WASHINGTON—El 6 de enero, los partidarios del presidente Donald Trump se reunieron en la capital de la nación para una manifestación, llamada «Marcha para Salvar América».
El plan era realizar una manifestación en el Parque del Presidente, justo al sur de la Casa Blanca, y luego marchar al edificio del Capitolio para exigir que el Congreso y el vicepresidente Mike Pence rechazaran los votos electorales para el exvicepresidente Joe Biden, de los estados donde los resultados de las elecciones se vieron comprometidos por irregularidades, acusaciones de fraude y cambios inconstitucionales en las reglas de votación.
Al final del día, el Capitolio pasó por varios cierres después de que un grupo considerable de manifestantes irrumpiera en su interior. Cuatro personas murieron en el Capitolio o en sus alrededores, incluida Ashli Babbitt, una mujer que fue asesinada a tiros por un oficial de la policía del Capitolio. Otras tres personas murieron debido a emergencias médicas, según las autoridades. Un hombre murió de un ataque cardíaco y otro de un derrame cerebral, y una mujer fue aplastada por la multitud, según informaron varios medios de comunicación.
Un oficial de la Policía del Capitolio, Brian Sicknick, murió al día siguiente. Él «fue herido mientras se enfrentaba físicamente a los manifestantes… regresó a la oficina de su división y se desplomó», dijo la Policía del Capitolio en un comunicado.
ABC News informó que «las autoridades creen que la muerte de Sicknick se debió a una condición médica», refiriéndose a fuentes anónimas «familiarizadas con la situación». Algunos informes dijeron que fue golpeado con un extintor de incendios en el Capitolio. Las autoridades están investigando esos informes, según las fuentes, pero siguen sin confirmarse.
Al menos 57 oficiales resultaron heridos y 68 personas fueron arrestadas al día siguiente, dijeron las autoridades, mientras anunciaban que el jefe de la policía del Capitolio había renunciado. Desde entonces se anunciaron al menos una docena de detenciones más.
Los dramáticos y sin precedentes acontecimientos sacudieron a la nación; los legisladores y funcionarios de todo el país denunciaron la violencia. Trump llamó repetidamente a la paz, pero más tarde fue bloqueado por las compañías de redes sociales. Su ayudante publicó una declaración en la que el presidente se comprometió a una transferencia pacífica del poder después de que el Congreso certificara a Biden como el próximo presidente.
En un breve discurso el 7 de enero, Trump condenó los disturbios en el Capitolio. Lo llamó un «ataque atroz» que «profanó el lugar de la democracia estadounidense».
«A aquellos que participaron en actos de violencia y destrucción, ustedes no representan a nuestro país. Y a aquellos que violaron la ley, lo pagarán», dijo. «Acabamos de pasar por unas elecciones intensas y las emociones son fuertes. Pero ahora, los ánimos deben enfriarse y la calma debe restablecerse».
Así es como se desarrollaron los eventos del 6 de enero, basados en información obtenida de videos, transmisiones de video en vivo y cuentas de personas en el lugar, obtenidas por The Epoch Times.
El día comenzó como muchos otros rallies recientes de Trump. Sus partidarios comenzaron a reunirse en las primeras horas de la mañana, creciendo hasta convertirse en una multitud de al menos decenas de miles. Un grupo de personalidades conservadoras dieron discursos, algunos centrados en las demandas que disputaban los resultados electorales, mientras que otros se centraron más en el futuro del Partido Republicano.
Alrededor del mediodía, Trump dio un discurso a una multitud, que en ese momento parecían ser más de 100,000 personas.
Dijo que varias legislaturas estatales querían recuperar la certificación de sus votos electorales, debido a la gran cantidad de evidencia de irregularidades y fraudes. Dijo que Pence tenía el poder de rechazar los votos que esos legisladores estatales ya no consideraban legítimos.
«Los republicanos están constantemente peleando como un boxeador con las manos atadas a la espalda», dijo Trump a la multitud. «Es como un boxeador. Y queremos ser tan amables, queremos ser tan respetuosos con todos, incluyendo a la gente mala. Y vamos a tener que luchar mucho más duro. Y Mike Pence va a tener que hacerlo por nosotros. Y si no lo hace, será un día triste para nuestro país. Porque ha jurado defender nuestra Constitución».
