Altos funcionarios del Pentágono han negado su participación en la presunta decisión de la administración Biden de compartir información de inteligencia con el Partido Comunista Chino durante el período previo a la invasión rusa de Ucrania.
El secretario de Defensa, Lloyd Austin, y el presidente del Estado Mayor Conjunto, el general Mark Milley, afirmaron que no aconsejaron dicha acción ni tenían conocimiento de ella.
La revelación se produjo en medio de un interrogatorio de la senadora Marsha Blackburn (R-Tenn.) en una audiencia del Comité de Servicios Armados del Senado el 7 de abril sobre la solicitud de presupuesto de defensa actual.
Las preguntas de la senadora se referían a un artículo del New York Times de que altos funcionarios de la administración Biden se reunieron y compartieron información de inteligencia con sus homólogos chinos en al menos seis ocasiones distintas en los meses previos a la invasión rusa a Ucrania. Durante estas reuniones, los funcionarios estadounidenses entregaron informes sobre los movimientos de tropas rusas, que los líderes chinos habrían transmitido a Moscú.
Cuando se le preguntó si estaba de acuerdo en que entregar información de inteligencia a los adversarios de la nación era una mala decisión, Austin respondió afirmativamente.
“Creo que eso es algo que absolutamente tratamos de evitar”, dijo Austin.
Cuando se le preguntó por qué altos funcionarios de Biden celebraron reuniones con altos funcionarios chinos específicamente con ese fin, Austin dijo que no estaba al tanto de la situación.
“No tengo conocimiento sobre hechos como ese”, dijo Austin a Blackburn.
«No estoy familiarizado con la cuestión que usted ha planteado, pero tiene razón [en no apoyar la entrega de información a los adversarios]».
Cuando Blackburn le preguntó a Milley con qué frecuencia había aconsejado compartir inteligencia con el régimen comunista de China, dijo que nunca había aconsejado al presidente que tomara tal decisión.
«Cero», dijo Milley. «Nunca».
Milley suscitó numerosas críticas el año pasado luego de que un libro de los periodistas Bob Woodward y Robert Costa afirmara que Milley sostuvo dos llamadas telefónicas secretas con su homólogo del Partido Comunista Chino durante la administración Trump. El libro alegaba que Milley creía que el entonces presidente Donald Trump era inestable y que hizo los llamados a China para asegurarle al régimen que Estados Unidos no los atacaría.
La administración Biden defendió posteriormente las acciones de Milley. El secretario de defensa interino en el momento de las llamadas, Chris Miller, dijo que él no autorizó las llamadas.
Miller dijo en ese momento que, de ser ciertas, las llamadas presentaban un “acto de insubordinación vergonzoso y sin precedentes por parte del principal oficial militar de la nación”.
Después de la audiencia del jueves, Blackburn pareció cuestionar si Austin y Milley realmente no estaban enterados de los informes de intercambio de inteligencia de Estados Unidos en una declaración en la que también alegó que el envío de esa información habría ayudado a los presuntos crímenes de guerra de Rusia en Ucrania.
«Es sorprendente que ni el general Milley ni el secretario Austin estuvieran al tanto de una noticia ampliamente difundida de que la administración Biden compartió inteligencia con funcionarios chinos», dijo Blackburn.
«La directora del DNI, Avril Haines, el asesor de la NSA, Jake Sullivan, y el director de la CIA, William Burns, deben comparecer ante este comité y explicar por qué pensaron que era apropiado entregar nuestra inteligencia a los chinos, quienes luego se la entregaron a los rusos. No deberíamos entregar secretos estadounidenses a Beijing ni ayudar a Putin a cometer crímenes de guerra».
Cuando se le preguntó qué medidas dde acción debería tomar el liderazgo de Estados Unidos cuando se le presenten circunstancias similares en el futuro, la respuesta de Milley fue simple:
«No creo que se deba dar información de inteligencia al adversario», dijo Milley. «Y punto».
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