Un grupo de expertos en tecnología pide «cierto grado de bifurcación» entre los sectores tecnológicos de Estados Unidos y China, según un informe obtenido por Axios.
El informe, titulado «Asymmetric Competition: A Strategy for China & Technology» (Competencia asimétrica: Una estrategia para China y la tecnología), fue elaborado por un grupo de 15 ejecutivos de la industria tecnológica, inversores y expertos en China, conocido como China Strategy Group, que se formó en julio del año pasado.
«El liderazgo tecnológico de Estados Unidos es fundamental para su seguridad, prosperidad y modo de vida democrático. Pero esta ventaja vital está ahora en peligro, ya que China está superando a Estados Unidos en áreas críticas», advierte el informe.
El Grupo está copresidido por Eric Schmidt, exdirector general de Google, y Jared Cohen, director general de Jigsaw, una incubadora tecnológica creada por Google. Otros miembros son Elizabeth Economy, investigadora principal de estudios sobre China en el Consejo de Relaciones Exteriores y la Institución Hoover de la Universidad de Stanford; y Richard Fontaine, director general del grupo de expertos Center for a New American Security.
El informe, que contiene varias propuestas sobre cómo Estados Unidos puede enfrentarse a los retos que plantean las ambiciones del régimen chino de dominar la tecnología, se estaba distribuyendo en la Administración Biden, según Axios.
«Cierto grado de separación es a la vez inevitable y preferible», afirmaba el informe.
Advertía que si no se producía la división, el régimen chino podría dominar el sector global y convertirlo en «un mundo digital único en el que las normas y los estándares gobernantes no incorporen los valores democráticos».
Aunque el informe criticaba la forma en que la Administración Trump enfrentó las amenazas económicas de China, reconocía que la «separación» sería «más favorable para los intereses de Estados Unidos».
«En cualquier caso, el ‘statu quo’ anterior a Trump ha sido radicalmente alterado; regresar a eso no puede, ni debe, ser un objetivo de nuestra política», resumía el informe.
La Administración Trump apuntó a las amenazas del Partido Comunista Chino (PCCh) con sanciones, listas negras comerciales y otras políticas, especialmente para abordar los riesgos de seguridad que plantea la tecnología china.
Durante la guerra comercial de 2018-2019, el concepto de «desacoplamiento», o separación entre ciertos sectores de las economías estadounidense y china, se convirtió en una opción muy comentada para Estados Unidos.
El expresidente Donald Trump planteó la idea del desacoplamiento en septiembre del año pasado, cuando dijo que Estados Unidos «no perdería miles de millones de dólares» si el país no hubiera hecho negocios con China.
Planteamientos similares de desvinculación fueron hechos recientemente por legisladores estadounidenses. Por ejemplo, el senador Tom Cotton (R-Ark.), en un discurso en el pleno del Senado el 22 de enero, dijo que era «necesario y urgente» desvincular la economía estadounidense de China, tras la decisión de Beijing de sancionar a 28 funcionarios estadounidenses de la Administración Trump.
El informe advirtió que la competencia entre Estados Unidos y China se ha vuelto asimétrica.
«China juega con un conjunto diferente de reglas que le permiten beneficiarse del espionaje corporativo, la vigilancia intransigente y una línea borrosa entre su sector público y privado. Beijing considera que estas asimetrías son nuestro problema, no el suyo», afirma el informe.
También identificó una serie de factores que han sesgado la competencia a favor de China, como las prácticas comerciales y de inversión ilegales y desleales, el acceso de las empresas chinas a grandes sumas de capital estatal y cuasi estatal, y el robo de la propiedad intelectual.
El informe abogaba por un enfoque multilateral y pedía al gobierno estadounidense que trabajara con países afines. Sugirió un nuevo foro denominado T-12 para coordinar las respuestas a la competencia tecnológica con China. El T-12 estaría formado por países como Japón, Corea del Sur, Canadá, India, Israel, Australia, Países Bajos y Alemania.
«Los avances deben producirse en un marco multilateral, no en un intento de cambiar el comportamiento de China, sino de crear una masa crítica para contrarrestarlo», afirmaba el informe.
Otro enfoque multilateral recomendado en el informe fue la creación de «zonas de confianza» que permitan «una integración global que promueva los valores estadounidenses». En estas zonas, por ejemplo, los países democráticos darían prioridad a la investigación y el desarrollo conjuntos y eliminarían las barreras normativas para incentivar la innovación colectiva, con el fin de crear productos competitivos.
El informe advertía que Estados Unidos debía estar preparado para las amenazas inminentes del régimen chino.
«A corto plazo, Estados Unidos debe prepararse para que China adopte una actitud más agresiva, desplegando medidas económicas coercitivas y justicia», según el informe, como la detención de ciudadanos estadounidenses que viven en China como represalia.
China es conocida por practicar la llamada «diplomacia de los rehenes». Los críticos afirman que Beijing detiene arbitrariamente a los extranjeros que viven en el país, como forma de presión sobre los gobiernos con los que tiene disputas.
Ejemplos notables son la detención por parte de China de dos ciudadanos canadienses, Michael Kovrig y Micahel Spavor, apenas unos días después de que Canadá detuviera en 2018 a Meng Wanzhou, ejecutiva del gigante tecnológico chino Huawei, por encargo de las autoridades estadounidenses.
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