La Administración de Servicios Generales (GSA) entregó de forma secreta los registros del equipo de transición del presidente Donald Trump al entonces abogado especial Robert Mueller y al FBI en 2017, según un informe de dos comités del Senado.
Mientras tanto, la GSA se negó a proporcionar al equipo de transición de Trump copias de sus propios registros, según el informe (pdf).
La GSA, la agencia ejecutiva responsable de proveer servicios a los equipos de transición de los candidatos demócratas y republicanos, acordó un memorándum de entendimiento con el equipo de transición de Trump. Según el memorándum, los registros se considerarían propiedad privada del equipo de transición y la GSA no conservaría esos registros al concluir la transición.
El informe de la mayoría del personal publicado el viernes por el Comité del Senado sobre Seguridad Nacional y Asuntos Gubernamentales y el Comité de Finanzas del Senado muestra que los funcionarios de la GSA contactaron proactivamente al FBI para preguntar si debían conservar los registros del equipo de transición de Trump el 15 de febrero de 2017, luego de que Michael Flynn renunció como asesor de seguridad nacional de Trump. La agencia decidió entonces preservar todos los registros del equipo de transición de Trump luego que el FBI les pidiera que conservaran los registros asociados con Flynn.
La propuesta de los funcionarios de la GSA al FBI de conservar los registros del equipo de transición de Trump se dio luego que se iniciara el proceso de eliminación de los registros el 26 de enero de 2017, según los términos del memorándum.
El proceso de eliminación se detuvo posteriormente.
La GSA tomó esta acción no solicitada a pesar de no haber recibido una solicitud formal de conservación hasta el 12 de junio de 2017.
La GSA decidió no decirle a la Casa Blanca o al consejero del equipo de transición de Trump sobre la conservación. La agencia también se negó a honrar la petición del equipo de acceder a esos registros cuando se le pidió.
En agosto de 2017, el equipo de Mueller solicitó y recibió los registros de 13 funcionarios del equipo de transición, incluyendo los del entonces director de la CIA Mike Pompeo, del entonces asesor de seguridad nacional del vicepresidente Keith Kellogg, y del yerno de Trump, Jared Kushner.
Mueller obtuvo los registros a través de dos memorándums con membrete del asesor general adjunto del FBI, Kevin Clinesmith, quien se declaró culpable en agosto de alterar un correo electrónico como parte del proceso para obtener una orden judicial secreta para espiar a un exasesor de campaña de Trump. El equipo de Mueller no emitió una citación u orden de registro y la GSA no le dio al equipo de transición la oportunidad de revisar esos registros.
El informe no menciona qué oficiales de la GSA se contactaron con el FBI por iniciativa propia para proveerles los registros de transición tras la renuncia de Flynn.
«Dados los ciclos de noticias, la GSA decidió que era prudente preguntar sobre la preservación durante el proceso de limpieza de la máquina, así que nos pusimos en contacto con el inspector general de la GSA, quien se contactó con el FBI o el Departamento de Justicia y puso en marcha la preservación de los registros de la GSA», escribió el consejero general asociado de la GSA, Seth Greenfeld, en un correo electrónico del 8 de junio de 2017 a Lenny Loewentritt, el entonces consejero general en funciones de la GSA.
Los «ciclos de noticias» se referían a la renuncia de Flynn, según el consejero de la Oficina del Inspector General (OIG) de la GSA, Ed Martin.
Durante ese tiempo, Denise Turner Roth, nombrada por Obama, fue líder de la GSA hasta que Timothy Horne fue nombrado como administrador en funciones el 20 de enero de 2017 por Trump. Horne estuvo en el cargo hasta que otra nombrada por Trump, Emily Murphy, fue juramentada como jefa de la GSA el 12 de diciembre de 2017.
El informe del personal dice que el recién descubierto incumplimiento del memorándum de entendimiento de la GSA con el equipo de transición de Trump es «otro ejemplo del trato desigual que la campaña y la administración Trump recibieron por parte de la burocracia federal».
«El propósito de este informe del personal es la transparencia, para proporcionar al público una comprensión de cómo exactamente el proceso de transición fue corrompido en 2016 para que no vuelva a suceder», se lee en el informe.
La GSA y la campaña Trump no respondieron inmediatamente a las solicitudes de comentarios.
Para cerrar varias vacíos legales relacionadas con los servicios de la GSA para los equipos de transición, Johnson presentó en febrero la Ley de Mejora de Transición Presidencial de 2019. El proyecto de ley fue aprobado en el Congreso y firmado por Trump un mes después.
La nueva ley exige a la GSA que dirija cualquier investigación o proceso legal de terceros relativo a los registros de transición a los representantes designados por los equipos presidenciales de transición.
También acorta el período de servicio de la GSA para los equipos de transición de 150 a 60 días.
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