El Partido Comunista Chino (PCCh) aumentó su persecución contra un grupo espiritual durante la pandemia para evitar que sus practicantes expongan al mundo la verdadera situación del COVID-19 dentro de China, según un informe publicado por el Centro de Información de Falun Dafa.
El informe explora las últimas actualizaciones y tendencias en la persecución contra Falun Gong, una disciplina espiritual brutalmente perseguida por el régimen comunista de China desde 1999.
A pesar de las restricciones impuestas debido a la pandemia, los casos de arrestos y acoso casi se duplicaron en el primer semestre del 2020 y casi se triplicaron para 2021, en comparación con el mismo período de 2019, según lo informado por el Centro de Información de Falun Dafa.
El propósito del PCCh, según el informe, era evitar que los practicantes de Falun Gong dieran a conocer al mundo la verdadera situación de China relativa a la crisis sanitaria.
Los practicantes de Falun Gong dirigen “la red clandestina de medios e información más grande de China”, afirma el informe. El documento, además, expone como el PCCh desinforma y distorsiona la realidad sobre Falun Dafa.
Supresión a una “comunidad de denunciantes”
Falun Gong, también conocido como Falun Dafa, es una disciplina espiritual que involucra ejercicios de meditación y enseñanzas morales basadas en tres principios fundamentales: Verdad, Benevolencia y Tolerancia. La práctica ganó popularidad en China durante la década de 1990, con estimaciones que sitúan entre 70 y 100 millones el número de sus practicantes.
El régimen comunista, temiendo que el número de practicantes representara una amenaza para su control autoritario, inició una amplia campaña a partir de julio de 1999 y continúa hoy suprimiéndolos.
Desde entonces, millones han sido detenidos en prisiones, campos de trabajos forzados y otras instalaciones, y cientos de miles han sido torturados mientras estaban encarcelados, según el Centro de Información de Falun Dafa.
Los practicantes detenidos también han sido víctimas de la sustracción forzada de órganos, lo que ha resultado en la muerte de un número incalculable de practicantes por sus órganos en China.
Un componente crítico de la persecución del PCCh es su campaña de desinformación sobre la práctica, cuyo objetivo es poner a los ciudadanos chinos en contra de Falun Gong y sus practicantes. Usan propaganda que difunde odio, tergiversando y vilipendiando a los practicantes de Falun Gong.
En respuesta, los practicantes de Falun Gong se dedicaron a desacreditar la propaganda del PCCh, formando una red de personas que se volvieron “muy competentes en sacar noticias de China, en conseguir noticias en China”, dijo Levi Browde, director ejecutivo del Centro de Información de Falun Dafa, en el seminario web “Pandemia, Persecución y Retroceso”, organizado por el centro el 9 de mayo.
La persecución pasó de tener como único objetivo la erradicación de un grupo espiritual minoritario a «la supresión de un denunciante mundial muy eficaz que está exponiendo los crímenes del PCCh a nivel internacional, contándole al pueblo chino la verdad de lo que están haciendo con Falun Gong y la verdadera historia del PCCh», explicó Browde.
Aumento de los casos de represión
Desde que comenzó la pandemia en 2020, los informes de acoso y arrestos han aumentado dramáticamente entre los practicantes de Falun Gong, según el informe, particularmente cuando se comparan los datos de los dos primeros trimestres de 2020 y 2021 con el año anterior a la crisis del COVID.
Específicamente, estos fueron los números de arrestos y acoso documentados por el Centro de Información de Falun Dafa: 3383 casos durante el primer semestre de 2019; 5952 casos durante el primer semestre de 2020; 9470 casos durante el primer semestre de 2021.
Las muertes por abuso y tortura ascendieron a 256 desde principios de 2020, según consta en el informe. Sin embargo, es probable que las cifras sean mucho más altas, dada la dificultad de sacar información confidencial de China.
El informe concluye que el PCCh intensificó la represión contra la comunidad de Falun Gong como método para interferir con el “flujo libre de información sobre la crisis de salud”.
Los principales eventos que pusieron a China en el centro de atención, como los Juegos Olímpicos de Invierno de 2022, también coincidieron con una escalada de la represión. Por ejemplo, la provincia de Hebei, hogar de los Juegos Olímpicos, experimentó un aumento en los casos de persecución, como se indica en el informe.
El informe menciona, además, los casos de dos denunciantes notables.
Desaparición de Fang Bin
Al comienzo de la pandemia, mientras el PCCh ocultaba la gravedad de la crisis de salud, Fang Bin, un periodista ciudadano, distribuyó grabaciones de hospitales repletos de enfermos en Wuhan. También mostró una pila de ocho cadáveres dentro de una furgoneta de una funeraria cerca de un hospital.
Subió el video a YouTube y se volvió viral, superando el bloqueo del régimen chino al sitio web.
Días después, Fang fue detenido y posteriormente desapareció. Casi dos años después, se informó que estaba recluido en el Centro de Detención de Jiang’an. Sin embargo, su paradero sigue siendo incierto.
Según el informe del Centro de Información de Falun Dafa, el régimen chino había detenido previamente a Fang durante más de cuatro años, donde fue “atrozmente torturado por su fe en Falun Gong”.
El encarcelamiento de Xu Na
El PCCh también arrestó a Xu Na, una mujer de 53 años, junto con 11 practicantes de Falun Gong, por proporcionar fotografías de un Beijing “devastado” por la pandemia.
Más tarde fue acusada en abril de 2021 por proporcionar información sobre la pandemia en Beijing a la edición en chino de The Epoch Times. Xu fue sentenciada a ocho años de prisión en enero.
Su esposo, Yu Zhou, fue torturado hasta la muerte en 2008 mientras estaba recluido en el centro de detención del distrito de Tongzhou de la ciudad de Beijing.
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