«Ahora, le corresponde al Congreso enfrentar este atroz asalto a nuestra democracia. Y después de esto, vamos a ir, y yo estaré allí con ustedes… vamos a ir al Capitolio y vamos a animar a nuestros valientes senadores y congresistas. Y probablemente no vamos a alegrar tanto a algunos de ellos. Porque nunca recuperarán nuestro país con debilidad. Tienen que demostrar fuerza y tienen que ser fuertes».
«Hemos venido a exigir que el Congreso haga lo correcto y que solo cuente a los electores que han sido elegidos legalmente—elegidos legalmente. Sé que todos aquí pronto marcharán al edificio del Capitolio para hacer oír sus voces de forma pacífica y patriótica».
«Hoy, veremos si los republicanos se mantienen fuertes por la integridad de nuestras elecciones».
Asalto al Capitolio
Antes de que Trump terminara su discurso, mucha gente había emprendido la larga caminata hacia el Capitolio. Algunos dijeron que tenían que estar allí a tiempo para el recuento de los votos electorales, que comenzó a la 1 p.m.
Cientos de personas, portando banderas de Trump y usando sombreros MAGA (Make America Great Again) y otros accesorios de Trump, ya se habían reunido cerca del mediodía en la calle 1, donde la policía puso una valla a unos 500 pies del Capitolio. Algunas personas llevaban cascos y otros equipos de protección. La mayoría se paraba alrededor o cantaba eslóganes.
Poco antes de la 1 p.m., un grupo de manifestantes se acercó a la parte noroeste del perímetro exterior cerca del Monumento a la Paz y exigió que se les dejara pasar la valla portátil, que estaba custodiada por un puñado de policías, según muestra un vídeo. Un hombre pareció tratar de iniciar una pelea con un oficial, pero otro hombre lo detuvo y lo alejó.
A medida que se acercaban más personas, varios alborotadores que se encontraban al frente empezaron a tirar de la valla y la empujaron rápidamente, inmovilizando a una mujer oficial debajo. Dos manifestantes vinieron inmediatamente a rescatarla y ayudaron a levantarla y la acompañaron con sus colegas. Uno de los alborotadores trepó por encima de la valla y fue inmediatamente agarrado por dos oficiales. Dos alborotadores trataron de jalar al primero hacia atrás, pero otro oficial se apresuró y golpeó a uno de los alborotadores. Parece que ninguno de los tres alborotadores llevaba puesto ningún accesorio o ropa de Trump.
Mientras tanto, una multitud de personas se volcaron sobre la valla caída. Y el perímetro se rompió.
Otro video muestra el mismo momento desde un ángulo diferente, cerca del centro del perímetro exterior, detrás del monumento a Ulysses S. Grant. Se ve un grupo pequeño de manifestantes en la calle, con más y más gente acercándose. Una sección de la valla ya está rota. Se ve a algunos policías parados en el césped más atrás de la cerca. Una mujer con un altavoz comienza a gritar «¡Patriotas, adelante!», instando a la gente a saltar la valla.
«¡Violen la ley! Estamos violando la ley. ¡Estamos violando la ley! [expletivo] ¡a ellos! «[expletivo] ¡la policía!» grita ella. Solamente algunas personas cruzan la valla. El camarógrafo usa el agujero de la valla para entrar y se dirige a la parte noroeste del perímetro, capturando el momento en que la multitud entra.
Otro video de este momento fue publicado en Twitter a la 1 p.m., unos 12 minutos antes de que Trump terminara su discurso.
Dos estratos más de la valla portátil fueron colocados en el camino y frente a los primeros escalones del Capitolio, pero la policía no los vigilaba en ese momento, y la gente los desmontó rápidamente o los derribó. La policía trató de formar una barrera frente a otra valla pequeña, cerca de una segunda capa de escalones, pero a medida que la multitud crecía, los policías se replegaron detrás de ella. Le tomó menos de dos minutos a la multitud derribar esa barrera. Se produjeron algunas peleas y la policía usó el gas pimienta.
Los policías formaron otra barrera y un grupo de policías antidisturbios llegó para reforzarla.
