La Administración Federal de Aviación de EE. UU. ha impuesto una zona de exclusión aérea para los sistemas de aviones no tripulados que vuelen sobre un puente del sur de Texas, después de que salieran a la luz unas fotos que mostraban a miles de inmigrantes acumulándose bajo él en los últimos días.
Las imágenes captadas por The Epoch Times esta semana mostraban a miles de inmigrantes ilegales congregados bajo el puente de Del Río, en el sur de Texas, mientras esperaban a ser procesados por la Patrulla Fronteriza.
Unos 9000 inmigrantes ilegales, entre los que había ciudadanos haitianos, cubanos y venezolanos, se encontraban en la zona, según confirmó el sheriff del Condado de Val Verde, Joe Frank Martínez.
Tras la publicación de las imágenes, la FAA emitió un aviso el 16 de septiembre en el que anunciaba la existencia de restricciones temporales de vuelo que impedían que todas las aeronaves no tripuladas, como los drones, sobrevolaran la zona hasta el 30 de septiembre, alegando «razones especiales de seguridad».
Según el aviso, el Departamento de Defensa (DOD), el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) y el Departamento de Justicia (DOJ) pueden tomar medidas contra cualquiera que no cumpla la prohibición temporal, incluida la destrucción de las aeronaves no tripuladas si se considera que suponen una amenaza creíble para la seguridad.
La prohibición impide que los medios de comunicación locales e internacionales capten imágenes aéreas que muestren las condiciones del lugar. Sin embargo, están exentos aquellos que cuenten con exenciones oficiales del espacio aéreo, así como las fuerzas de seguridad y quienes sobrevuelen la zona en misiones de apoyo en caso de catástrofe.
En unas declaraciones a Fox News, la FAA dijo que la prohibición de la zona de exclusión aérea se impuso a petición de la Patrulla Fronteriza de EE. UU., pero señaló que los medios de comunicación pueden hacer una solicitud de exención.
«La Patrulla Fronteriza solicitó la restricción temporal de vuelo debido a que los drones interferían con los vuelos de las fuerzas de seguridad en la frontera. Al igual que con cualquier restricción temporal de vuelo, los medios de comunicación pueden llamar a la FAA para hacer solicitudes para operar en la zona», dijo la FAA.
Esto se produce en medio de una oleada de inmigrantes ilegales que intentan cruzar a Estados Unidos en los últimos meses, lo que ha dejado a los agentes de la Patrulla Fronteriza abrumados y en apuros para procesar el gran volumen de personas, particularmente las que llegaron a la zona del puente.
«Simplemente no pueden procesarlos lo suficientemente rápido, por lo que hay una acumulación de estos individuos debajo del puente. No están detenidos, simplemente están reunidos allí esperando su turno para ser procesados», dijo el sheriff del Condado de Val Verde, Joe Frank Martínez, a The Texas Tribune.
El jueves, cuando el gran volumen de inmigrantes comenzó a ser palpable en el puente, el gobernador de Texas, Greg Abbott, ordenó al Departamento de Seguridad Pública de Texas y a la Guardia Nacional de Texas que «mantuvieran su presencia en los puertos de entrada y sus alrededores para disuadir el cruce».
Abbott también apuntó a la Administración Biden en su manejo de la crisis, señalando que estaba en «completo desorden» y que estaba manejando la situación de la frontera «tan mal como la evacuación de Afganistán», dijo Abbott en una declaración.
El senador Ted Cruz (R-Texas) se encuentra actualmente sobre el terreno en Del Río y ha estado compartiendo imágenes desde el lugar. El viernes, afirmó que actualmente hay 10,503 inmigrantes ilegales bajo el puente internacional de Del Río.
«Este desastre hecho por el hombre fue causado por Joe Biden», escribió en Twitter, añadiendo que el número de migrantes se había multiplicado por diez después de que la Casa Blanca decidiera recientemente cancelar las deportaciones a Haití.
Del Río es solo uno de las tres docenas de puntos de cruce de este tipo a lo largo de la frontera entre Texas y México. Los migrantes que llegan a estos cruces pueden solicitar asilo o aprovechar el regreso de la política de «captura y liberación» que fue prácticamente eliminada por la administración del expresidente Donald Trump, pero que fue reinstaurada por el presidente Biden hace unos meses.
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