Análisis de noticias
La Organización Mundial de la Salud (OMS) está respondiendo a una serie de brotes de viruela del mono, y convocará una reunión de emergencia sobre el virus y su propagación mundial. En términos de poder gubernamental, el momento de este brote no podría ser mejor para la OMS, a la que pronto se le concederán los poderes para gestionar las leyes sobre brotes sanitarios mundiales, y que está extrañamente bien posicionada para un brote de viruela del mono tras una reciente convocatoria de «juegos de los gérmenes», y los recientes incidentes relacionados con figuras como el multimillonario de Microsoft Bill Gates.
El New York Post declaró: «La Organización Mundial de la Salud ha convocado una reunión de emergencia sobre la alarmante propagación de la viruela del mono en todo el mundo, incluido un posible caso en la Gran Manzana». The Telegraph reporta que la autoridad sanitaria de las Naciones Unidas reunirá a «un grupo de destacados expertos» en la reunión, que se cree que se centrará en cómo el virus se está extendiendo repentinamente de forma tan amplia. Supuestamente también se estudiará la prevalencia del virus entre los hombres homosexuales y la «situación de la vacunación».
Las cifras de infecciones no son en absoluto elevadas. Hasta el 23 de mayo, la Universidad de Oxford y la Facultad de Medicina de Harvard registraron 245 casos confirmados o sospechosos en todo el mundo. Sajid Javid, secretario de Sanidad del Reino Unido, escribió en Twitter: «La mayoría de los casos son leves…».
El momento de todo esto es importante. Le da a la OMS la oportunidad de demostrar su valía, ya que está tratando de obtener nuevos y amplios poderes, bajo el lema de gobernar las emergencias sanitarias mundiales.
Las Naciones Unidas están considerando varias enmiendas a la OMS en su 75ª Asamblea Mundial de la Salud en Ginebra, Suiza, que podrían dar a su director general, Tedros Adhanom Ghebreyesus, la autoridad unilateral para declarar una emergencia de salud pública con poderes de gran alcance sobre las leyes de las naciones soberanas.
Esto no solo le daría a Tedros la capacidad de declarar una emergencia de salud pública en cualquier nación que quiera —utilizando las pruebas que quiera— sino que también le permitiría dictar las políticas que el país en cuestión debería adoptar para responder a la emergencia declarada por la ONU. Si un país se niega, una enmienda propuesta podría dar a la OMS la capacidad de sancionar a ese país.
Si se pregunta si otorgar tales poderes a una agencia de la ONU, que no podría demostrar su independencia del Partido Comunista Chino (PCCh), podría ir en contra de la legislación estadounidense, parece que el presidente Joe Biden tiene la respuesta. El gobierno de Biden no solo está permitiendo este cambio de poder a la OMS, sino que también está ayudando a promoverlo.
Estados Unidos propuso enmiendas a la OMS en enero, que ahora serán consideradas en la reunión de la ONU en Ginebra, reportó The Epoch Times. Entre ellas se incluye una enmienda que permitiría a la OMS hacer declaraciones públicas sobre una crisis sanitaria sin necesidad de consultar con el país destinatario y sin necesidad de obtener la verificación de los funcionarios locales. Las propuestas de la Administración Biden también darían 2470 millones de dólares de financiación a los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) para cosas como «mejoras en los programas nacionales de vigilancia centinela», «inversiones en enfoques de vigilancia genómica global» y otros sistemas.
Como reportó The Epoch Times, «las plataformas de vigilancia de las enfermedades respiratorias incluyen cámaras de video y grabadoras que alertan a las autoridades cuando se ve a miembros del público tosiendo o actuando de otra manera que podría indicar la presencia de una enfermedad infecciosa o ayudar a propagar una ya presente en una población. Estos equipos se utilizan ampliamente en China».
Independientemente de que la viruela del mono suponga una gran amenaza para la salud pública, representa una grave amenaza para la libertad pública. El virus podría actuar como un caballo de Troya, llevando en su interior todas las justificaciones para conceder a la OMS el sueño de un dictador de poder global, y dar a los CDC un sistema de vigilancia más allá de lo que Orwell podría haber concebido.
