Las autoridades chinas estaban preocupadas por la transmisión de persona a persona del virus del PCCh seis días antes de que lo confirmaran públicamente el 20 de enero, informó The Associated Press, citando documentos internos.
Ma Xiaowei, jefe del principal organismo de salud del país, la Comisión Nacional de Salud, dijo a los funcionarios provinciales de salud en una teleconferencia confidencial el 14 de enero que el brote en Wuhan «sigue siendo grave y complejo, el desafío más grave desde el SARS en 2003, y es probable que se convierta en un importante acontecimiento de salud pública», según un memorándum interno.
El memorándum, bajo una sección titulada «comprensión seria de la situación», dice que «los casos agrupados sugieren que es posible la transmisión de persona a persona», según el informe del AP. El documento añadió que con el inminente día festivo del Año Nuevo Lunar, durante el cual millones de ciudadanos chinos viajan por todo el país para celebrar con sus familiares, «el riesgo de transmisión y propagación es alto».
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Sin embargo, en público, los funcionarios y científicos chinos minimizaron repetidamente la gravedad del brote y desestimaron las preocupaciones de que la enfermedad causada por el virus, conocido como COVID-19, pudiera propagarse entre los seres humanos. Si bien los funcionarios dijeron inicialmente que no había pruebas de transmisión entre humanos a principios de enero, a mediados de enero comenzaron a decir que había un «bajo riesgo» de transmisión entre humanos. No fue hasta el 20 de enero que las autoridades confirmaron que la enfermedad era contagiosa.
Las revelaciones se producen en medio de una creciente ira en Estados Unidos y en otros lugares por el encubrimiento inicial del brote por parte del régimen chino, lo cual permitió que la enfermedad se convirtiera en una pandemia mundial.
Como resultado de la falta de advertencias públicas antes del 20 de enero, un vecindario en el epicentro del virus en Wuhan organizó un banquete masivo para 40,000 personas, y millones de personas dejaron la ciudad para viajar para las celebraciones del Año Nuevo Lunar.
Si las autoridades hubieran advertido al público a mediados de enero para que adoptaran medidas de seguridad como el distanciamiento social y las restricciones de viaje, las infecciones podrían haberse reducido en unos dos tercios, según un estudio realizado en marzo, que aún no ha sido publicado.
El memorándum interno dice que la teleconferencia se realizó para comunicar las instrucciones del líder chino, Xi Jinping, el primer ministro Li Keqiang y el viceprimer ministro Sun Chunlan, aunque esas instrucciones no fueron especificadas, informó el AP.
Ma dijo a los funcionarios regionales de salud que las consideraciones políticas y la estabilidad social eran las principales prioridades a medida que se aproximaban las dos reuniones políticas más importantes del año para el régimen en marzo, señaló el memorándum. Esas reuniones fueron canceladas más tarde debido al brote.
Después de la teleconferencia, la Comisión Nacional de Salud emitió un conjunto de instrucciones de 63 páginas para los funcionarios provinciales de salud, marcadas como «internas»— «que no sean difundidas por Internet» y «que no sean divulgadas públicamente», informó el AP. El documento ordenaba a los funcionarios de salud de todo el país que identificaran los casos sospechosos, que los hospitales abrieran clínicas para la fiebre y que los trabajadores de salud llevaran equipo de protección.
El Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) en Beijing también implementó su más alto nivel de respuesta de emergencia internamente el 15 de enero, dijo el AP, citando un segundo aviso interno. Estableció 14 grupos de trabajo encabezados por los principales líderes del CDC para llevar a cabo tareas, incluyendo la capacitación de los trabajadores de la salud, la recolección de datos, la realización de investigaciones de campo y la supervisión de los laboratorios, decía el aviso.
Estos documentos internos no son la única prueba de que las autoridades ocultaron información vital sobre el brote durante sus primeras etapas. Un informe del South China Morning Post, citando datos internos del gobierno, afirmaba que había más de 200 casos a finales de diciembre. Los documentos internos obtenidos por The Epoch Times también muestran que las autoridades no informaron sobre las infecciones en enero. Durante un período de 12 días a partir del 5 de enero, el régimen no reportó ningún caso nuevo.
El régimen chino también impidió los esfuerzos para investigar el virus. El 1 de enero, la autoridad sanitaria provincial de Hubei instruyó a una compañía genómica para que dejara de analizar muestras de virus y destruyera todas las muestras existentes, informó la revista financiera china Caixin.
Al mismo tiempo, las autoridades silenciaron y reprendieron a los denunciantes por alertar sobre el brote en Wuhan.
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