Un grupo de vigilancia está solicitando al gobierno registros sobre su recomendación contradictoria de la vacuna contra el COVID-19.
Los funcionarios de la Administración Biden han afirmado durante meses que la vacuna contra el COVID-19 se ha convertido en una rutina de una vez al año. «Para la gran mayoría de las personas, una vacuna anual contra el COVID debería ser todo lo que necesitan», dijo en septiembre el coordinador de la respuesta al COVID-19 de la Casa Blanca, el Dr. Ashish Jha. Ese mismo mes, el Dr. Anthony Fauci, asesor médico jefe de la Casa Blanca, comparó la cadencia con la vacuna contra la gripe, que se administra una vez al año.
Pero el secretario de Salud Xavier Becerra, en múltiples mensajes en Twitter, dijo que la gente debe vacunarse «si han pasado más de 2 meses desde su última dosis».
«El calendario recomendado para los refuerzos de COVID ha cambiado muchas veces y ahora está cambiando de nuevo. En un tiempo, el presidente, los funcionarios de salud y muchos otros dijeron que la vacuna COVID original proporcionaría protección permanente. Ahora, el más alto funcionario de salud de nuestra nación recomienda dosis de la vacuna cada dos meses», dijo la Iniciativa de Gobierno Funcional, un grupo de vigilancia, al Departamento de Salud y Servicios Humanos en una solicitud de registros para respaldar el consejo de Becerra que fue revisada por The Epoch Times el 1 de diciembre.
La iniciativa quiere cualquier evidencia científica en la que se basó Becerra para recomendar vacunas cada dos meses, cualquier estudio sobre la eficacia de las vacunas bimensuales y cualquier registro que muestre a Becerra discutiendo la seguridad de las vacunas actualizadas.
El HHS no respondió a la solicitud de comentarios.
«Mientras que a los estadounidenses se les dice constantemente que ‘confíen en la ciencia’ cuando se trata de asuntos de salud pública, rara vez se les muestra la ciencia que sustenta estas decisiones», dijo Pete McGinnis, portavoz del grupo, en un comunicado.
«Pasar de una vacuna al año a seis en menos de 24 horas sin ningún dato que lo justifique deja a los estadounidenses confusos y preocupados por la capacidad de su gobierno para responder a las crisis sanitarias», añadió. «También podría ensañarse innecesariamente con millones de jóvenes estadounidenses sanos con una exposición no insignificante a la miocarditis y poco que mostrar fuera de un recuento de vacunas reforzado. El público merece saber qué información científica —si la hubo— revisó el secretario Becerra antes de emitir su recomendación de vacunas de refuerzo bimensuales».
Nuevas vacunas
Después de que las vacunas originales perdieran eficacia con la aparición de nuevas variantes, Pfizer y Moderna desarrollaron nuevas inyecciones que contenían componentes tanto del virus de Wuhan como de las subvariantes BA.4/BA.5. Los reguladores estadounidenses autorizaron las nuevas inyecciones.
Las autoridades estadounidenses autorizaron las vacunas a finales de agosto y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) las recomendaron poco después a prácticamente todos los estadounidenses a partir de 12 años. Desde entonces, la autorización y la recomendación se han ampliado a niños a partir de los 6 meses de edad, a pesar de que no se dispone de datos clínicos en humanos sobre ninguna de las vacunas. Los únicos datos sobre la eficacia que han aparecido estiman que la protección es insuficiente.
Las vacunas se aplican principalmente como refuerzos. Las antiguas vacunas, o las dos primeras inyecciones, se siguen utilizando como serie primaria.
Los funcionarios de la Administración Biden han ofrecido repetidamente información errónea sobre las vacunas actualizadas.
Jha y Fauci, por ejemplo, sugirieron el 9 de diciembre que protegerían contra enfermedades graves, lo que no está demostrado.
Fauci sí reconoció que las vacunas disminuyen su eficacia a medida que pasa el tiempo, con una disminución que se produce a las pocas semanas de su administración.
«Mucha gente nos pregunta, bueno, yo me vacuné contra el sarampión, me vacuné contra la polio, nunca tuve que vacunarme contra otra vacuna del mismo tipo, ¿por qué tenemos que hacer eso?», dijo Fauci. «Otras vacunas de los otros tipos te dan una inmunidad que dura décadas y a veces toda la vida. Por desgracia, no es el caso del COVID, así que tenemos que mantenernos al día con el virus y con la disminución de la inmunidad. Cuando lo hagamos, acabaremos estando seguros».
Recomendaciones de los CDC
Actualmente, los CDC aconsejan a la población «estar al día» con las vacunas.
Los CDC indican que los mayores de 5 años deben recibir una de las dosis de refuerzo actualizadas si han transcurrido al menos dos meses desde la última vacuna, incluso si se trata de una dosis de refuerzo antigua.
Además, según la agencia, incluso si las personas han recibido varias vacunas de refuerzo, deben recibir una de las nuevas.
«Las vacunas de refuerzo son una parte importante de su protección o la de su hijo frente a una enfermedad grave o la muerte por COVID-19», afirman los CDC.
La agencia no cita ninguna prueba que respalde sus afirmaciones.
Los únicos datos sobre la eficacia de las nuevas dosis de refuerzo proceden de los CDC, cuyos investigadores estiman, a partir de datos de pruebas reales, que las dosis de refuerzo proporcionan solo entre un 22% y un 43% de protección —dependiendo de la edad frente a la infección sintomática.
Las normas estadounidenses e internacionales establecen que las vacunas deben tener una eficacia mínima del 50% para ser autorizadas.
Los CDC no calcularon la protección contra la enfermedad grave.
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