El régimen comunista chino está aumentando rápidamente su capacidad nuclear sin ninguna consideración aparente por la seguridad del mundo o la suya propia, según el jefe diplomático de la OTAN.
El régimen no está cooperando con las normas y leyes internacionales relativas a la proliferación nuclear, y no será honesto con la comunidad internacional sobre el alcance de su expansión nuclear, según el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg.
“China está aumentando rápidamente su arsenal nuclear sin ninguna transparencia sobre sus capacidades”, dijo Stoltenberg el 18 de abril en la 18ª conferencia anual de la OTAN sobre control de armamento, no proliferación y desarme.
El PCCh busca armas nucleares a expensas del mundo
El Partido Comunista Chino (PCCh), que controla a China como un estado de partido único, se ha negado durante mucho tiempo a participar en las conversaciones sobre el control de armas hasta la fecha. Aunque la comunidad internacional veía esta negativa con cierta molestia, el repentino impulso del régimen para crear un arsenal nuclear líder en el mundo ha provocado una alarma generalizada.
Los informes del Pentágono estiman que el régimen obtendrá 1000 armas nucleares para 2030 y 1500 para 2035. Asimismo, el régimen ahora dispone de más lanzadores de misiles balísticos intercontinentales terrestres que Estados Unidos.
Stoltenberg afirmó que China forma parte de un movimiento más amplio de naciones autoritarias—entre ellas Rusia, Irán y Corea del Norte—que buscan desestabilizar a la comunidad internacional mediante la proliferación nuclear.
Para ello, dijo, la OTAN tendría que hacer frente a esas amenazas y, al mismo tiempo, entablar un diálogo con Beijing para llevarlo a la mesa de negociaciones.
«Como potencia global, China tiene responsabilidades globales. Y Beijing también se beneficiaría de una mayor transparencia, previsibilidad y seguridad de los acuerdos de control de armamentos», declaró Stoltenberg.
«A más largo plazo, debemos replantearnos y adaptar nuestro enfoque a un mundo más peligroso y competitivo», añadió. «Esto significa comprometernos con China».
Stoltenberg afirmó que la OTAN presentaba un vehículo único para entablar conversaciones sobre control de armamentos y no proliferación con el PCCh, y que tales acuerdos serían de «beneficio mutuo» tanto para China como para la OTAN.
Subrayó que el Concepto Estratégico de la Alianza no consideraba a China como un enemigo, aunque reconoció que «China ofrece algunos desafíos a nuestros intereses, a nuestros valores de la OTAN y a nuestra seguridad».
Al comprometerse, generar confianza y modificar los comportamientos para aumentar la seguridad mutua tanto de China como de la OTAN, afirmó Stoltenberg, las potencias podrían forjar un «enfoque diferente» para una era caracterizada por una mayor inestabilidad y nuevas tecnologías impredecibles.
Stoltenberg admitió que tal misión era una tarea difícil, pero afirmó que si la OTAN y los países del Pacto de Varsovia pudieron buscar el control de armamentos en plena Guerra Fría, la OTAN y China podrían hacer lo mismo ahora.
“Nuestro mundo es más peligroso y menos predecible de lo que ha sido durante generaciones”, dijo. “Los regímenes de control de armamento de los que hemos dependido durante tanto tiempo se están desmoronando».
Pero debemos recordar que los acuerdos de control de armamento no se firman entre amigos, sino entre adversarios. Se hacen entre adversarios».
Las nuevas tecnologías aumentan el riesgo de catástrofe nuclear
Las nuevas tecnologías, incluida la inteligencia artificial, magnifican aún más la amenaza que representa el PCCh, afirmó la vicesecretaria de Estado de EE.UU., Wendy Sherman, en el mismo evento.
Si bien las armas nucleares existen desde hace 80 años, dijo, la disminución de los plazos para la toma de decisiones y el riesgo de que la automatización desencadene una respuesta catastrófica aumentan el peligro de tales armas.
«A pesar de todas las maravillas producidas por los rápidos avances en la innovación y la invención, a pesar de todo el entusiasmo provocado por los desarrollos que aún no podemos comprender, predecir o imaginar, en el ámbito del control de armamentos, esos avances traen consigo un nuevo grado de temor e incertidumbre junto con promesas», declaró Sherman.
Teniendo esto en cuenta, Sherman afirmó que Estados Unidos «no busca el conflicto», pero está cansado de la ambición de Beijing de socavar y desplazar el gran orden internacional.
“[China], como ha dicho Estados Unidos, es el único país con la capacidad para cambiar el orden internacional basado en reglas, lo que creemos que [el líder del PCCh] Xi Jinping pretende hacer”, dijo Sherman.
«Incluso en esta época, cuando el progreso parece distante, nunca podemos recurrir a la inacción”, dijo. “Incluso en este momento, cuando la tecnología plantea más preguntas de las que parece responder, nunca podemos abandonar nuestro trabajo hacia medidas avanzadas de control de armas. Nunca podemos retroceder ante el desafío de la no proliferación”.
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