Siempre me ha movido el deseo de no aburrirme nunca, de hacer más, de conseguir más y de experimentar todo lo que la vida puede ofrecer.
Es una forma apasionante de vivir, pero tiene un precio. Mi interminable búsqueda de «tenerlo todo» a veces, ha afectado mi salud mental. El estrés aumenta cuando tiro de mí en demasiadas direcciones.
En un intento por llevar una vida más equilibrada, he vuelto a centrarme en la idea de una vida sencilla que me fascinó por primera vez hace mucho tiempo cuando leí una historia sobre rancheros que vivían en el oeste americano. Había algo atractivo en la sencillez y austeridad de sus vidas y del paisaje en el que vivían.
En mis esfuerzos actuales por simplificar mi vida en la búsqueda de una mente clara y saludable, varios beneficios se están volviendo claros. Muchos de estos beneficios ya han sido estudiados por investigadores.
Menos fatiga a la hora de decidir
En 2008, un equipo de investigadores realizó cuatro estudios de laboratorio para medir los efectos de la fatiga en la toma de decisiones sobre el autocontrol humano. Probablemente no se sorprenderá lo que descubrieron: Cuantas más decisiones tenía que tomar una persona, menos autocontrol mostraba después.
Tomar muchas decisiones hace que nos sintamos cansados, nos rindamos más rápido, posterguemos las cosas difíciles y cedamos a la tentación a un ritmo mayor. Sabiendo esto sobre nuestra naturaleza, ¿cómo podemos prepararnos para el éxito? Creo que la respuesta es moldear nuestras vidas de modo que tomemos menos decisiones y centremos nuestra energía en las decisiones que más importan. Una vida más sencilla significa, naturalmente, menos decisiones que tomar y más espacio mental para todo lo demás.
Mayor atención a las relaciones
Una vida feliz y significativa está llena de buenas amistades. Y, sin embargo, de alguna manera, parece que no podemos dejar tiempo libre para cultivar estas relaciones. Es como si esperáramos que estas cosas se hicieran solas, como cuando éramos niños y nos pasábamos el día en el colegio jugando con nuestros compañeros.
Según mi experiencia, llevar intencionadamente una vida sencilla es la mejor manera de crear tiempo para las relaciones. Al poner menos énfasis en la productividad y las distracciones, nuestro cerebro se reconfigurará para disfrutar de los placeres más lentos de una amistad que se desarrolla. ¿Necesitas más pruebas de que estamos diseñados para vivir así? Una meta-revisión de 2010 encontró una correlación directa entre la calidad y cantidad de las relaciones y la salud mental y longevidad de una persona. Somos seres sociales, hechos los unos para los otros.
Un entorno físico más tranquilo
En un estudio inusual de 2010, la forma en que las personas describieron sus hogares en un recorrido a pie se correlacionó con niveles de estrés medibles. Las personas que describieron sus hogares como desorganizados o desordenados tenían perfiles de cortisol asociados con resultados de salud adversos. ¿Es esto una sorpresa? ¡Por supuesto que no!
Winston Churchill dijo una vez: “Damos forma a nuestros edificios; a partir de entonces nos moldean”. Y si bien se refería a la arquitectura, creo que el mismo principio se aplica al diseño de interiores y la organización de nuestros hogares. El hecho es que la mayoría de las personas se sienten más tranquilas y en paz en un entorno limpio y sin desorden.
Liberarse de las distracciones digitales
Si alguna vez usted ha tomado un descanso prolongado de su teléfono inteligente, conoce la sensación de calma que esto puede traer. Es extraño que algo que elegimos usar, y que disfrutamos usando, pueda convertirse tan fácilmente en una adicción malsana.
Una vida más sencilla significa reducir el desorden que nos distrae de objetivos más profundos. Para muchos, su teléfono inteligente y las aplicaciones que aloja, es una gran distracción de las metas a largo plazo. Al despejar un espacio en mi día para estar libre de mi teléfono, encuentro tiempo y libertad emocional para soñar sueños más grandes.
Tiempo para proyectos apasionantes
En un fascinante trabajo de investigación, el psicólogo Mihaly Cziksentmihalyi argumenta que algunas de nuestras experiencias más felices en la vida se producen cuando nos perdemos en un trabajo profundamente atractivo y personalmente significativo. Él llama a este estimulante estado emocional «flujo».
Cuando eliminamos las distracciones, tenemos más tiempo para dedicarnos a los proyectos por sí mismos y más oportunidades para perdernos en nuestro trabajo. De hecho, algunos de mis momentos favoritos en mi día son cuando estoy escribiendo y pierdo completamente la noción del tiempo.
Descubriendo el poder de ‘menos puede ser más’
Si algo he aprendido intentando llevar un estilo de vida minimalista es que menos puede ser más. Es una fantasía que perseguirlo todo al mismo tiempo conduce al tipo de satisfacción que tan profundamente deseo. En el mundo real, sólo conduce al estrés, a una atención dispersa y a proyectos abandonados.
El camino hacia la simplicidad es aquel en el que eliges centrarte en menos cosas, pero las haces bien. La comezón de correr hacia algo nuevo no desaparece, pero se debilita. Y aunque decir «no» y optar por reducir sus actividades supone un verdadero esfuerzo, los muchos beneficios que se enumeran aquí demuestran que hay algo valioso esperándonos al otro lado.
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