Exoficial de inteligencia revela cómo opera la industria de cocaína en Latinoamérica que apunta a EE.UU. — Parte 2

Por Eduardo Tzompa
03 de marzo de 2024 8:49 PM Actualizado: 03 de marzo de 2024 8:49 PM

En una primera entrega de este informe especial, el comandante y oficial retirado de inteligencia naval y militar de Estados Unidos, Jesús Romero, reveló en una entrevista exclusiva con The Epoch Times cómo opera la industria de la cocaína en Latinoamérica que apunta hacia Estados Unidos. También detalló cómo luchó contra la industria del narcotráfico en la región y ayudó a desmantelar una parte de la organización dentro de EE. UU.

El narcotráfico ha existido por mucho tiempo en América Latina y Estados Unidos ha sido su consumidor más grande, particularmente de cocaína. De 2020 a 2021, el cultivo de coca marcó una cifra récord, aumentando un 35 por ciento, según un informe de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) en marzo de 2023 (pdf).

El exoficial de inteligencia cuenta que una vez que la droga cruza la frontera sur de EE.UU. va hacia Ohio, Georgia y Florida, donde están los narcotraficantes mexicanos, quienes son los principales distribuidores en territorio estadounidense. Dijo que el precio de la cocaína se incrementa conforme a la distancia recorrida y los países atravesados.

«Un kilo de cocaína que llegue por la parte marítima o aérea a Guatemala, [ahí] en Guatemala cobran entre 11,000 y 12,500 dólares por kilo. Eso es lo que cuesta un kilo de cocaína puesto en Guatemala, de un kilo de cocaína puesto en la Ciudad de México son 16,000 dólares. Un kilo de cocaína puesto en Las Vegas, Los Ángeles y Nueva York ya estamos hablando sobre los 25,000 dólares por kilo», señaló.

Romero dice que esto se debe a que las organizaciones criminales «cobran por la seguridad y la transportación de cada uno de esos kilos».

Respecto a la participación del régimen de Nicolás Maduro en el tráfico de cocaína, el oficial retirado dijo que Venezuela  principalmente juega un papel de intermediario ya que el país caribeño «no es un gran país productor de cocaína».

«Venezuela, al no elaborar la cocaína, tienen que contar con que la cocaína salga de Colombia, de la parte norte de Santander a esa parte que colinda con Zulia. Está controlada por lo que es ahora el Ejército de Liberación Nacional o el ELN. Y en el sur, esas responsabilidades o quienes estaban a cargo, ya están un poco más fracturadas como lo es la segunda Marquetalia, que era parte de las antiguas FARC», dijo Romero.

Para el oficial retirado, esa también es la razón por la que el régimen venezolano tuvo una muy buena relación con la guerrilla colombiana, en la época del dictador Hugo Chávez.

«En algún momento el presidente Chávez reconoció a las FARC, a las fuerzas revolucionarias colombianas, y en algún momento dijo que las FARC se merecen espacio y se merecen tener un proyecto, detalló, el comandante, aclarando que «en realidad Chávez ya estaría trabajando muy directamente con las FARC y las FARC estuvieron en Venezuela debajo de la responsabilidad de seguridad del gobierno de Venezuela, donde les dieron amparo, les dieron la habilidad de no estar en países que los pudieran extraditar, y las FARC gozaron de una seguridad prestada directamente por el gobierno de Venezuela».

Al momento que Chávez asumió el poder en Venezuela, el país tenía cerca del cinco por ciento del mercado mundial de narcotráfico. Diez años después, cuando Hugo Chávez seguía en el poder en 2010, esta cifra subió al 25 por ciento, representando unas 450 toneladas de cocaína transportadas al año por Venezuela.

Cocaína sudamericana incautada. (Cortesía de Jesús Romero)

Casos emblemáticos de oficiales de alto rango del ejército venezolano implicados

Romero recordó que en 2020, el Departamento de Justicia señaló al dictador Nicolás Maduro, por liderar junto a altos funcionarios militares venezolanos al Cártel de los Soles, organización criminal que se encarga de coordinar los envíos de cocaína hacia Estados Unidos.