En circunstancias normales, la viruela del mono no sería un gran riesgo viral. Los CDC afirman que puede transmitirse de persona a persona principalmente a través de gotitas respiratorias que no suelen viajar más allá de unos pocos metros, por lo que señala que «se requiere un contacto prolongado cara a cara».
Incluso Biden se retracta de sus declaraciones de que la gente debería preocuparse por la viruela del mono, y aclara que no es una amenaza tan grave como el COVID-19.
Independientemente de su incapacidad para propagarse ampliamente en circunstancias normales, en 2021 se inició un debate mundial sobre las vacunas contra la viruela después de que Bill Gates advirtiera de un ataque bioterrorista de viruela como posible próxima pandemia. Gates hizo un llamado a los líderes mundiales para que celebren «juegos de los gérmenes» y otorguen a la OMS nuevos poderes —similares a los que pronto podrían recibir— bajo un nuevo «Grupo de Trabajo sobre Pandemias» de la OMS.
Gates también pidió sistemas de vigilancia de pandemias, que parecen inquietantemente similares a lo que la Administración Biden presentó en sus propuestas de enmiendas para los nuevos poderes de la OMS. Sky News reportó el 6 de noviembre de 2021 que Gates dijo: «Se necesitarán probablemente unos 1000 millones de dólares al año para un Grupo de Trabajo sobre Pandemias a nivel de la OMS, que se encargue de la vigilancia y de hacer lo que yo llamo ‘juegos de los gérmenes’ en los que se practica». Y añadió: «Dices, vale, ¿qué pasaría si un bioterrorista llevara la viruela a 10 aeropuertos? ¿Cómo respondería el mundo a eso?».
Aunque la mención de la viruela por parte de Gates fue menor, supuestamente se utilizó para justificar nuevos debates sobre una vacuna contra la viruela que también podría tratar la viruela del mono. Apenas unos días después, el 8 de noviembre de 2021, Precision Vaccinations reportó: «La advertencia de Gates sobre el juego de los gérmenes motiva las discusiones sobre la vacuna contra la viruela».
Las «discusiones» en cuestión eran sobre una vacuna contra la viruela y la viruela del mono de Jynneos, aprobada en 2019. Precision Vaccinations señaló que es «la única vacuna contra la viruela no replicante aprobada por la FDA y la única vacuna contra la viruela del mono aprobada por la FDA para uso no militar». El movimiento dentro de los CDC comenzó unos días antes, el 3 de noviembre de 2021. Dice que «el Comité Asesor de Prácticas de Inmunización de los CDC revisó las dos presentaciones centradas en la vacuna contra la viruela Jynneos».
Y entonces, apenas unos días después, tuvo lugar un hecho aún más extraño: llevar a cabo la idea de un «juego de los gérmenes» similar al que propuso Gates.
La Nuclear Threat Initiative (NTI) se asoció con la Conferencia de Seguridad de Múnich para imaginar un escenario de pandemia con viruela del mono. Tras la hipotética advertencia de Gates, el juego de los gérmenes imaginó una variante de viruela del mono liberada a través de un ataque bioterrorista, que había sido alterada para ser resistente a las vacunas.
El 23 de noviembre de 2021, el NTI publicó los resultados del juego de mesa, que mostraban la propagación del virus en el transcurso de 18 meses. Afirma: «Al final del ejercicio, la pandemia ficticia provocó más de tres mil millones de casos y 270 millones de muertes en todo el mundo».
En un increíble acto de previsión, el ejercicio del año pasado imaginó que la viruela del mono aparecería casi exactamente cuando lo hizo: a mediados de mayo de este año.
