Una agencia gubernamental estadounidense de vigilancia independiente acordó el lunes investigar si la integridad científica y las políticas de comunicación de la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA) y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) fueron violadas durante la pandemia de COVID-19.
La Oficina de Responsabilidad del Gobierno (GAO, por sus siglas en inglés), una agencia legislativa independiente que investiga, audita y evalúa las operaciones del gobierno en nombre del Congreso, dijo el 16 de octubre (pdf) que aceptó una solicitud de los senadores demócratas y que examinará «si la integridad científica y las políticas de comunicación de los CDC y la FDA fueron violadas y si esas políticas están siendo implementadas como se pretende para asegurar la integridad científica en toda la agencia».
La petición del 8 de octubre la hicieron los senadores Gary Peters (D-Mich.), Elizabeth Warren (D-Mass.) y Patty Murray (D-Wash.).
Los senadores demócratas alegaron que el gobierno de Trump había interferido políticamente en el trabajo de la FDA y los CDC. Indicaron los artículos de los medios de comunicación de septiembre citando a funcionarios anónimos que dijeron que los funcionarios nombrados por Trump —como el secretario adjunto de Asuntos Públicos del HHS, Michael Caputo, el principal oficial de comunicaciones del Departamento de Salud— estaban cambiando el lenguaje en los informes de COVID-19 de los CDC, porque «inflaron erróneamente los riesgos de COVID-19», según Politico.
Esa misma semana, Caputo acusó a un grupo de científicos de carrera de los CDC de conspirar contra Trump, afirmando que los funcionarios de la agencia estaban politizando su trabajo.
Caputo también negó las acusaciones de interferencia política hechas en el artículo de Politico, diciendo que su oficina «aclara prácticamente todos los documentos de cara al público, en todas sus divisiones, incluyendo los CDC».
«Nuestra intención es asegurarnos de que la evidencia, los datos con base científica impulsen la política a través de esta pandemia y no los motivos ocultos del ‘estado profundo’ en las entrañas de los CDC», dijo. Los CDC están bajo la responsabilidad del HHS.
«El Sr. Caputo es una parte crítica e integral de la respuesta del presidente al coronavirus, liderando los mensajes públicos ya que los estadounidenses necesitan información de salud pública para derrotar la pandemia de COVID-19», dijo el HHS a The Epoch Times en septiembre.
Los senadores demócratas hicieron su petición a la GAO el 8 de octubre (pdf).
«La independencia de los CDC y la FDA como agencias científicas es crucial para salvaguardar la salud pública y salvar vidas», dijeron. «Estas agencias deben ser capaces de desarrollar, revisar y diseminar datos de salud pública, directrices y otra información basada en la ciencia, los hechos y los principios médicos, y no en los imperativos políticos y los estados de ánimo de un presidente y sus asesores».
Los senadores alegaron que los funcionarios dentro del gobierno de Trump buscaron interferir con el emblemático «Informe Semanal de Morbilidad y Mortalidad» de los CDC, citando otro artículo de Politico que informó que las acciones fueron para no socavar «los mensajes optimistas del presidente Donald Trump sobre el brote», citando correos electrónicos internos de fuentes anónimas.
Warren, Murray y Peters también afirmaron que el gobierno de Trump presionó a los CDC para que suavizaran las directrices sobre la reapertura de las escuelas, ya que Trump pidió a los gobernadores que hicieran que los niños que no estuvieran en zonas de virus volvieran al aprendizaje en persona. Ellos citaron el segundo artículo de Politico, que acusó al secretario de Salud y Servicios Humanos, Alex Azar, de liderar una «campaña de presión creciente» sobre la FDA para que «abandonara su responsabilidad» de garantizar la seguridad y la precisión de una serie de pruebas de COVID-19 en agosto.
A su vez The Washington Post informó que los partidarios de la medida para bloquear el proceso de revisión de la FDA para las pruebas desarrolladas en laboratorio esperaban que el cambio ayudara a eliminar los impedimentos para conseguir «nuevos y más innovadores test para comercializarlos más rápidamente», después que el proceso de revisión ralentizara los test de COVID-19 al comienzo de la pandemia.
«La decisión de la GAO de llevar a cabo una auditoría independiente es un buen primer paso para asegurar que la orientación procedente de las agencias federales se basa en la ciencia y los hechos, y no en la agenda política del gobierno de Trump o en los caprichos del presidente», dijeron los senadores en una declaración conjunta el lunes.
«Los expertos en salud y ciencia deben ser capaces de hacer su trabajo para guiarnos a través de crisis como esta pandemia sin interferencias políticas y debemos asegurarnos de que el pueblo estadounidense reciba información basada en hechos para que pueda tomar decisiones bien informadas para ellos y sus familias en medio de esta emergencia nacional de salud pública», declararon.
Trump hizo en agosto sus propias acusaciones de interferencia política que involucran a la FDA, afirmando en ese momento que el «estado profundo» u otros en la FDA estaban retrasando la disponibilidad de una vacuna para COVID-19 antes de las elecciones del 3 de noviembre.
«El ‘estado profundo’ o quien sea en la FDA está haciendo muy difícil que las compañías farmacéuticas consigan personas para ensayar las vacunas y la terapéutica», escribió el presidente en un controvertido posteo en Twitter.
Un portavoz de la GAO dijo a USA TODAY que la agencia tendría la capacidad de iniciar la investigación sobre la interferencia política en enero «a medida que el personal que cubre esos temas esté disponible».
El equipo de la campaña presidencial de Trump y la Casa Blanca no respondieron inmediatamente a una solicitud de comentarios de The Epoch Times.
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