Los policías entonces empujaron a la multitud hacia atrás, usando ocasionalmente el gas pimienta, y colocaron una barrera con una valla portátil. Un hombre puso sus manos sobre un oficial, quien inmediatamente le dio un puñetazo en la cara. Otro oficial roció la cara del hombre con gas lacrimógeno.
Mientras la barrera policial se mantenía, muchas personas comenzaron a subir el andamiaje en el lado de los escalones que conducen a la entrada del lado oeste del Capitolio, así como al menos a una entrada secundaria.
Alrededor de las 2:20 pm, la policía seguía bloqueando a las personas en la planta baja, pero un grupo grande ya se había formado en los niveles superiores y entraron por una ventana que rompieron y una entrada secundaria al norte de la entrada principal. La multitud comenzó a atravesar la barrera policial cerca de la escalera sur, como muestra un video lleno insultos.
Un hombre se metió en el interior, pero fue rápidamente derribado y detenido por la policía; un oficial procedió a darle un puñetazo para que se sometiera. Otros dos hombres pasaron y también fueron derribados al suelo.
Mientras tanto, la barrera policial cerca de la escalera norte comenzó a colapsar, permitiendo que una multitud se abriera paso y entrara en el espacio entre las dos escaleras. Se produjeron peleas entre algunos alborotadores y la policía. Mientras algunas personas alejaban a los alborotadores de la policía, la agresión continuó. Un oficial fue derribado por detrás; un alborotador arrojó un extintor de incendios a un grupo de policías antidisturbios, golpeando a un oficial en la parte trasera de su casco.
Los vídeos de la escena tomados por las personas que llegaron con el grupo principal de manifestantes del rally muestran a un grupo de alborotadores ya enfrentándose con la policía en la entrada oeste del Capitolio, por encima de las escaleras, mientras un gran grupo de manifestantes observaba. En ese momento, parece que cientos ya habían entrado en el edificio y algunos se pueden ver a través de una de las ventanas.
Otro video muestra a una multitud de alborotadores tratando de entrar a la fuerza por la entrada oeste. Un gran grupo de policías antidisturbios eventualmente los empuja hacia afuera. Al menos un alborotador rocía a los oficiales con lo que parece ser un gas pimienta.
Una imagen muestra un montón de equipos de medios de comunicación, algunos dañados, frente al edificio del Capitolio, con manifestantes parados alrededor.
Alrededor de las 2:25 p.m., la policía del Capitolio informó de disparos; solo un puñado de personas sabían lo que acababa de pasar.
Alrededor de las 2:30 p.m., los legisladores y el personal fueron evacuados. A las 2:31, la alcaldesa Muriel Bowser impuso un toque de queda a partir de las 6 p.m.
Algunos medios culparon al presentador del programa de entrevistas Alex Jones, jefe de Infowars, por incitar al asalto al Capitolio. Infowars luego publicó un video que muestra a Jones tratando de convencer a la multitud de permanecer en paz, evitar la confrontación con la policía, dejar los escalones del Capitolio, e ir al otro lado del edificio, donde se suponía que se realizaría un evento con oradores. (El Wall Street Journal se retractó de sus declaraciones sobre Jones).
El video muestra que un gran grupo de manifestantes se trasladó al otro lado del edificio. Sin embargo, no había ninguna señal del evento, según uno de los manifestantes en el lugar que luego habló con The Epoch Times.
En su lugar, un gran grupo de manifestantes caminaba hacia la entrada del lado este del Capitolio. También se vieron pequeños grupos de manifestantes en los niveles superiores cerca de las entradas secundarias izquierda y derecha del lado este del edificio.
La policía instaló una valla temporal y formó una barrera detrás de ella, a unos 250 pies de la entrada este. A medida que la multitud crecía, los que estaban al frente empezaron a tirar de la valla y a pelearse con la policía. El perímetro se derrumbó poco después de las 2 p.m.
El manifestante dijo que estaba al frente cuando la multitud se acercó a los escalones que conducían a la entrada central. Solo había unos pocos oficiales y parecían no estar preparados para la situación, dijo. La multitud empezó a empujar para subir las escaleras.