La NTI también publicó un informe detallado de sus resultados. Según una línea de tiempo en la página 12 del informe, imaginó que en mayo de 2022, el brote inicial de viruela del mono infectaría a 1421 personas y mataría a cuatro personas. En enero de 2023, se extendería a 83 países, infectaría a 70 millones y mataría a 1.3 millones. En ese momento, se descubriría que la viruela del mono había sido diseñada para ser resistente a la vacuna, y los problemas de la cadena de suministro dificultarían la respuesta. Al cabo de un año, el 10 de mayo de 2023, se predijo que infectaría a 480 millones de personas y mataría a 27 millones, y se revelaría que un ataque bioterrorista en un laboratorio biológico civil había sido el origen. Luego, para el 1 de diciembre de 2023, se estimaba que el virus infectaría a 3200 millones de personas y mataría a 271 millones.
Por supuesto, la advertencia importante de sus estimaciones es que la variante de viruela del mono que imaginaron era una que había sido diseñada para ser resistente a la vacuna. Exacto o no, el ejercicio proporciona a las autoridades un escenario predictivo para justificar las políticas de «respuesta pandémica». Y esto ya lo hemos visto antes.
Un «juego de los gérmenes» muy similar se llevó a cabo justo antes del brote de COVID-19, con muchas de las mismas figuras involucradas que ahora hacen ruido sobre la viruela del mono y una nueva «pandemia».
La revista New York Magazine reportó en febrero de 2020 que «dos meses antes de que el coronavirus que causa el COVID-19 surgiera en el centro de China, un grupo de expertos en salud pública se reunió en la ciudad de Nueva York para realizar un simulacro». También señaló que «las características del virus que actualmente está causando estragos en todo el mundo son notablemente similares al propuesto en el simulacro, apodado ‘Evento 201′».
Entre los socios del ejercicio se encuentran el Foro Económico Mundial y la Fundación Bill y Melinda Gates.
Al igual que el «juego de los gérmenes» de la viruela del mono, el «juego de los gérmenes» del coronavirus antes del brote de esta enfermedad predijo un escenario de mortalidad masiva. Se estimaba que morirían 65 millones de personas.
El Centro de Seguridad Sanitaria emitió una declaración sobre su ejercicio de coronavirus el 24 de enero de 2020. Afirmaba que no estaban prediciendo que el COVID-19 mataría a 65 millones de personas, ya que el virus simulado era diferente del virus del PCCh.
Sin embargo, lo importante no fueron los detalles del «juego de los gérmenes», sino cómo el juego y sus participantes influyeron en la política gubernamental.
Y ahora, con la viruela del mono, hemos llegado a un punto muerto similar. Un «juego de los gérmenes» imaginó el impacto potencial del virus, y produjo cifras infladas de muertes e infecciones por una versión imaginaria de la viruela del mono como modelo, que era resistente a las vacunas. Y lo que es más importante, esto llega justo cuando la comunidad internacional está sopesando si la OMS debe recibir poderes para gobernar las emergencias sanitarias mundiales.
Una de las tendencias de COVID-19 es que los gobiernos pueden estar ahora más inclinados a utilizar un virus estacional, ya declarado como endémico, para justificar una emergencia mundial indefinida. Y los pequeños brotes también pueden utilizarse para justificar políticas profundamente autoritarias que no se limitan a la atención médica.
El peor ejemplo de esto es el PCCh, que pretende utilizar infecciones de un solo dígito para confinar megaciudades enteras. Y recordemos que bajo la Administración Trump, la OMS se mostró incapaz de demostrar su independencia frente al PCCh.
La respuesta a las emergencias sanitarias tampoco se limita ya solo a la medicina. El modelo COVID-19 incluyó cambios masivos en los sistemas electorales que socavaron la integridad básica del gobierno elegido, y la censura generalizada bajo la narrativa de la lucha contra la «desinformación» y la «información incorrecta». Recordemos que al principio de la pandemia, la OMS y varias agencias de la ONU declararon que también había una «infodemia» que requería controles y censura de la información pública.
Con el telón de fondo del temor a la viruela del mono, el mundo se prepara para entregar las llaves del reino a la OMS. Y con la extraña pista de los «juegos de los gérmenes» y las cifras exageradas de los supuestos expertos que manejan los hilos, ya se han sentado las bases de esta toma del poder pública.
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Las opiniones expresadas en este artículo son propias del autor y no necesariamente reflejan las opiniones de The Epoch Times
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