El Departamento de Estado destacó las extensas operaciones del régimen chino para silenciar a sus objetivos en Estados Unidos y otros lugares, desplegando tácticas como el acecho, las desapariciones forzadas y la proyección del poder policial en el extranjero.
Los objetivos que persigue el régimen incluyen grupos minoritarios perseguidos, disidentes, estudiantes chinos en el extranjero y seguidores de religiones, según el informe de derechos humanos del departamento del 22 de abril.
La táctica, conocida como represión transnacional, recibió atención mundial después de que un grupo de derechos humanos revelara una red de comisarías de policía chinas extralegales en países de todo el mundo, incluidas varias en Estados Unidos.
En abril de 2023, el Departamento de Justicia acusó a dos hombres por operar una estación de este tipo en Nueva York. Los hombres supuestamente organizaron contramanifestantes para socavar las manifestaciones del grupo religioso perseguido, Falun Gong, acosaron a activistas democráticos y acosaron a disidentes en nombre de las autoridades comunistas de China.
En mayo del año pasado, los fiscales también acusaron a dos personas de intentar sobornar al Servicio de Impuestos Internos. El mismo mes, Liang Litang, con sede en Boston, fue arrestado por supuestamente proporcionar a las autoridades chinas fotografías y otros detalles de activistas por la democracia bajo instrucciones de funcionarios chinos.
El informe del Departamento de Estado reconoció los casos de Boston y Nueva York, pero omitió el hecho de que ocurrieron en suelo estadounidense y se limitó a decir que un “gobierno extranjero” había presentado cargos contra ciertos ciudadanos chinos que residían en ese “país extranjero”. En otro caso señalado en el informe, tres hombres fueron condenados por actuar como agentes extranjeros en nombre de China en un determinado país. Los crímenes se cometieron en Nueva Jersey.
Tres hombres fueron condenados en un tribunal federal de Brooklyn el 20 de junio por acechar a una familia en Nueva Jersey y presionarla para que regresara a China en nombre del régimen comunista chino.
“El informe muestra que los gobiernos están extendiendo sus abusos más allá de sus propias fronteras”, dijo el secretario de Estado Antony Blinken en una conferencia de prensa anunciando la publicación del informe. En dos días volará a China para reunirse con altos funcionarios en Shanghai y Beijing.
Señalando a los uigures a quienes llamó “víctimas de genocidio y crímenes contra la humanidad”, Blinken dijo que los informes nacionales sobre prácticas de derechos humanos de 2023 “documentan atrocidades que recuerdan los momentos más oscuros de la humanidad”.
Funcionarios del Partido Comunista Chino (PCCh) y agentes de policía han participado directamente en los esfuerzos de represión transnacional, a menudo con la ayuda de grupos fachada integrados en comunidades chinas en el extranjero.
El Sr. Liang, por ejemplo, dirige un grupo local llamado Alianza de Nueva Inglaterra para la Unificación Pacífica de China.
En 2019, el grupo, que trabajaba con estudiantes chinos extranjeros en Boston, “organizó a más de 1000 patriotas” para reunirse frente al edificio de la capital del estado de Massachusetts y en el barrio chino de Boston para “denunciar a las personas que apoyaban la independencia de Hong Kong, la independencia de Taiwán, la independencia del Tíbet, e independencia de Xinjiang”, según una acusación que cita un documento del grupo que Liang envió a un funcionario chino a cargo de difundir la influencia de Beijing en el extranjero.
La Asociación de Estudiantes y Becarios de China también ha servido como «mecanismo de vigilancia en el extranjero» que ayuda a Beijing a reprimir las opiniones disidentes, y a seguir e informar sobre los estudiantes pro-democracia, lo que fomenta la intimidación y el acoso, señala el informe del Departamento de Estado.
A medida que el régimen fortaleció su amplia ley antiespionaje, la cual exige a los ciudadanos chinos ayudar con el trabajo de inteligencia cuando lo consideren adecuado, los estudiantes chinos que estudian en el extranjero han expresado temores sobre regresar a casa, según el informe.
Citó un informe sueco que describe a estudiantes de doctorado chinos obligados a firmar acuerdos secretos que les exigen “prometer lealtad al PCCh, ‘servir a los intereses del régimen’ y nunca participar en actividades contra la voluntad de las autoridades de la República Popular China”.
El incumplimiento del acuerdo podría resultar en multas para sus familias radicadas en China, según el informe.
Varias universidades, incluida la Universidad Friedrich Alexander de Erlangen-Nuremberg, en Alemania, así como las de Dinamarca y los Países Bajos, suspendieron la colaboración con académicos financiados por el Consejo Chino de Becas, dirigido por el estado, por tales contratos.
El informe también destacó la campaña del régimen para presionar a otros países “con fines políticamente motivados”, con el objetivo de “obligar a esos países a tomar medidas adversas contra individuos o grupos específicos”, aunque no especificaba los detalles.
The Epoch Times obtuvo documentos y confesiones oficiales de funcionarios chinos que muestran que Beijing ha ejercido presión política y económica sobre funcionarios locales y teatros de todo el mundo para interferir con las actuaciones de Shen Yun Performing Arts, un grupo con sede en Nueva York que hace una representación artística de la cultura tradicional china y representa piezas que arrojan luz sobre los abusos a los derechos humanos por parte del régimen.
Las operaciones expansivas del PCCh significan que ni siquiera los disidentes que han huido de China pueden escapar del alcance de su influencia.
Los presos políticos citados por el Departamento de Estado incluyen a Zhou Deyong, practicante de Falun Dafa y padre de dos residentes estadounidenses, que recibió una pena de ocho años de cárcel en abril de 2023.
Dentro de China, los seguidores de la práctica espiritual Falun Gong, que enseña los valores de Verdad, Compasión y Tolerancia, enfrentan arrestos, trabajos forzados e incluso delitos de sustracción forzada de órganos por persistir en su fe.
El informe del Departamento de Estado citó una entrevista de The Epoch Times con un exmédico chino que participó en la extracción de órganos dentro de una camioneta custodiada por soldados armados.
El médico, Zheng Zhi, ha declarado haber oído a un oficial militar chino decirle a un militar chino que escogerían un riñón de «primera calidad» de un practicante de Falun Gong para sustituir el riñón enfermo del propio oficial.
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