El gobierno de Estados Unidos no está preparado para enfrentarse a la represión transnacional del régimen chino, según el defensor de los derechos humanos Levi Browde.
«Desafortunadamente, por su propia admisión, nuestro gobierno, los gobiernos occidentales de todo el mundo realmente no están preparados para este [acto del régimen chino,] porque normalmente, cuando están tratando con un país adversario, viene en forma de solo sus diplomáticos o sus militares o algo así», dijo Browde al programa «China in Focus» en NTD news, el medio asociado de The Epoch Times.
Mientras tanto, el Partido Comunista Chino (PCCh) ha convertido en armas absolutamente todo en su país, incluyendo sus corporaciones, sus ciudadanos e incluso los estudiantes extranjeros para apoyar esta campaña de opresión, señaló.
Como director ejecutivo de la organización sin ánimo de lucro Falun Dafa Information Center, con sede en Nueva York, Browde señaló los casos de practicantes de Falun Gong acosados en suelo estadounidense para demostrar este punto.
Brutalidad
«Tuvimos gente aquí en Manhattan, cuyos apartamentos fueron saqueados varias veces. Uno de ellos, de hecho, tuvo que irse y esconderse, porque los matones chinos, obviamente, contratados por el gobierno chino y el consulado de aquí los estaban atacando físicamente», dijo en la entrevista del 8 de octubre.
En otro caso citado, un informático que desarrolló un software que permite a los chinos burlar la tecnología de la censura estatal recibió una paliza y le robaron las computadoras y los discos duros cuando estaba en su casa de Atlanta.
Falun Gong, también conocido como Falun Dafa, es una disciplina espiritual con ejercicios de meditación y enseñanzas morales centradas en los principios de verdad, benevolencia y tolerancia. Su popularidad creció en la década de los noventa, hasta el punto de que a finales de esa década había 100 millones de personas que lo practicaban en China. Al percibirlo como una amenaza, el régimen chino lanzó en 1999 una campaña nacional para erradicar esta práctica.
«Así que este tipo de brutalidad ha sido un sello distintivo de su represión transnacional», subrayó Browde.
Pero la represión de Falun Gong en el extranjero es mucho más sofisticada que eso en la actualidad, señaló.
«Utilizan su cuerpo diplomático en todo el mundo para perseguir a Falun Gong, presionando a nuestros legisladores, presionando a nuestros gobiernos o gobernadores o alcaldes, para que no apoyen a Falun Gong, para que no se pronuncien contra la persecución en China», dijo.
Browde señaló que las empresas estadounidenses, «incluidos nuestros medios de comunicación, tienen enormes negocios dentro de China». Como resultado, dijo, «eso ha coincidido con un alarmante silencio sobre la cuestión de Falun Gong».
El mayor denunciante de los crímenes del PCCh
En su opinión, el PCCh ve a la comunidad de Falun Gong como una «amenaza existencial».
«Este es el grupo que, en primer lugar, contaba con 100 millones de personas, incluidos los líderes militares, los líderes del gobierno, que puede exponerlos de una manera que ningún otro grupo puede», sostuvo.
Browde destacó a un practicante de Falun Gong identificado como Fang Bin que actuó como periodista ciudadano en Wuhan, la ciudad de China donde se registraron los primeros casos de COVID-19.
«Cuando el COVID llegó por primera vez a Wuhan, él se convirtió en una de las voces principales y más visibles que informaban de lo que estaba ocurriendo cuando el PCCh decía: ‘Ah, es algo muy pequeño y no pasa nada'», dijo.
«Fue él quien mostró en sus grabaciones las bolsas para cadáveres, los montones de bolsas para cadáveres, lo que ocurría con los crematorios, y eso salió en la CNN, [y] en todo el mundo», añadió.
En consecuencia, el periodista fue rápidamente encontrado, capturado y, muy probablemente, sigue vivo bajo la custodia del régimen, según el defensor.
«Esta comunidad se ha convertido en la mayor denunciante de los crímenes del PCCh en la escena mundial. Por ello, para el PCCh es prioritario, y siempre lo ha sido, silenciar a la comunidad de Falun Gong», señaló Browde.
Siguen apareciendo reportes que indican que la persecución desenfrenada a los practicantes de Falun Gong por parte del régimen chino, incluyendo la violencia brutal, la detención y la sustracción de órganos autorizada por el Estado, sigue en marcha.
Por ello, Estados Unidos y Occidente deberían ver el asunto de Falun Gong como un canario en la mina de carbón para «la capacidad del régimen y lo que podrían hacernos al resto», según el defensor.
«Eso es realmente una demostración de su capacidad y su voluntad de violar todas las normas internacionales, si se trata de conservar su propio poder», dijo.
«Y si pensamos que esto se va a detener, o se ha detenido en Falun Gong, o en algunos de los otros grupos disidentes, ahí es donde realmente vamos a tener problemas», argumentó.
Contramedidas
Para contrarrestar la amenaza del PCCh, Browde sugirió que los medios de comunicación y las empresas chinas que operan en Estados Unidos se registren como agentes extranjeros.
«Deberían ser controlados como agentes extranjeros, porque eso es realmente lo que están haciendo aquí», dijo.
El defensor señaló la Ley de Protección de Falun Gong (H.R.6319) y la Ley para Detener la Sustracción Forzada de Órganos (H.R.1592) que se presentaron el año pasado.
Browde pidió a los estadounidenses preocupados que se pongan en contacto con sus representantes para pedirles que apoyen estos proyectos de ley.
«Porque pueden tener un impacto real en frenar o reducir o, con suerte, detener la horrible práctica de la sustracción de órganos en China, y también aumentar la visibilidad de Falun Gong», dijo.
«Y si aumentamos la visibilidad de Falun Gong, estamos potenciando la voz que nos va a alertar sobre el peligro que corremos», añadió Browde.
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