Al manifestante le pareció que algunas de las personas a su alrededor e incluso algunos de los oficiales no estaban tomando la situación muy seriamente, aunque una mujer oficial estaba visiblemente molesta y empezó a llorar. Ella agarró la mano del manifestante, según dijo, pero le pareció que no aplicó mucha fuerza para detenerlo.
Él le tomó la otra mano, diciendo: «¿Vamos a bailar aquí?»
La multitud subió las escaleras hasta que la barrera policial se rompió y la gente se acercó a la puerta. Algunos estaban golpeando la puerta, antes de que se abriera; no está claro cómo, dijo el manifestante. Las fotos tomadas por el manifestante muestran que la puerta tenía una cerradura magnética, que podía ser forzada a abrirse si se tiraba de la manija de la puerta con suficiente fuerza.
«Yo estaba un poco acorralado con el resto de la multitud», dijo el manifestante.
Un video muestra a la gente tratando de mantener la puerta abierta, mientras que los oficiales tanto de adentro como de afuera tratan de cerrarla. Un oficial es empujado y se cae al suelo. Varias personas lo ayudan a ponerse de pie y lo apartan.
En un momento dado, se ve a Jones en los escalones de una de las entradas del este, instando a la gente a bajar.
Más videos muestran a un joven sin filiación clara rompiendo una ventana junto a la entrada del lado derecho. Se las arregla para romper un cristal antes de ser derribado por la policía, que lo esposó. Los oficiales se lo llevaron, dijo el camarógrafo, Bobby Powell, en un comentario en el vídeo. El video muestra a los oficiales saliendo, sin nadie que vigile la ventana rota.
Mientras Powell recoge algunos fragmentos de vidrio de la ventana, se oye a un hombre diciendo: «¿Por qué no abren el resto?», aparentemente hablando de la ventana parcialmente rota.
«Porque creo que eso es probablemente ilegal», se oye a Powell responder. El hombre hace otro comentario que es difícil de entender. Powell dijo que era el mismo hombre que luego pasó y arrancó otro cristal de la ventana. Un hombre con una bandera estadounidense lo empuja a un lado cuando se acerca a la ventana, aparentemente para evitar que otros entren.
«No entres ahí», dice Powell. «No», responde el hombre. El hombre que arrancó el cristal empuja al otro hombre antes de decirle algo y empujarlo de nuevo.
En general, parece que varios cientos de personas entraron en el edificio a través de diferentes entradas y ventanas rotas; la policía necesitó varias horas para despejarlas.
Muchos de los partidarios de Trump en la multitud principal fuera del Capitolio no sabían lo que estaba pasando dentro, según Ed Martin, presidente del Fondo de Educación y Defensa Legal de Eagle Forum y uno de los organizadores del evento.
«Caminé hacia el Capitolio. Llegué allí un poco más tarde», dijo a The Epoch Times. «Todo lo que vi fue gente protestando y celebrando. Había mucha alegría y mucho ánimo. La gente que hizo cosas terribles y violentas y todo eso, no sé quiénes eran. No me gusta eso. Eso no es algo que yo quería ver. Hace que todos nos veamos mal».
Un afiliado de Turning Point USA, una organización estudiantil conservadora, llevó en autobús a más de 300 estudiantes al evento, pero se fueron justo después del discurso de Trump y no participaron en la marcha al Capitolio, dijo Andrew Kovlet, el portavoz del grupo, en una entrevista con The Epoch Times.
Intrusos
Entre los que entraron en el edificio, parece que hubo varios patrones de comportamiento distintos.
Un grupo parecía estar deambulando sin ningún propósito aparente.
Otro grupo caminaba por los pasillos buscando a los legisladores, a quienes buscaban para confrontar sus preocupaciones o demandas. Estos grupos parecían estar fragmentados y desorganizados, con cada grupo más pequeño aparentemente liderado por varios individuos agresivos dispuestos a derribar puertas y romper cristales en el proceso. Había algunas personas que trataban de retener a estas personas en enfrentamientos con la policía, pero nadie les impedía tratar de romper las puertas cerradas, según muestran algunas imágenes.
El manifestante entrevistado dijo que aprovechó la oportunidad de entrar para buscar y hablar con uno de sus representantes. Algunos otros expresaron intenciones similares, dijo.
