Un lobo domesticado que se escapó de su dueño y sobrevivió solo durante semanas, vagabundeando en busca de comida, fue recogido por el control de animales y estaba destinado a ser sacrificado hasta que intervino un grupo de rescate. A lo largo de varios meses, el desaliñado lobo se fue uniendo poco a poco a su salvador, y hoy tienen un vínculo único e inseparable.
Steve Wastell, de 50 años, cofundó el Proyecto de Protección de Apex con su esposa Paula. Este grupo de rescate, educación y defensa de lobos y perros lobo tiene su sede en Los Ángeles (California).
100 por cien puro
En diciembre de 2016, Apex recibió una llamada de un grupo de rescate de Oklahoma sobre un lobo llamado Riggs.
«Lo habían atrapado en el patio trasero de la casa de alguien, rebuscando en el contenedor», dijo Wastell a The Epoch Times.
«Resulta que venía de un lugar de Indiana, y se lo dieron a una señora, junto con su hermana, para que lo cuidara de cachorro y se escapó».
Lamentablemente, la mujer no denunció la fuga de Riggs. Un mes después, lo encontraron en un condado a 50 millas de distancia, donde los lobos se consideran ilegales.
«No fue criado por una familia salvaje, así que lo único que conocía era a la gente», dijo Wastell. «Pasó cerca de un mes sobreviviendo solo, metiéndose en los patios traseros de la gente, y allí lo atraparon y fue derribado por control de animales».
Inicialmente se dijo a Apex que Riggs era hembra y loba de «bajo contenido», lo que significaba que era más perra que loba, y que estaba retenida en unas instalaciones de gaseado en Oklahoma.
«Dijeron que tenía 48 horas antes de que le practicaran la eutanasia, así que decidimos lanzarnos y llevárnosla», dijo el Sr. Wastell.
Un equipo de Apex hizo el viaje de 19 horas hasta Oklahoma. Al llegar, se enteraron de que Riggs no era hembra, sino macho. «No íbamos a dejarle morir», dijo Wastell, «así que dijimos: ‘Vale, pues subámosle a la furgoneta. Lo traeremos de vuelta y lo resolveremos'».
Riggs «no era agresivo», pero estaba aterrorizado. Forcejeó con la correa, pero una vez dentro de la furgoneta se tumbó boca arriba y ofreció su barriga a sus rescatadores. De vuelta a Apex, el equipo se llevó otra sorpresa: Riggs no solo era macho, sino que tras las pruebas de ADN descubrieron que era un lobo 100 por cien puro.
Rehabilitación
Un Riggs desnutrido y delgado pasó sus primeros días en Apex en una perrera de aislamiento para una evaluación sanitaria. Los 17 lobos y perros lobo de Apex viven en recintos de la propiedad de 2.5 acres y salen de excursión sin correa todos los días por los alrededores del Bosque Nacional de los Ángeles. Durante su primer encuentro con los demás residentes, Riggs no tardó en sacar a relucir sus instintos de lobo.
«Toda la manada empezó a aullar», dijo Wastell. «Al principio, miraba a su alrededor y, de repente, empezó a aullar. Fue realmente especial».
Riggs sorprendió a sus salvadores por estar «muy necesitado de gente», un rasgo que habría sido peligroso en la naturaleza. Le hicieron pruebas para detectar el síndrome de Williams, un trastorno del desarrollo, pero dio negativo. «Era muy, muy simpático», dijo Wastell.
Ganarse su confianza fue un proceso mucho más lento. El personal de Apex trabajaba con Riggs todos los días, pero el compañero más constante del lobo fue, con diferencia, Wastell.
«Riggs y yo trabajábamos juntos todas las mañanas. «Me lo llevaba de excursión, trabajaba con él para que me escuchara… Poco a poco, empezamos a confiar el uno en el otro. En menos de un año ya no llevaba correa».
Uno de los principales retos a los que se enfrentaba la organización con Riggs era que podía «escaparse de cualquier cosa». Un voluntario de Apex vio una vez a Riggs en el tejado de su recinto después de que el lobo escalara un muro de 2.5 metros, y el equipo supo que necesitaban refuerzos. Esto explica por qué su recinto es mucho más alto que otros.
Riggs también se ha tomado su tiempo para encontrar a sus compañeros más compatibles. Al principio, los veteranos residentes de Apex Thor, el alfa, y Loki acogieron a Riggs bajo su protección. Después, Riggs vivió con Kona, pero la pareja acabó distanciándose. Hoy, Riggs vive con su «novia», Selena.
«Selena y Riggs son una pareja poderosa», dice Wastell. «A él le gusta llamar la atención, así que no deja que ella llame mucho la atención. … Selena piensa que Thor es muy divertido, y cada vez que ella se acerca a Thor, Riggs se mete entre ellos y los separa, en plan: ‘¡No, aléjate de mi novia!'»
Aullidos y gruñidos
Hoy, Riggs tiene 7 años. Sigue siendo muy sociable, tiene el «síndrome de Peter Pan», por lo que «se niega a crecer» y «vuelve loca a la gente» con sus travesuras juguetonas. Incluso se ha ganado el apodo de «hermanito apestoso» por la forma en que da cuerda a sus compañeros lobos y perros lobo.
Reflexionando sobre lo lejos que ha llegado Riggs, dijo Wastell: «Ahora está más rellenito. Antes estaba hecho un guiñapo, tenía el pelo revuelto… pero ahora es guapo, hermoso y fuerte».
Su vínculo con Wastell también es cada vez más fuerte.
«Cada vez que me tumbo, le parece divertido subirse encima de mí y empezar a inmovilizarme, como haría un niño con su padre», cuenta Wastell, que relata su vida con los lobos en Instagram.
«La mayor parte de su lenguaje son gruñidos, son aullidos y gruñidos», dijo. «Sé que si voy a su recinto por la noche, le saludo y me gruñe en la cara, no me va a hacer daño. Me está regañando porque ese día no hemos ido de excursión, o porque he pasado la noche fuera… Una vez que has estrechado lazos con él, empiezas a entender su lenguaje».
Apex Protection Project conoce muy bien la difícil situación de los lobos y perros lobo que se compran como cachorros y acaban abandonados o atados en patios traseros cuando sus dueños se dan cuenta del trabajo que dan. La organización se dedica a dar a estos lobos la vida que merecen. Para ampliar sus operaciones en el futuro, la organización espera comprar más terreno.
Al compartir la historia de Riggs, Wastell espera despejar la idea errónea de que «los lobos son criaturas viciosas que van a matar humanos».
«Solo ha habido dos personas muertas por lobos en los últimos 100 años», dijo Wastell. «Son muy cariñosos, cuidan de sus mayores, cuidan de sus crías. … Tienen una vida emocional increíble».
«Soñamos con vivir en un mundo en el que el lobo, y todas las especies, sean muy valoradas y respetadas por el lugar que legítimamente ocupan en el planeta, el equilibrio que aportan al ecosistema y las lecciones que ofrecen a la humanidad», afirmó.
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