WASHINGTON —La próxima llamada entre el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y el secretario general del Partido Comunista Chino (PCCh), Xi Jinping, se producirá probablemente en primavera, según una alta funcionaria de la administración estadounidense. No reveló una fecha concreta en la rueda de prensa del 27 de enero.
Añadió que Estados Unidos y China pondrán en marcha un grupo de trabajo sobre lucha contra los estupefacientes el 30 de enero. Además, esta primavera también se celebrarán reuniones a nivel de ministros y secretarios sobre acuerdos consultivos marítimos militares, seguidas de conversaciones militares entre comandantes de teatro y a nivel de ministros y secretarios.
Beijing reabrió sus recurrentes comunicaciones a nivel de gabinete con Washington cuando Biden y Xi se reunieron en la Cumbre de Woodside, en California, el pasado noviembre. Los dos líderes acordaron reanudar la comunicación entre militares y colaborar para frenar el flujo de fentanilo hacia Estados Unidos, así como para abordar los riesgos relacionados con la inteligencia artificial.
La funcionaria subrayó que las llamadas entre Biden y Xi son «absolutamente críticas para mantener la dirección en la relación y dar seguimiento a algunos de los temas de Woodside».
Los calendarios de las próximas reuniones de alto nivel entre Estados Unidos y China se discutieron en las reuniones de dos días entre el asesor de seguridad nacional de Estados Unidos, Jake Sullivan, y el ministro de Asuntos Exteriores de China, Wang Yi, celebradas en Bangkok los días 26 y 27 de enero.
En cuanto a Taiwán, la funcionaria dijo que el Sr. Sullivan reiteró al Sr. Wang la posición de EE. UU. de «oponerse a cambios unilaterales en el status quo», ya sea de Taiwán o de Beijing.
La próxima semana, Estados Unidos y China mantendrán conversaciones formales de alto nivel sobre la lucha contra el narcotráfico en Beijing, según informaron funcionarios chinos a la NBC.
No está claro si China ha presionado a Irán para poner fin a la crisis del mar Rojo
La Casa Blanca desconoce si China ha presionado a Irán para que ponga fin a la crisis del mar Rojo, según el alto funcionario presente en la rueda de prensa.
Los hutís, un grupo militante respaldado por Irán en Yemen, han atacado más de dos docenas de buques de carga con drones, misiles y lanchas rápidas en el mar Rojo desde mediados de noviembre. Desde entonces, muchos buques han tenido que añadir dos semanas a su ruta marítima rodeando el Cabo de Buena Esperanza, en Sudáfrica, en lugar de atravesar el Canal de Suez por el mar Rojo.
«Debería haber un claro interés en China en términos de apaciguar algunos de esos ataques», dijo la funcionaria, añadiendo que la desestabilización del transporte marítimo mundial por parte de los hutís no debería ser sólo una preocupación para Estados Unidos y China. Sin embargo, añadió que queda por ver si China optaría por ceder su influencia sobre Irán para abordar la cuestión.
Dijo que el Sr. Sullivan «planteó la importancia de que Beijing utilice su considerable influencia con Irán para pedir que se ponga fin a estas peligrosas tareas».
«No es la primera vez que pedimos a China que desempeñe un papel constructivo. Beijing dice que lo está planteando a los iraníes», añadió.
«Pero sin duda vamos a esperar a ver antes de hacer más comentarios sobre la eficacia o si creemos que realmente lo están planteando».
En cuanto a que China desempeñe un papel positivo en la mitigación de la crisis del mar Rojo, dijo: «Los chinos nos están diciendo directamente que lo están planteando a Irán. Pero creo que nos estamos fijando en los hechos reales sobre el terreno, y esos ataques parecen continuar».
La actual crisis del Mar Rojo es una derivación de la guerra entre Israel y Hamás por las aguas internacionales, que podría convertirse en una guerra indirecta entre Estados Unidos e Irán.
Los ataques de los hutís han provocado importantes alteraciones en la navegación comercial internacional. El Canal de Suez, que es un punto de congestión entre el mar Rojo y el mar Mediterráneo y una vía clave para que las mercancías lleguen a Europa, representa alrededor del 11% del comercio marítimo mundial.
A mediados de enero, el volumen de tránsito por el Canal de Suez se había reducido en torno al 37%, y los volúmenes en torno al Cabo de Buena Esperanza han aumentado en torno al 54%, según el Fondo Monetario Internacional.
La Casa Blanca ha dicho que los hutís reciben apoyo operativo y material de Irán y han utilizado drones y misiles iraníes para lanzar más de 100 ataques contra barcos en el mar Rojo.
En respuesta, Estados Unidos formó una coalición internacional y ha llevado a cabo ataques aéreos y con misiles contra el territorio controlado por los hutís en Yemen desde el 11 de enero.
El 22 de enero se produjeron los últimos ataques conjuntos de la coalición liderada por Estados Unidos contra los hutís, dirigidos contra un centro de almacenamiento subterráneo y contra capacidades de vigilancia aérea y de misiles.
Tras los ataques, el portavoz del Pentágono, el general de división Pat Ryder, declaró a la prensa: «No estamos en guerra en Medio Oriente». «Nuestro objetivo sigue siendo reducir las tensiones y restaurar la estabilidad en el mar Rojo».
A principios de mes, la Administración Biden decidió volver a clasificar a los hutís como grupo terrorista debido a los continuos ataques del grupo contra civiles. Un alto funcionario de la administración dijo durante una convocatoria de prensa el 16 de enero que la «impactante designación» era necesaria dado el alcance del comportamiento de los hutís.
Un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Irán ha negado su implicación en los ataques, afirmando que los hutís actúan «de forma independiente y espontánea en función de sus intereses y los de su pueblo».
Con información de Andrew Thornebrooke.
Únase a nuestro canal de Telegram para recibir las últimas noticias al instante haciendo click aquí
Cómo puede usted ayudarnos a seguir informando
¿Por qué necesitamos su ayuda para financiar nuestra cobertura informativa en Estados Unidos y en todo el mundo? Porque somos una organización de noticias independiente, libre de la influencia de cualquier gobierno, corporación o partido político. Desde el día que empezamos, hemos enfrentado presiones para silenciarnos, sobre todo del Partido Comunista Chino. Pero no nos doblegaremos. Dependemos de su generosa contribución para seguir ejerciendo un periodismo tradicional. Juntos, podemos seguir difundiendo la verdad.