Algunos individuos se dedicaron al vandalismo y al robo. Algunos robaron objetos pequeños, aparentemente como «souvenirs», pero también se robaron objetos más valiosos. El portavoz de la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi (D-Calif.), dijo que alguien robó una laptop de su oficina en una sala de conferencias. Se «usaba solo para presentaciones», dijo el portavoz. El senador Jeff Merkley (D-Ore.) también denunció el robo de una laptop. Un video muestra que la oficina del parlamentario del Senado fue posiblemente saqueada. También parece que parte del correo de Pelosi fue robado.
Varios individuos parecían ansiosos por pelear con la policía; provocaron y pelearon repetidamente a los oficiales en múltiples lugares, según muestran varios videos.
Parece que también había un grupo de personas que venían con un plan más definido. Venían con varias combinaciones de cascos, trajes negros o de camuflaje, mochilas y equipo de protección. Algunos tenían auriculares y walkie-talkies. Por lo menos tres hombres llevaban esposas de tipo cremallera, comúnmente usadas por la policía, incluyendo uno identificado en internet como un teniente coronel retirado de la Fuerza Aérea. Parece que una de las esposas de cremallera se utilizó para bloquear una puerta, aunque no está claro por quién, ya que la policía también estaba equipada con las esposas de cremallera.
Aunque algunas personas habían publicado en internet sobre los planes de irrumpir en el Capitolio e interrumpir la certificación de los votos, no está claro si fueron las mismas personas que entraron en el edificio.
Las personas que irrumpieron en el edificio no parecían llevar armas de fuego, aunque al menos una llevaba lo que parecía una pistola Taser. Algunas personas también construyeron horcas cerca de la Piscina de Reflexión del Capitolio. El manifestante entrevistado dijo que mientras algunas personas gritaban cosas sobre matar gente, la multitud les gritaba a ellos.
Algunas personas especularon que la intrusión fue un intento de golpe de estado. Sin embargo, no está claro cómo se suponía que iba a suceder sin armas de fuego.
Conducta de la policía
La policía del Capitolio fue criticada por no impedir que la gente entrara en el edificio. Personas no identificadas, familiarizadas con la situación, dijeron a The Associated Press que la policía rechazó varios ofrecimientos de ayuda, mientras que Steven Sund, el jefe de la Policía del Capitolio que renunció a su cargo a partir del 16 de enero, dice que los funcionarios de seguridad de la Cámara de Representantes y del Senado rechazaron o retrasaron múltiples solicitudes de la agencia para llamar a la Guardia Nacional para que ayudara.
En un vídeo que circula por internet se muestra a varios policías permitiendo a una multitud de manifestantes atravesar una valla con un mínimo de resistencia; el vídeo parece provenir de un perímetro más alejado del Capitolio.
Otro vídeo muestra a personas que entran en una puerta y caminan por el interior del edificio con policías a ambos lados del estrecho pasillo esperando, sin hacer ningún intento de detener a la gente.
«No puedes entrar», dice uno de los oficiales. Otro parece estar moviendo la cabeza con asombro.
La policía parecía no estar preparada para controlar a la gente en múltiples puntos alrededor del edificio. Bowser movilizó a la Guardia Nacional antes de la protesta para «apoyo logístico», pero el 5 de enero envió una carta al Departamento de Justicia y al Pentágono diciendo que no solicitaba personal federal adicional y que no se desplegaría ninguno sin coordinarse primero con la policía de D.C.
Sund le dijo a The Washington Post que le pidió a los supervisores del Sargento de Armas de la Cámara de Representantes y del Senado, permiso para tener a la Guardia Nacional de guardia antes de la protesta. Se lo negaron.
A las 2:26 p.m., dijo, se unió a una conferencia telefónica con el Pentágono y pidió refuerzos adicionales. Se le negó. Los oficiales del Pentágono dijeron que la Guardia Nacional no es apta para un despliegue inmediato y que no podía participar en acciones policiales. Las tropas llegaron al Capitolio después de las 5:40 p.m., según el informe.
El comportamiento de la policía dentro del Capitolio varió ampliamente.
