Los gobiernos estatales y locales de Estados Unidos han proporcionado alrededor de 1700 millones de dólares en subvenciones a empresas chinas desde 2010, una tendencia que debe revertirse, dijo Robert Atkinson, presidente del grupo de expertos de la Fundación de Tecnología de la Información e Innovación, con sede en Washington.
«La política oficial de Estados Unidos es intentar frenar a China porque están jugando de forma desleal, por así decirlo. Así que aquí estamos tratando de frenar a China, pero al mismo tiempo, los gobiernos estatales y locales están proporcionando subsidios para impulsar a China», dijo Atkinson en una entrevista reciente con NTD.
China es conocida por incurrir en una serie de prácticas comerciales desleales, como el dumping de productos baratos en los mercados extranjeros, la concesión de excesivas subvenciones gubernamentales a las empresas chinas que les ayudan a ganar cuota de mercado y el robo de propiedad intelectual (PI) y tecnologías. La Comisión sobre el Robo de la Propiedad Intelectual Estadounidense estimó en 2017 que la economía de Estados Unidos sufre una pérdida anual de entre 225,000 y 600,000 millones de dólares por el robo de PI de China cada año.
El monto de las subvenciones es tabulado por el organismo de control Good Jobs First, con sede en Washington, una organización sin fines de lucro que promueve la responsabilidad corporativa y gubernamental. Descubrió que las empresas con sede en China recibieron más de 1800 millones de dólares en subvenciones de organismos gubernamentales estadounidenses desde 1991 hasta 2020. La mayor parte de las ayudas, unos 1700 millones de dólares, comenzaron a salir de Estados Unidos en 2010.
Las subvenciones llegaron en forma de créditos fiscales, reembolsos de impuestos, subvenciones, préstamos y reducción del impuesto sobre la propiedad. Aunque la mayor parte de las ayudas fueron entregadas por los gobiernos estatales y locales, algunas fueron distribuidas por agencias federales.
«Casi todos los gobiernos estatales y muchos gobiernos locales quieren atraer a las empresas a sus territorios», dijo Atkinson. «Quieren hacer crecer su economía y, en general, les es indiferente que sean empresas estadounidenses, británicas o chinas».
«Y así, acabaron subvencionando a las empresas chinas para que vinieran a Estados Unidos», añadió.
Según el organismo de control, dos de esas empresas son entidades estatales chinas que han sido nombradas por el Pentágono por tener vínculos con el ejército chino: Aviation Industry Corp. of China (AVIC) y China National Chemical Corporation (ChemChina). AVIC también figura actualmente en la lista negra de inversiones de Estados Unidos.
AVIC recibió un total de más de 168 millones de dólares en subvenciones entre 2009 y 2013, principalmente en forma de créditos fiscales y subvenciones de los estados de Carolina del Norte y Michigan, según el organismo de control.
Más recientemente, en 2020, el gobierno del estado de Iowa concedió 717,355 dólares en créditos fiscales al gigante agroquímico suizo Syngenta, que es propiedad de ChemChina, según el organismo de control. El gobierno estatal de Carolina del Norte también dio a Syngenta 155,594 dólares en créditos fiscales y reembolsos en 2019.
El fabricante chino de PCs Lenovo, que ha recibido más de 135 millones de dólares en subsidios en 2019, ha estado durante mucho tiempo bajo el escrutinio del gobierno de Estados Unidos. En julio de 2019, el Inspector General del Pentágono publicó un informe (pdf), advirtiendo que los ordenadores de Lenovo presentan un riesgo elevado de «ciberespionaje» y «acceso no autorizado al sistema o a la red».
Atkinson dijo que el Congreso podría intervenir para evitar que los gobiernos locales de Estados Unidos ayuden a las empresas chinas.
«El Congreso podría aprobar una ley que dijera que, si quieres seguir recibiendo fondos federales, por ejemplo para carreteras, no puedes dar dinero a una empresa china. Esto se detendría mañana mismo», dijo.
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