Ocho grandes empresas tecnológicas estadounidenses tienen vínculos comerciales con el aparato militar y de seguridad chino, según un nuevo informe del grupo de defensa con sede en Washington Victims of Communism Memorial Foundation (VoC), y el grupo consultor Horizon Advisory.
«En su esfuerzo por captar los mercados chinos y aumentar sus beneficios, las empresas estadounidenses han apoyado cada vez más la modernización militar de Beijing, el estado de vigilancia, la seguridad interna y las consiguientes violaciones de los derechos humanos», señala el informe.
El informe examinó las actividades de ocho empresas estadounidenses en China: Amazon, Apple, Dell, Facebook, GE, Google, Intel y Microsoft, en busca de vínculos comerciales «que puedan apoyar directa o indirectamente la vigilancia estatal, la modernización militar y las violaciones de derechos humanos de China».
Si bien todas las empresas examinadas en el informe tenían un accidentado historial de relaciones comerciales con corporaciones estatales, el informe descubrió que GE, Intel y Microsoft proporcionaban «apoyo directo» al ejército chino o a las organizaciones de seguridad del Estado.
Fusión militar-civil comunista, cortesía de la tecnología estadounidense
No es ningún secreto que las empresas estadounidenses están sobrealimentando al Partido Comunista Chino (PCCh). Los medios de comunicación del establishment han sugerido durante años la prevalencia de acuerdos empresariales que favorecen el autoritarismo del PCCh. Sin embargo, el nuevo informe añade nuevos detalles sobre lo omnipresente que es esta tendencia.
De hecho, se dice que las empresas implicadas han ayudado al PCCh a implantar su militarización de la sociedad china al más alto nivel.
«Los dirigentes de Apple e Intel se han reunido en múltiples ocasiones con altos cargos del Ministerio de Industria y Tecnología de la Información (MIIT), una de las principales entidades estatales chinas encargada de aplicar la estrategia de fusión militar-civil de Beijing, que canaliza las innovaciones tecnológicas desarrolladas o adquiridas en el sector privado hacia el ejército chino», dice el informe.
La fusión militar-civil se refiere a una estrategia en la que toda la sociedad se moviliza para participar en el «gran rejuvenecimiento» de la nación china mediante la modernización del ala militar del PCCh, el Ejército Popular de Liberación (EPL).
Según esta estrategia, se fomenta que todo desarrollo tecnológico civil cumpla también una función militar.
Esto supone un verdadero problema para cualquier empresa que se dedique al desarrollo tecnológico o a la investigación en China.
Sin embargo, para las empresas que se asocian intencionadamente para desarrollar tecnologías con corporaciones militares, la amenaza para Estados Unidos, así como para las libertades civiles chinas, es algo más grave.
Las asociaciones y compromisos con entidades del régimen chino que apoyan al EPL y los esfuerzos de vigilancia del Estado no son raros, como se detalla en el informe.
Por ejemplo, Intel suministra, invierte y participa en la cooperación tecnológica con la empresa china de diseño de procesadores y chips Lanqi Technology, en la que invierte mucho China Electronics Corporation, una empresa estatal de defensa que el Departamento de Defensa de Estados Unidos ha identificado como entidad militar. Intel también participó en un proyecto conjunto de 2000 millones de dólares con Lanqi para desarrollar procesadores de alto rendimiento.
«El vicepresidente mundial de Intel asistió a la firma [del acuerdo], al igual que el presidente y el secretario [del PCCh] del Partido de China Electronics», dice el informe.
Intel también llevó a cabo anteriormente investigaciones con una empresa contratada para proporcionar tecnologías de inteligencia artificial al EPL.
«La exposición de Intel supera a la de otras empresas encuestadas en este esfuerzo», decía el informe.
«Intel invierte en empresas chinas de alta tecnología y de fusión militar-civil, alimentándolas potencialmente tanto con capital como con acceso a la tecnología», añadió el informe.
«Intel no ha tomado ninguna medida para frenar o poner fin a estas relaciones problemáticas».
Del mismo modo, el informe encontró que GE se ha involucrado en asociaciones tecnológicas con actores clave en todo el complejo militar-industrial de la RPC.
«Las asociaciones [de GE] parecen implicar el intercambio de tecnología, incluso con los principales actores del ejército chino, la fusión militar-civil y el sistema de vigilancia», dice el informe.
Entre esos actores se encuentran la empresa estatal de defensa Aviation Industry Corporation of China, catalogada por Estados Unidos como entidad militar, y el Harbin Electric Group. En particular, Harbin mantiene un departamento de fusión militar-civil dedicado a proporcionar tecnología de turbinas al EPL.
Según el informe, GE mantiene una participación del 51% en una empresa conjunta de turbinas con Harbin: General Electric-Harbin Power-Nanjing Turbine Energy Service.
«Estas asociaciones han otorgado a los actores chinos vinculados al ejército posiciones de influencia en las cadenas de suministro de GE, que son fundamentales tanto para la seguridad nacional de Estados Unidos como para su base de fabricación», dice el informe.
«Y las operaciones y asociaciones de GE en China la exponen sistemáticamente a riesgos asociados con el trabajo forzado y otras atrocidades contra los derechos humanos en el país».
Por su parte, el Innovation Hub de Microsoft, un centro de investigación centrado en la inteligencia artificial, cuenta entre sus miembros con China Telecom, un gigante de las telecomunicaciones de propiedad estatal cuya licencia para operar en Estados Unidos fue revocada en 2021 por motivos de seguridad nacional.
Microsoft también puso en marcha acuerdos de cooperación estratégica con otras empresas que el gobierno de Estados Unidos ha identificado como vinculadas al ejército chino o que, de otro modo, están bajo consideración para las restricciones de exportación, según el informe.
Hipocresía en casa, autoritarismo en el extranjero
No cabe duda de que hacer negocios en China supone un riesgo cada vez mayor. Existen múltiples leyes y organizaciones chinas para recopilar datos confidenciales y ponerlos al servicio del PCCh, ya que el PCCh considera que los datos en sí mismos son un «recurso nacional».
Sin embargo, el informe de la VoC tiene cuidado de señalar que no hay que asumir que el mero hecho de hacer negocios en China está mal. Más bien, sus autores animan a los lectores a centrarse en el doble lenguaje ético de algunas empresas, que defienden los derechos humanos al tiempo que contribuyen a las tecnologías represivas de un régimen autoritario.
«Las empresas estadounidenses no tienen ningún problema en decir una cosa en Estados Unidos mientras hacen (y dicen) algo diferente en China», afirma el informe.
«Esta hipocresía es particularmente flagrante cuando se trata de la privacidad digital: Compañías como Apple, Amazon, Dell e Intel que hacen hincapié en la seguridad de la información en Estados Unidos también acatan los requisitos normativos chinos para el almacenamiento y manejo de datos».
«Esto pone en peligro la información, y por tanto la seguridad, de los usuarios en China que se oponen al régimen, así como de los usuarios globales».
The Epoch Times ha solicitado comentarios a GE, Intel y Microsoft.
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