Los videos de la Cámara de Representantes muestran puertas atrincheradas con muebles y oficiales vigilando las puertas con armas desenfundadas. En el área de la cámara del Senado, parece que alguien usó un extintor de fuego para tratar de detener a los intrusos.
Algunos videos muestran a los legisladores visiblemente agitados, arrodillados en el suelo y escondidos bajo los escritorios. Algunos trataron de contactar con la policía e incluso con el ejército para pedir ayuda, pero se les dijo que la policía ya estaba haciendo lo que podía, según informó The Washington Post.
Los legisladores y el personal fueron finalmente evacuados a través de túneles subterráneos.
El manifestante entrevistado dijo que al entrar, él y una docena de personas más trataron de bajar por un corredor desde la Rotonda del Capitolio, pero fueron detenidos casi de inmediato por un grupo de policías con equipo antidisturbios. Los oficiales usaron primero un gas pimienta sin efecto y luego otro gas lacrimógeno, que rápidamente obligó a los intrusos a retroceder.
Finalmente, un grupo más grande de policías antidisturbios entró desde el interior del edificio y despejó el área.
Otros vídeos muestran a los oficiales de pie o caminando entre los manifestantes dentro del edificio. Uno de los manifestantes se tomó una selfie con un oficial, que luego fue suspendido. Está siendo investigado, al igual que varios de sus colegas, incluido uno que, según se informa, fue visto con un sombrero MAGA y fue visto dirigiendo a la gente, dijo la jefa de la policía del Capitolio en funciones, Yogananda Pittman, en una declaración del 11 de enero.
No es raro que los manifestantes entren en masa a los edificios del gobierno o que interrumpan las reuniones de los funcionarios electos. En 2018, una multitud que protestaba por la nominación del juez de la Corte Suprema Brett Kavanaugh se apoderó del atrio y de algunos pasillos del edificio de oficinas del Senado Hart, justo al noreste del Capitolio.
«Estábamos planeando cerrar el edificio del Capitolio pero las autoridades estaban tan asustadas de esta #OlaDeMujeres que lo cerraron por nosotros», se lee en un tuit de la cuenta oficial de la Marcha de Mujeres, una de las organizadoras.
Sin embargo, el asalto al Capitolio por los propios ciudadanos de Estados Unidos no tiene precedentes. Un grupo de intrusos nunca antes había interrumpido la sesión conjunta del Congreso que certifica al presidente.
Algunos legisladores, entre ellos Pelosi, pidieron reformas fundamentales de la seguridad del Capitolio. Tanto los sargentos de la Cámara de Representantes como del Senado han renunciado, mientras que el sindicato de la policía del Capitolio culpó a los dirigentes por la irrupción en el Capitolio.
Tácticas de estilo Antifa fueron usadas, su participación no fue confirmada
Los vídeos indican que algunos de los manifestantes actuaron como provocadores y agitadores, incitando a la ira e instando a la gente a pasar a través de la policía, según Michael Yon, corresponsal de guerra con amplia experiencia en la cobertura de protestas violentas, que estaba en el lugar.
Yon describió las acciones de algunos individuos como «una mezcla de agentes provocadores y ataques de acción directa encubiertos dentro de la protesta».
Le dijo a The Epoch Times que identificó al menos tres pequeños grupos de individuos con comportamientos que se alinean con los de las células de Antifa.
El representante Mo Brooks (R-Ala.) habló de una advertencia anticipada de que Antifa podría infiltrarse en la protesta.
«El congresista me dijo que fue advertido el MARTES por el oficial de policía del Capitolio que la inteligencia sugirió que la fascista ANTIFA iba a tratar de infiltrarse en la manifestación de Trump vistiéndose como partidarios de Trump», dijo en un tuit del 7 de enero.
Al menos dos partidarios de ANTIFA fueron vistos en la protesta, una fuente policial anónima dijo al New York Post. El director adjunto del FBI Steven D’Antuono dijo el 8 de enero que todavía no había habido indicios de un papel por parte de Antifa, informó BuzzFeed.
Un camarógrafo de NTD capturó el momento en que una multitud de manifestantes vio a un hombre tratando de romper una ventana en la entrada del lado oeste con un palo. La multitud comenzó a abuchear al hombre. Otro hombre con un sombrero rojo de Trump lo agarró por detrás y lo alejó de la ventana, entre ovaciones de la multitud, que luego comenzó a cantar, «[expletivo] Antifa».