«Hay casos en los Estados Unidos donde están implicados miembros del Cártel de los Soles, explicó el comandante y, en particular, hay hay dos casos relevantes.

«Uno es el el caso de un venezolano que fue un general del ejército, fue el jefe de Inteligencia de Seguridad Nacional que le dicen el Pollo Carvajal. El Pollo Carvajal fue detenido en España, donde se logró la coordinación para su extradición a los Estados Unidos, donde tenía acusaciones por medio del distrito sur de Nueva York. Ese caso está en pie ahora mismo», relató el oficial retirado.

“Tras muchos años fugitivo, después de una carrera criminal que se extendió durante más de una década, Hugo Armando Carvajal Barrios llegó hoy a Estados Unidos donde se enfrentará a la justicia por los crímenes de los que se le acusa”, dijo el fiscal federal, Damian Williams, en un comunicado del 19 de julio del 2023.

Anne Milgram, administradora de la Administración de Control de Drogas de EEUU (DEA, por sus siglas en inglés), aseguró que los funcionarios gubernamentales “corruptos como Carvajal”, que usan su posición para “aceptar sobornos” y otras actividades vinculadas con el narcotráfico, “deben rendir cuentas con todo el peso de la ley”.

Carvajal y otros funcionarios de alto rango actuaron como “líderes y administradores del Cartel de los Soles”, así llamado por las insignias que engalanan los uniformes de los oficiales de alto rango venezolanos, reseña el comunicado.

“Carvajal Barrios y otros miembros del cartel abusaron del pueblo venezolano y corrompieron las instituciones legítimas de Venezuela, incluidas partes del aparato militar, de inteligencia, legislativo y judicial, para facilitar la importación de cocaína a los Estados Unidos”, continúa.

Además, expone que el cártel no solo buscaba enriquecerse y aumentar su poder, sino “inundar” Estados Unidos con dicha droga.

“Para lograr estos objetivos, los líderes del Cartel de los Soles se asociaron con los líderes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que controlaban la producción de cocaína en vastas áreas de Colombia y Venezuela”, se detalla en el documento.

Un segundo caso es el de Cliver Alcalá, también general del Ejército de Venezuela, quien era mano derecha de Chávez.

«Él mismo se declara culpable en el caso que él tiene aquí en los Estados Unidos y él mismo dice que él sí estaba enviando cargamentos de cocaína y también estaba prestando material militar, equipo militar, inclusive incluyendo armamento de guerra, misiles para los cárteles mexicanos», explicó el comandante Romero.

Clíver Alcalá Cordones, mayor retirado del ejército, se entregó el 27 de marzo del 2020 ante agentes de la Dirección Nacional de Inteligencia de Colombia, luego de que Estados Unidos presentó una recompensa de 10 millones de dólares por su captura.

Actualmente el Departamento de Estado de EE.UU. y la DEA mantienen activa una recompensa de 15 millones de dólares que conduzca al arresto y/o condena de Nicolás Maduro. La acusación es por narcoterrorismo, corrupción, narcotráfico y otros cargos penales.

«En su papel de líder de la Cártel de Los Soles, Maduro Moros negoció envíos de varias toneladas de cocaína producida por las FARC; ordenó que el Cártel de Los Soles proporcionara armas de uso militar a las FARC; coordinó asuntos exteriores con Honduras y otros países para facilitar el tráfico de drogas a gran escala; y solicitó ayuda a los líderes de las FARC para entrenar a un grupo de milicias no sancionado que funcionaba, en esencia, como una unidad de las fuerzas armadas para la Cártel de Los Soles». —Departamento de Estado de EE.UU.

Sobre las razones detrás Venezuela para enviar cocaína a Estados Unidos, Romero dijo que desde el año 2005 el régimen chavista y el Foro de São Paulo planearon una ruta para desestabilizar a Estados Unidos y expandir su visión del socialismo.

