernos de Argentina, Chile, Perú y Ecuador, y a las Organizaciones Regionales de Ordenación Pesquera (OROP), para que fortalezcan sus sistemas de manejo pesquero regional, adoptando medidas.
Entre estas medidas sugirió “la prohibición total de trasbordos en altamar; prohibición de barcos suministradores (tender boats); implementación de 100% de observadores a bordo (humanos y/o electrónicos); moratoria de incremento de flota de países de aguas distantes; fortalecimiento de control y vigilancia naval de las ZEE por parte de los respectivos Estados, coordinando esfuerzos conjuntos”.
Además hizo un llamado a los países de la región latinoamericana, que aún no lo hayan hecho, para que se adhieran al Acuerdo sobre Medidas de Estado Rector del Puerto destinadas a prevenir, desalentar y eliminar la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada entre otros acuerdos.
Como antecedente, después que unas embarcaciones asiáticas se estacionaron frente a las aguas peruanas, la Revista Pesca publicó en diciembre que “las actividades pesqueras de China han generado pérdidas en el Perú por más de 85 millones de dólares anuales y pone en riesgo a la principal actividad que desarrollan los pescadores artesanales de nuestro país”, citando una denuncia de CALAMASUR.
La flota de cientos de barcos chinos primero se había estacionado cerca a las Islas Galápagos.
Su presencia fue patrullada por la Armada de Chile en noviembre, mientras se mantenía a al menos 36 millas de la zona marítima exclusiva. Posteriormente la Armada dijo que estaba monitoreando el viaje de parte de la flota hacia el Estrecho de Magallanes, por donde se trasladó hacia el Atlántico.
La Fuerza Naval Argentina desplegó unidades navales y aéreas para robustecer el control de su Zona Económica Exclusiva, informó Defensa, el 23 de diciembre, con el objetivo de “hacer frente a la llegada de un importante número de pesqueros chinos que están navegando por el mar argentino luego de cruzar el Estrecho de Magallanes”.
La flota por el momento estaría pescando el calamar Illex, con el sistema de barrido, por lo que se teme pueda ocasionar “un desastre ecológico, como ha ocurrido en otros años”, añadió.
“El número de navíos dedicados a la pesca es de unos 410, ya se han localizado 8 buques de reabastecimiento de combustible y una decena de barcos de apoyo general que se mantienen en posiciones predeterminadas fuera del área de labor de los pesqueros”.
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