Tres hombres parados alrededor del que golpeaba la ventana vinieron inmediatamente a su rescate. Esto se alinea con las operaciones de Antifa, en las que varios individuos dan cobertura al que está involucrado en una actividad ilegal, dijo Yon.
Algo similar ocurrió en otra puerta, un video muestra, cuando dos personas estaban tratando de entrar, hasta que un manifestante los detuvo, seguido de nuevo con cánticos de «[Expletivo] Antifa» de la multitud.
Una de las personas dentro del edificio era John Sullivan, un oponente de Trump y un autoproclamado partidario de la revolución violenta. Dijo en Twitter que solo estaba allí para informar de los acontecimientos y trató de «mezclarse», aunque un vídeo que publicó en línea lo muestra incitando a los intrusos y convenciendo a los policías para que los dejaran pasar.
Fue seguido de cerca en el interior por una camarógrafa. En un momento dado, se gira hacia Sullivan y le dice: «Déjame darte un abrazo ahora. Lo logramos. Tenías razón. Lo logramos».
«Amigo, estaba tratando de decírtelo. No pude decir mucho», responde.
La mujer también dice: «No estás grabando, ¿verdad?»
«Borraré esa [expletivo]», responde él. «Pero no te grabé, quiero decir».
No respondió a las preguntas enviadas a través de mensaje directo en Twitter.
Las fotos de algunos intrusos del interior del Capitolio circularon por internet con la afirmación de que tres de los hombres fotografiados son adherentes de Antifa, lo que parece ser incorrecto.
Uno de los hombres era Jake Angeli. Él parece estar presente en diferentes tipos de protestas y ha frecuentado eventos pro-Trump. Ha profesado su simpatía a «Q», la persona anónima en línea que hace mensajes crípticos insinuando que Trump y otros están luchando contra una conspiración global involucrada en la corrupción y el tráfico de niños. Arizona Republic describió a Angeli como un «practicante de chamanismo» en una marcha de activismo climático en 2019.
«He estado practicando el chamanismo durante más de una década», dijo a Infowars en una entrevista reciente, cuando Jones lo condenó por sus acciones en el Capitolio.
Sus tatuajes parecen estar relacionados en gran medida con la espiritualidad popular. No hay indicios de que tenga alguna conexión con Antifa, y también ha negado tenerla. Solía tener un perfil de actor en Backstage.com.
Los otros dos hombres que acompañan a Angeli se parecen a dos personas ligadas al neo-nazismo. Uno estaba involucrado en el Partido Obrero Tradicionalista, un grupo nacional socialista ya desaparecido. No está claro si las fotos muestran al mismo hombre. El otro hombre tiene en la foto del Capitolio un tatuaje visible en su mano que al principio se parece a una hoz y un martillo, un símbolo comunista. Sin embargo, al examinarlo más de cerca, parece que el símbolo es en realidad de un videojuego y no parece estar vinculado a ningún grupo político.
Algunos manifestantes comenzaron a maltratar a un fotógrafo de AP fuera del edificio, confundiéndolo con un seguidor de Antifa ya que estaba vestido todo de negro con una máscara de gas, lo que se alinea con una táctica de Antifa llamada «black bloc». La multitud lo dejó ir después de que mostrara su pase de prensa.
El FBI publicó fotos de docenas de personas, pidiendo ayuda para su identificación (pdf). La mayoría se enfrentan a cargos de entrada ilegal. La oficina también pidió ayuda para identificar a un hombre con mascarilla que, según los funcionarios, colocó bombas de tubo en la sede del Comité Nacional Republicano y del Demócrata. Uno de los artefactos fue encontrado alrededor de las 12:45 p.m. y el otro alrededor de la 1:15 p.m. el 6 de enero, según un informe del 7 de enero del Grupo Nacional de Explosivos obtenido por la reportera de CBS News Catherine Herridge.
Otras 11 bombas improvisadas sospechosas fueron encontradas en un vehículo cerca de la sede del Comité Nacional Republicano alrededor de las 6 p.m., según el informe.