«No existe un país comunista o socialista que quiera ampliar la visión del socialismo si no tiene dinero. Eso es una incongruencia, porque ellos dicen que el dólar es malo, el dólar es malo, pero adoran el dólar para expandir y ampliar sus visiones: el socialismo [de] China, Cuba y Venezuela», reflexionó Romero.

El comandante jubilado de las fuerzas armadas de Estados Unidos Jesús Romero. (Cortesía de Jesús Romero)

El exoficial en retiro dijo que en el caso de Venezuela, la dictadura logró conseguir solvencia económica a través de la industria de la cocaína como su único camino debido a la baja del petróleo y las sanciones impuestas por Estados Unidos.

«A mí me llama muchísimo la atención que la industria de la cocaína, por la parte aérea, eran en su tiempo máximo en el [2020] de 120 toneladas de cocaína más o menos al año, y eso se traduce a 3 billones de dólares. Este es un sistema muy bien diseñado porque todo el mundo hace dinero en el proceso», remarcó.

Romero cuenta que ahora, tras el desmantelamiento del esquema criminal en el que participó Debra Lynn Mercer-Erwin, se ha visto un cambio en la ruta de la cocaína que sale de Venezuela.

«Cada vez que se le da un golpe mayor a las organizaciones criminales, ellos cambian de de comportamiento. Ellos no están usando aviones con matrículas norteamericanas como usaban antes. Definitivamente que ya no. No hay tantas de esas aeronaves que estarían usando, hay una que otra durante el año. Eso sí sucede», dijo el excomandante agregando que ahora la cocaína sale de Venezuela «hacia Surinam, África y Europa».

(Cortesía de Jesús Romero)

El comandante retirado compartió con nuestro medio que para él lo más duro de la industria de la cocaína es ser testigo de la sangre que se derrama por la violencia que se genera desde que la droga sale de Sudamérica hasta que llega a Estados Unidos.

«He tenido la mala suerte de ver cómo funciona esta industria desde la parte más baja», explicó, «yo recibía las fotos de todas las misiones, de todas las operaciones, sobre todo cuando los aviones tenían accidentes porque necesitábamos verificar, confirmar».

«Cuando muere una persona, nosotros, con todo el mundo con los que yo trabajé… tenemos una parte humana, que es regresarle los cuerpos o decirle a sus familiares qué pasó con su [familiar]. Porque si no, esta gente va a pensar toda la vida que su esposo o su papá se escapó, no quiso estar más con ellos. Es terrible vivir con las consecuencias de cuando un familiar tuyo no regresa por haber estado involucrado en el narcotráfico», reflexionó.

Durante la parte más fuerte de las operaciones de transporte de la cocaína vía aérea —en el periodo de la pandemia—, y debido a la baja de trabajo para los pilotos comerciales, muchos de ellos quedaron a la deriva. Al mismo tiempo, las organizaciones criminales comenzaron a demandar tanto aviones como pilotos, a los que preparaban durante un curso de dos o tres días para certificarse y poder pilotar un jet Hawker 800, que no eran su especialidad.

Al final del 2020, el comandante y su equipo se dieron cuenta de que «docenas y docenas de aviones» no lograron terminar el vuelo.

«Para octubre y noviembre habíamos contabilizado una pérdida de 25 aeronaves más o menos y una pérdida más o menos de 52 pilotos», explicó.

«Ese fue el año donde yo, en toda mi carrera, he visto la pérdida más grande de pilotos para la industria de la cocaína. Yo estuve en el Perú, estuve en Ecuador y nunca había visto una pérdida tan grande de seres humanos por transportar cargamentos de cocaína con aeronaves», en su mayoría, agregó, eran pilotos de edades avanzadas que oscilaban entre los 70 y 75 años, y que decidieron arriesgarse.

«Tú te pones a pensar que ese señor no va a ir a su casa esta noche. Ese señor era abuelo, ese señor era el hijo de alguien. La madre no va a ver a su hijo. La esposa, los niños. Es algo tan terrible», reflexionó.

Con información de Pachi Valencia y Celeste Armenta.
Siga a Eduardo Tzompa en X: @JEduardoTzompa


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