WASHINGTON—El régimen comunista de China pretende dominar sectores tecnológicos esenciales para trastornar el orden mundial y socavar el modo de vida democrático, según un antiguo funcionario de la Casa Blanca.
El Partido Comunista Chino (PCCh), que controla China como un estado de partido único, está aprovechando las políticas económicas para fomentar el antiliberalismo a escala mundial, según el exasesor de seguridad nacional Robert O’Brien.
“El [PCCh] es implacable al tratar de cambiar la forma en que vivimos nuestras vidas”, dijo O’Brien durante una charla el 2 de agosto en el Instituto Hudson, un grupo de expertos conservador.
«Están intentando cambiar la libertad [que tenemos], cambiar la forma en que vivimos y cambiar la forma en que se organiza el mundo. Y eso es peligroso».
El Sr. O’Brien dijo que el régimen del PCCh estaba operando “en todas las regiones del mundo”, buscando desarraigar la influencia de las naciones democráticas y establecer medios diplomáticos y económicos para coaccionar a los países más pequeños.
El PCCh quiere una competencia «ganar-perder»
A pesar de las tan pregonadas afirmaciones del régimen en sentido contrario, el Sr. O’Brien dijo que el PCCh busca fundamentalmente una competencia de “ganar-perder” en la que su autoritarismo comunista se exporta a todo el mundo destruyendo las economías liberales de mercado.
“Hablan de ‘ganar-ganar’, pero en realidad es ‘ganar-perder’. China gana y todos los demás pierden”, dijo el Sr. O’Brien.
“A los ojos del [secretario general del PCCh] Xi Jinping, la única forma en que China pueda ganar es si todos los demás pierden”.
Con ese fin, el Sr. O’Brien dijo que Estados Unidos necesitaría continuar fomentando la innovación y la cooperación en casa y con sus aliados, aprovechando sus asociaciones globales mientras las políticas depredadoras del PCCh socavaban lentamente la fe internacional en China.
«Una de las mayores ventajas de Estados Unidos (…) es que tenemos aliados reales, y si nos fijamos, China no tiene verdaderos aliados», dijo el Sr. O’Brien.
“Compran aliados, alquilan aliados, pero no tienen aliados de verdad. Nosotros tenemos aliados en América. Tenemos aliados que tienen ideas afines y comparten nuestros valores y comparten nuestras creencias en la libertad, el estado de derecho y los mercados abiertos”.
El continuo fomento de la “innovación y la creatividad” por parte de Estados Unidos, dijo O’brien, sería vital para garantizar que Occidente —un término que O’Brien usa para referirse a todas las naciones democráticas— salga victorioso frente el PCCh.
«La libertad engendra este espíritu emprendedor», afirmó O’Brien.
“Creo que en el mundo libre, en Occidente, nuestra área más fuerte es la innovación, el espíritu emprendedor, [y] las nuevas ideas… Creo que podemos mantener nuestra ventaja a través de la innovación”.
Las empresas estadounidenses apoyan a China a pesar del robo de propiedad intelectual
Aún así, advirtió O’Brien, la competencia dista mucho de haber terminado. El régimen del PCCh está comprometido en un esfuerzo de la sociedad en su conjunto para robar sistemáticamente la propiedad intelectual (PI) estadounidense que el FBI ha descrito como «una de las mayores transferencias de riqueza de la historia de la humanidad».
“El [PCCh] literalmente nos ha robado billones de dólares”, dijo el Sr. O’Brien.
“Esta es una competencia sobre qué forma de vida va a regir”.
De hecho, a pesar de los años de competencia y el robo continuo de propiedad intelectual, Estados Unidos no ha desarrollado las herramientas necesarias para impedir la transferencia continua de tecnologías estadounidenses sensibles a China, según el subsecretario del Tesoro, Paul Rosen.
«Actualmente evaluamos que no disponemos de una herramienta eficaz para destinar el dinero y la sofisticación con conocimientos técnicos que se destinan a estas tecnologías sensibles y más críticas a países de interés», dijo el Sr. Rosen durante una audiencia el 31 de mayo del Comité del Senado sobre Banca, Vivienda y Asuntos Urbanos.
«Corremos el riesgo de dejar un vacío en lo que respecta a algunos de nuestros problemas de seguridad nacional», afirmó.
El Sr. Rosen agregó que la administración Biden estaba comprometida a defender «celosamente» los intereses de seguridad de Estados Unidos y que, en caso necesario, daría prioridad a esos intereses frente al desarrollo económico, pero que para ello necesitaba más recursos.
Las declaraciones del Sr. Rosen confirmaron el testimonio de expertos presentado ante el Congreso el año pasado, en el que se afirmaba que el PCCh está involucrado en prácticas anticompetitivas y contrarias al libre mercado a escala mundial y que Estados Unidos carece de herramientas adecuadas no relacionadas con la seguridad para defender sus intereses.
De manera similar, el senador Sherrod Brown (D-Ohio), presidente del comité, afirmó que Estados Unidos había fomentado durante varias décadas un sistema de políticas que había fortalecido a China a expensas del pueblo estadounidense.
Las luchas actuales de la nación para contrarrestar a China, dijo, se deben a políticas que beneficiaron las ganancias corporativas en lugar del bienestar de los estadounidenses, y que permiten que las empresas estadounidenses de capital de riesgo apoyen la modernización militar del PCCh a expensas de Estados Unidos.
El Sr. Brown agregó que los legisladores estadounidenses “sabían” que las corporaciones eliminarían millones de empleos estadounidenses a favor de mano de obra barata en China, pero aun así concedieron al régimen el estatus comercial permanente de la nación más favorecida en la década de 1990. Desde entonces, dijo, las administraciones sucesivas no han logrado corregir el desequilibrio a favor de China.
«Durante demasiado tiempo, nuestra política hacia China ha favorecido a las empresas multinacionales y ha fallado a las familias trabajadoras», afirmó Brown. «Destruyó comunidades locales; erosionó nuestra base manufacturera y nuestra competitividad internacional».
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