Mujer baleada
Un momento trágico tuvo lugar alrededor de las 2:24 p.m. Un video gráfico muestra a un grupo de manifestantes en un corredor al que se acercan varios oficiales con equipo especial y armados con rifles. Los oficiales interactúan con un hombre de traje negro con un broche en la solapa y una mascarilla negra que cubre un respirador en su cara. Algunos de los manifestantes estaban de pie frente a una puerta con la inscripción «Speaker’s Lobby», que se encuentra en el ala sur, detrás de la Cámara de Representantes. Los paneles de vidrio de la puerta y de ambos lados estaban rotos o faltaban.
Una joven con una bandera de Trump en la espalda se ve trepando por la ventana abierta en el lado derecho de la puerta. Se escucha un solo disparo. La mujer cae de nuevo del marco de la ventana. Con sangre en la boca, parece que intenta levantarse, pero sin éxito. Los policías y los manifestantes se dan cuenta de lo que pasa e intentan detener la hemorragia y sacar a la mujer. Fue transportada a un hospital en estado crítico.
Varias horas después, una portavoz de la policía dijo que la mujer había muerto. Fue identificada como Ashli Babbitt, una veterana de la Fuerza Aérea de EE.UU. El tiroteo está bajo investigación.
Otro video gráfico, tomado por Sullivan, muestra que la puerta estaba bloqueada desde el otro lado por una pila de muebles mientras tres oficiales estaban de pie frente a la puerta custodiándola mientras la multitud entraba apresuradamente. Mientras algunos le gritaban a la policía, Sullivan trató de convencerlos de que se fueran voluntariamente.
«Hermano, he visto gente ahí fuera lastimada. No quiero verte herido… Por favor, déjanos abrir camino. Solo déjanos abrir camino. Quiero que te vayas a casa», dice.
Los policías parecen hablar entre ellos brevemente y luego se alejan.
«Vamos, vamos. Andando. Tomen esto [expletivo]», grita Sullivan.
Tres alborotadores proceden a romper los cristales de la puerta con patadas, un asta de bandera y un casco.
«¡Oye! ¡Hay un arma! ¡Hay un arma! ¡Hay un arma!» Sullivan grita, mientras su video muestra a un hombre con camisa blanca y traje oscuro y máscara detrás de la puerta. El hombre está apuntando con un arma de fuego en dirección al marco de la ventana vacía durante unos nueve segundos. Tan pronto como Babbitt entra, dispara un solo tiro.
Uno de los manifestantes en la escena describió la situación en una entrevista de WUSA:
«Habíamos entrado en las cámaras del interior y había una joven que corrió a las ventanas y varios policías y el Servicio Secreto decían: ‘Atrás, abajo, quítense del camino’. Ella no atendió el llamado y mientras nos levantábamos para detener a la gente, retirarlos, le dispararon en el cuello, y ella se cayó de espaldas sobre mí y comenzó a decir que estaba ‘bien, está bien’ y luego comenzó a moverse de manera extraña, y la sangre salía de su boca, cuello y nariz, y ya no sabía si estaba viva o muerta».
Ese manifestante se identificó como Thomas Baraniy de Nueva Jersey. Dijo que él y otros entraron en el edificio después de subir al andamio y que la policía antidisturbios los sacó del edificio.
«Rompimos los andamios, las bombas de humo y el gas lacrimógeno, y nos abrimos paso a través de todas las cámaras tratando de entrar en el Congreso o a quien sea que pudiéramos llegar y decirles que necesitábamos algún tipo de investigación sobre esto», dijo. «Y lo que termina sucediendo es que alguien podría haber terminado [terminó] muerto y ese no es el tipo de gobierno que debemos tener. La gente tiene que hacer algo al respecto».
Dijo que no estaba herido, pero señaló que podría haber sido él quien recibió el disparo si la mujer no hubiera sido la primera en intentar entrar.
La policía logró sacar a los manifestantes y alborotadores del edificio alrededor de las 5 p.m., y la sesión del Senado se reanudó poco después de las 8 p.m. En la madrugada del 7 de enero, el Congreso certificó a Biden como el ganador de las elecciones presidenciales del 2020.
Con información de NTD.
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