El senador Marco Rubio (R-Fla.) y el representante David McKinley (R-W.Va.), en representación de un grupo bipartidista de legisladores, pidieron a la Administración Biden que establezca una «cooperativa metalúrgica de tierras raras» para evitar depender de Beijing a la hora de obtener minerales especializados que se utilizan para construir aparatos electrónicos, armas militares y otros equipos de alta tecnología.
En una carta (pdf) dirigida al secretario de Defensa Lloyd Austin, ambos, junto con otros 12 legisladores, instaron a la Administración Biden a establecer la cooperativa para no depender más de China para «esta cadena de suministro crítica».
China es actualmente el principal productor mundial de elementos de tierras raras. El año pasado, el 80 por ciento de las tierras raras importadas por Estados Unidos procedían directamente de China, que ve su dominio como una baza que puede utilizar contra Occidente.
Las tierras raras son un extraño grupo de 17 minerales y no se conocen sustitutos para ellas. Suelen encontrarse en misiles guiados de precisión, bombas inteligentes y aviones militares.
«Proporcionar un espacio seguro para que la industria estadounidense innove mediante el establecimiento de una cooperativa metalúrgica de tierras raras podría cambiar la vida de los estadounidenses al fomentar la innovación de nuevas tecnologías, ayudar a Estados Unidos a recuperar su estatus como centro de fabricación industrial y crear puestos de trabajo estadounidenses», escribieron los legisladores.
«A medida que el presidente busca formas de promover la innovación tecnológica estadounidense, incluso en las tecnologías avanzadas de energía limpia, el establecimiento de una cooperativa metalúrgica de tierras raras debe ser un plan prioritario para alimentar dicha innovación».
Citando la orden ejecutiva del 24 de febrero del presidente Joe Biden sobre las cadenas de suministro de Estados Unidos, el grupo de legisladores dijo a Austin que la promoción por parte del presidente de las cadenas de suministro nacionales críticas, incluida la reconstrucción de la capacidad de fabricación estadounidense, es una cuestión de seguridad nacional.
«El monopolio de China en la cadena de valor de las tierras raras es una vulnerabilidad significativa que amenaza la capacidad de Estados Unidos, así como la de nuestros aliados, para adquirir fácilmente numerosos sistemas de defensa e innovar en múltiples sectores económicos, incluido el desarrollo de tecnologías energéticas avanzadas», escribieron.
El expresidente Donald Trump firmó el año pasado una orden ejecutiva para ampliar y fortalecer la minería nacional de tierras raras y otros minerales críticos.
«Estados Unidos importa ahora el 80 por ciento de sus elementos de tierras raras directamente de China, y parte del resto proviene indirectamente de China a través de otros países», declaró Trump en la orden ejecutiva. «En los años 80, Estados Unidos producía más de estos elementos que cualquier otro país del mundo, pero China utilizó prácticas económicas agresivas para inundar estratégicamente el mercado mundial de elementos de tierras raras y desplazar a sus competidores».
El año pasado, un grupo bipartidista de legisladores de la Cámara de Representantes y del Senado también introdujo propuestas destinadas a reducir la dependencia de Estados Unidos de China mediante incentivos fiscales para la industria de las tierras raras.
«La pandemia mundial ha puesto de manifiesto nuestra dependencia de China para satisfacer nuestra demanda de minerales críticos, que se utilizan en productos como los autos eléctricos e híbridos, las computadoras y el equipo militar», dijo el representante Henry Cuellar (D-Texas) a The Epoch Times.
Los legisladores dijeron en su carta que Estados Unidos debe actuar inmediatamente para «liberar a nuestros innovadores de las políticas industriales parasitarias de China».
La Casa Blanca no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios de The Epoch Times.
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