FILADELFIA—Los ciudadanos de Filadelfia llaman la atención sobre la infiltración comunista en Estados Unidos en el 20 aniversario de la serie editorial de The Epoch Times «Nueve comentarios sobre el Partido Comunista».
La serie, que expone la sangrienta historia del Partido Comunista Chino (PCCh) y proporciona un análisis en profundidad de la naturaleza engañosa y violenta del partido, desencadenó Tuidang, un movimiento de ciudadanos chinos para romper las cadenas que atan al pueblo chino con el PCCh y sus organizaciones afiliadas.
Hasta el 22 de noviembre, el número de personas que habían decidido romper sus lazos con el PCCh superaba los 439 millones, según el Centro Global de Servicios para Abandonar el PCCh.
«¡Es maravilloso!», dijo Chris Rowe, tesorero del Partido Republicano de la Región Occidental del Condado de New Castle, al enterarse de que más de un tercio de la población china ha abandonado el PCCh con el movimiento Tuidang.
«No hace falta un gran número para cambiar o tomar el control de una nación», dijo Rowe a The Epoch Times en un evento en Newark, Delaware, el 15 de septiembre. «Me encantaría que el PCCh fuera tomado por personas que creen en la libertad, que creen en Dios».
Preocupado por la infiltración del comunismo en Estados Unidos, especialmente a través del sistema educativo, Rowe, que también trabaja para el Instituto sobre la Constitución, hizo un llamamiento para que los estadounidenses se eduquen a sí mismos.
«Necesitan aprender la Constitución, entender su historia y la intención de los fundadores con la creación de nuestra nación», dijo. «Los peregrinos vinieron aquí básicamente para difundir la palabra del cristianismo en nuestra nación y esa es la base de nuestra nación».
Piden el fin de la sustracción forzada de órganos
La diputada estatal Cyndie Romer hizo un llamamiento a la concienciación sobre la práctica del PCCh de la sustracción forzada de órganos, que afecta principalmente a los practicantes de Falun Gong, una práctica de meditación centrada en los valores de verdad, compasión y tolerancia. En junio votó a favor de una resolución en la Cámara de Delaware que condena la sustracción forzada de órganos.
En 1999, el PCCh inició una persecución a gran escala contra los practicantes de Falun Gong, y muchos fueron detenidos y torturados por su fe.
«Es algo que la gente hace que es impensable», declaró a The Epoch Times en el acto del Día de la Comunidad celebrado en Newark (Delaware) el 15 de septiembre.
«Es realmente importante votar a favor de este tipo de legislación porque crea conciencia de que esto incluso está sucediendo, porque suena tan descabellado que casi podría sonar como una teoría de la conspiración, y la realidad es que está sucediendo».
La resolución de Delaware se aprobó poco antes de que el primer superviviente conocido de la sustracción forzada de órganos del PCCh diera un paso al frente para testificar tras escapar de China.
«Estoy muy orgulloso de votar a favor de ponerle fin a esto», dijo Romer.
El comunismo, «una de las fórmulas más malvadas»
Christine Flowers, abogada especializada en inmigración, columnista y comentarista de televisión, comparó al PCCh con el fascismo, afirmando que ambos son igualmente malvados en su destrucción de la naturaleza humana.
«Fascismo, comunismo, todas estas oligarquías de la represión son lo mismo», declaró a The Epoch Times en una reunión del movimiento Tuidang el 31 de agosto. «Tienen distintos nombres y distintas modalidades, pero su principal objetivo es silenciar a la gente y destruir la humanidad del ser humano y el individualismo».
Comparó el control del PCCh sobre la palabra y la información con lo que George Orwell describió en su novela «1984».
«Eso es lo que está ocurriendo en China… Controlan la información que se difunde. Controlan lo que la gente puede decir, lo que la gente puede pensar», afirmó. «El comunismo me parece una de las fórmulas más malvadas y perversas de cualquier gobierno».
Flowers, que en una ocasión criticó el izado de la bandera nacional de la China comunista frente al Ayuntamiento de Filadelfia en un artículo de opinión publicado por el Philadelphia Inquirer, también elogió la Ley de Protección de Falun Gong, afirmando que los estadounidenses deberían apoyar una legislación que «haga retroceder a la República Popular [de China]».
La Ley de Protección de Falun Gong (H.R. 4132) fue aprobada en la Cámara de Representantes en junio y presentada al Senado en julio por el senador Marco Rubio (R-Fla.). Si se convierte en ley, quienes participen en la sustracción forzada de órganos en China, ya sean individuos u organizaciones, se enfrentarán a sanciones estadounidenses, incluidas restricciones de visado y penalizaciones económicas.
«Nada de comunismo»
Laura Delpercio, presidenta del Comité Republicano de la zona occidental de New Castle, en Delaware, se hizo eco de la preocupación por la infiltración del socialismo y el comunismo en la tierra de la libertad.
«Veo la presencia más extendida de lo que he visto en el pasado, especialmente en Delaware», dijo a The Epoch Times en el acto del Día de la Comunidad, añadiendo que cada vez más candidatos políticos se presentan bajo el Partido Socialista de Delaware, algo que no había visto hasta los últimos 10 años.
También se refirió a los pensamientos comunistas que están entrando en el sistema escolar estadounidense.
«Tengo miedo de lo que pueda pasar con nuestros sistemas escolares», dijo. «Ahora mismo, estamos viendo un poco de eso introduciéndose en nuestros sistemas escolares, y es un momento aterrador para nosotros aquí en Delaware».
Delpercio animó a los estadounidenses, incluidos los que huyeron de la China comunista, a entender la Constitución y sus derechos.
«Si conoces la Constitución y entiendes cuáles son tus derechos, entonces sabrás que están siendo vulnerados. Es muy importante saber qué defendemos como país para salvarlo y protegerlo», afirmó.
«Disfruto de mi libertad. Tengo opciones. Puedo decidir cómo quiero vivir, dónde quiero vivir. Puedo decidir el coche que quiero conducir, dónde envío a mis hijos a la escuela.
«Estados Unidos nació sobre la libertad y quiero que siga siendo así», afirmó. «No quiero ver crecer a mis nietos en un país donde ya no puedan elegir.
«Nada de comunismo».
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