Estados Unidos sancionó a un funcionario chino por su papel en la persecución al grupo religioso Falun Gong. El grupo ha sufrido una implacable campaña de erradicación por parte del Partido Comunista Chino (PCCh) durante más de 23 años.
Tang Yong, exsubdirector de las prisiones del área de Chongqing en el suroeste de China, ahora está designado como un grave violador de los derechos humanos, lo que le impide a él y a su familia inmediata ingresar a Estados Unidos.
El Departamento de Estado dijo que Tang había sido responsable de “graves violaciones a los derechos humanos, a saber, la detención arbitraria de practicantes de Falun Gong, lo cual también constituye violaciones particularmente graves a la libertad religiosa”.
Hay poca información disponible sobre Tang en la hoja de sanciones del Departamento de Estado, que se publicó el 9 de diciembre, la víspera del Día de los Derechos Humanos, con los registros de un amplio conjunto de personas involucradas en corrupción o abusos a los derechos humanos.
“Todas las personas tienen estos derechos y deben ser libres de ejercerlos, sin discriminación, sin importar sus creencias, a quién aman o dónde viven. Todo significa todo”, dijo el secretario de Estado, Anthony Blinken, en una declaración del 9 de diciembre.
Falun Gong se basa en los principios de verdad, benevolencia y tolerancia y suaves ejercicios de meditación. Desde 1999, el Partido Comunista Chino (PCCh) ha buscado erradicar a Falun Gong en una campaña nacional que involucra arrestos arbitrarios, encarcelamiento, tortura, sustracción forzada de órganos y otras tácticas violentas. Millones han sido retenidos en los múltiples centros de detención del PCCh en toda China.
“Aplaudimos la sanción de EE.UU. al funcionario del PCCh que está involucrado en la persecución a los practicantes de Falun Gong en China y alentamos a otros en la comunidad internacional a seguir este ejemplo”, dijo Erping Zhang, portavoz del Centro de Información de Falun Dafa, luego de la medida estadounidense.
Sin embargo, Wang Zhiyuan, de la Organización Mundial para Investigar la Persecución a Falun Gong (WOIPFG), ha instado a la administración Biden a hacer más. Dijo que las acciones de EE.UU. han estado lejos de ser suficientes dada la escala y la barbarie de los abusos que enfrentan los practicantes de Falun Gong en China. Señaló, además, muchas más sanciones relacionadas con los uigures por los crímenes del PCCh en Xinjiang y la generalización de los crímenes contra Falun Gong en toda China.
Historias de tormento
En Chongqing, una de las ciudades chinas más grandes con más de 32 millones de habitantes, las autoridades han sentenciado como mínimo a cientos de seguidores de Falun Gong por su fe, según estadísticas incompletas recopiladas por Minghui, un sitio web extranjero dedicado a rastrear relatos de persecución contra los practicantes de Falun Gong. Entre ellos había una serie de registros de torturas y muertes a manos del PCCh, presentadas con detalles gráficos.
Zhang Luyuan, profesora adjunta del Colegio Profesional de Trabajo Social de Chongqing, perdió a su marido y colega en 2004, en medio de frecuentes redadas y acosos policiales. Luego, ella, durante un año de tortura en prisión, perdió 29 dientes y sus pies se deformaron, dejándola apenas capaz de caminar o comer.
Zhang, que murió en noviembre de 2018 a la edad de 76 años, recordó una vez en una declaración a Minghui que fue arrestada en la calle por «parecer una [practicante de] Falun Gong».
Liu Fanxin, una alta ejecutiva jubilada de una fábrica estatal de instrumentos ópticos, fue esposada durante más de 30 horas consecutivas después de que en 2003 decidiera revelar a los medios de comunicación extranjeros los abusos sexuales que sufrió una compañera de Falun Gong encarcelada. Los dos brazos de Liu quedaron permanentemente debilitados como resultado de la tortura.
Aun así, la enviaron a la prisión de mujeres de Chongqing durante nueve años, donde tuvo que sentarse en un taburete diminuto hasta 17 horas cada día, inmóvil, un proceso que le infligió un dolor insoportable en su hombro, brazo y cintura ya lesionados. Los guardias le ordenaron que realizara trabajos esclavos como otros practicantes encarcelados, recogiendo fibras de vidrio para los asientos de automóviles.
Para mover una escoba, Liu tenía que sostenerla con ambas manos y anclar los codos en la cintura para arrastrar la escoba hacia adelante y hacia atrás con su cuerpo. El dolor de tal actividad física, escribió más tarde, era tan insoportable que a veces pasaba la noche en vela.
«Aunque mueras aquí en la cárcel, ¿y qué? Nos ocuparemos de eso con 80 yuanes (USD 11.5)», le dijo una guardia después de intentar repetidamente que Liu firmara papeles renunciando a su fe, pero sin éxito. Liu considera que los USD 11.5 representan los costos de una cremación.
Es difícil evaluar el papel de Tang en la persecución efectuada por el PCCh en la región. La Organización Mundial para Investigar la Persecución a Falun Gong, un grupo de defensa con sede en EE.UU., tenía tres registros de perpetradores en su archivo con el mismo nombre que Tang. Eran el jefe de una unidad de la división de seguridad doméstica de la Oficina de Seguridad Pública del condado de Fengjie, quien había dirigido varios arrestos, interrogatorios y torturas a practicantes de Falun Gong; otro era el gerente de una empresa de calzado de Chongqing que obtuvo mano de obra esclava de la prisión de mujeres de Chongqing, y un secretario del Partido en un comité barrial del distrito Jiangbei de Chongqing.
The Epoch Times ha buscado más información sobre Tang en el Departamento de Estado.
Tang es el segundo funcionario chino sancionado bajo la administración Biden en relación con la persecución a Falun Gong.
En mayo de 2021, antes del Día Mundial de Falun Dafa, el Departamento de Estado sancionó a Yu Hui, exsupervisor de una campaña de represión en Chengdu, en la provincia suroeste de Sichuan.
Bajo la administración Trump, Estados Unidos sancionó a Huang Yuanxiong, un jefe de policía local en la provincia sureña de Fujian, durante la conmemoración del Día de los Derechos Humanos en 2020.
Además de Tang, otras cuatro personas incluidas en la lista de sanciones del 9 de diciembre incluyen a Wu Yingjie, exsecretario del Partido del Tíbet de 2016 a 2021; y Zhang Hongbo, director de la Oficina de Seguridad Pública del Tíbet desde 2018, por las violaciones de derechos humanos que tienen lugar en la región.
Li Zhenyu y Zhuo Xinrong, que controlan Dalian Ocean Fishing Co. y Pingtan Marine Enterprise respectivamente, fueron sancionados por abusos laborales ocurridos en sus barcos pesqueros.
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