La Unión Europea debería imponer una prohibición temporal a las adquisiciones chinas de empresas que actualmente están infravaloradas o que tienen problemas comerciales debido a la crisis COVID-19, dijo el 17 de mayo el líder de la mayor alianza política del bloque.
Manfred Weber, un conservador alemán de alto nivel y presidente del Partido Popular Europeo (PPE) de centro-derecha en el Parlamento de la UE, dijo al periódico alemán Welt am Sonntag que estaba a favor de declarar una prohibición de doce meses para los inversores chinos que quieran comprar empresas europeas.
«Tenemos que ver que las compañías chinas, en parte con apoyo de fondos estatales, están tratando cada vez más de comprar compañías europeas que son baratas de adquirir o que tuvieron dificultades económicas debido a la crisis del coronavirus», dijo.
Por lo tanto, la Unión Europea debería reaccionar de manera coordinada y poner fin al «tour de compras chino» imponiendo una moratoria de doce meses sobre las ventas de las empresas europeas hasta que la crisis del coronavirus haya terminado, dijo Weber.
«Tenemos que protegernos», agregó.
El gobierno alemán adoptó el mes pasado el proyecto de ley que endurece el escrutinio de las inversiones extranjeras y amplía el poder del gobierno para prevenir adquisiciones no deseadas. Los inversionistas en China y otros países asiáticos pueden considerar adquirir empresas europeas a precios de ganga, dijo Néstor Paz-Galindo, jefe de fusiones y adquisiciones de UBS Group AG, según The Wall Street Journal. El aumento del escrutinio regulatorio puede prevenir las adquisiciones desventajosas, dijo.
Anders Fogh Rasmussen, el fundador de Rasmussen Global advirtió contra las adquisiciones estratégicas chinas en su artículo de opinión para el periódico alemán Suddeutsche Zeitung. «No hay duda de que China está jugando con la crisis de COVID para su ventaja geopolítica», escribió.
El régimen chino aprovechó las pasadas crisis financieras de 2008 y la crisis del euro de 2012 para adquirir activos estratégicos en el extranjero a precios de descuento, según un informe del Instituto Mercator de Estudios sobre China.
Riesgos asociados con las adquisiciones chinas
Las inversiones chinas en Europa vienen con condiciones, dijo Rasmussen. En mayo de 2017 Grecia y China firmaron un plan de acción de tres años que cubre las inversiones chinas en infraestructura griega. Desde 2016, Grecia, como miembro de la UE, se opuso varias veces a las propuestas de la UE que criticaban las políticas del régimen chino y su historial de derechos humanos.
En el norte de Europa, el régimen chino se centró en las empresas de alta tecnología, lo que hizo posible la transferencia de tecnologías avanzadas a China, dijo Rasmussen. La adquisición por parte de China del fabricante alemán de robots Kuka en 2016 fue una llamada de atención para Alemania que le hizo darse cuenta de la necesidad de proteger sus activos estratégicos.
La Red Estatal de China en 2018 intentó comprar una participación en el operador alemán de la red eléctrica 50Hertz después de que una de sus partes interesadas decidiera vender el 20% de su participación. Cuando el gobierno alemán no pudo encontrar un inversor privado, el banco estatal alemán intervino para evitar que el régimen chino comprara un activo crucial de infraestructura, según Deutsche Welle.
El régimen comunista chino utiliza dos estrategias principales para hacer avanzar sus ambiciones en Europa: la iniciativa de la Franja y la Ruta, y la red 5G.
La iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI) —también conocida como Franja y Ruta— es un plan para que el régimen chino invierta billones de dólares para construir infraestructura esencial, como puentes, ferrocarriles, puertos e instalaciones energéticas, en docenas de países de cuatro continentes.
En países financieramente sólidos, las empresas chinas participan en acciones o empresas conjuntas. Con países financieramente más débiles, China invierte grandes cantidades de dinero localmente e intenta obtener el derecho de operar los puertos, a menudo a través de prácticas poco transparentes de préstamos que conducen a trampas de deuda.
En Europa, el régimen chino ya ha adquirido los derechos para operar la Terminal Link SAS en Francia—mediante los cuales obtuvo los derechos operativos de quince terminales en ocho países de cuatro continentes—, Zeebrugge en Bélgica, Kumport en Turquía, El Pireo en Grecia, Euromax Terminal Rotterdam y los Países Bajos, conocida como «la puerta de Europa». El régimen controla también la Terminal del Canal de Suez en Egipto y el Canal de Panamá, que son ambos muy importantes para el comercio mundial.
Otro objetivo del BRI es abrir rutas para el envío de productos chinos a Europa a bajo costo, aumentando así la propia exportación de China. La intención de China es aumentar sus propias exportaciones, no ayudar a los países de la Franja y la Ruta a establecer sus propias industrias manufactureras.
El régimen chino utiliza las transferencias de tecnología forzadas y el robo de propiedad intelectual para cerrar la brecha tecnológica y transformar a China en una potencia manufacturera. Trata de apoderarse del mercado de la tecnología 5G y de ganar una posición dominante en los estándares 5G y desempeñar un papel de liderazgo mundial en la nueva tecnología.
Las compañías extranjeras a menudo firman un contrato de transferencia de tecnología con empresas chinas atraídas por la promesa de acceso al mercado de más de mil millones de consumidores chinos a cambio de la transferencia de tecnología. Sin embargo, una vez que la empresa china aprende e implementa la tecnología, fabrica el producto de manera más económica, lo que expulsa al propietario de la tecnología del mercado internacional.
Las fusiones y adquisiciones permitieron a las empresas chinas adquirir tecnología, marcas y otros activos occidentales. «Solo en 2016, cincuenta y seis empresas alemanas fueron adquiridas por inversores de China continental y Hong Kong, con una inversión que alcanzó un máximo de 11,000 millones de euros (12,000 millones de dólares)».
El régimen chino, sin embargo, niega a las empresas e inversores occidentales el acceso recíproco a sus mercados, dijo Rasmussen. «Solo en 2016, la inversión extranjera directa de China en Europa aumentó un 77% en comparación con 2015, pero las inversiones europeas en China disminuyeron un 25%», dijo.
Reuters contribuyó a este informe.
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